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Comercial Mexicana


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2011  •  3.669 Palabras (15 Páginas)  •  2.233 Visitas

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Caso Comercial Mexicana

Noticia de Expansión por Alberto Bello

Del superpeso sólo quedó el recuerdo. Cuando México se preparaba en septiembre pasado para celebrar su independencia, en Wall Street la quiebra de Lehman Brothers cimbraba los mercados, un par de granadas azotaba Morelia y arrancaba la depreciación del peso, gradual e incesante. En tres semanas, la moneda mexicana perdió su poder, las reservas del Banco de México disminuyeron en doble dígito y los únicos que ganaron fueron los traders. No sus entidades, que vivían la peor crisis de la historia reciente.

Por años, las empresas mexicanas habían apostado –literalmente: con pesos y centavos– por la estabilidad de la moneda en sus contratos de cobertura. El dólar, a 10.50. Muchas ganaron dinero así, ‘fácil’. Pero la casa nunca pierde. Con la depreciación, los bancos estuvieron en el lado ganador. No sólo eso: debido al tipo de contrato de derivados, sus ganancias fueron al doble, del mismo tamaño que las pérdidas de las empresas. Poco a poco, a partir del 15 de septiembre, el nivel de deuda virtual de varias compañías empezó a crecer en el activo de algunos bancos, por encima de los 50 millones de dólares (mdd).

La semana trágica de las empresas mexicanas concluyó en pérdidas por más de 2,500 mdd. Cemex, Alfa, Bachoco y compañías con fuerte actividad exterior reportaron sangrías. La peor parte la sacó Controladora Comercial Mexicana que, con una pérdida reconocida de 1,080 mdd, se declaró en concurso mercantil para renegociar su deuda. Y Grupo Maseca suspendió su cotización y quedó en posición abierta a finales de octubre, con una pérdida virtual estimada de más de 1,200 mdd y el riesgo enorme, no comunicado al mercado, de que el peso vuelva a subir. “Es una irresponsabilidad”, comentó a Expansión un banquero acreedor de la firma.

Abogados, banqueros, auditores y economistas consultados pintan un panorama con muchos factores en juego. Hablan de sobrexposición al riesgo y nulo control; falta de reportes a comités financieros; ‘ignorancia’, mala suerte y hasta mentiras. El diablo salió en los detalles de los ahora infames derivados, esos instrumentos financieros de complejidad ‘infernal’, ‘bombas de tiempo’, como los llamara Warren Buffett hace cinco años.

Y todo apunta, sin embargo, a la condición humana de un grupo de directivos, vulnerable a la codicia y a su reverso, el miedo al fracaso.

“Los derivados son instrumentos que bien utilizados reducen los riesgos para las empresas, pero mal empleados respresentan riesgos fuertes para quien los utiliza”, dice Bernardo González Aréchiga, director de la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de Empresas del Tec de Monterrey y fundador del Mercado Mexicano de Derivados.

Las fichas de casino

Cuando el peso inició su caída libre, la información sobre los contratos de derivados que los corredores envían semanalmente a sus clientes ya no era suficiente. ¿Y si alguien no podía pagar?

Un derivado requiere una inversión inicial muy baja, lo que puede llevar a posiciones de elevadísimo apalancamiento, por encima de las posibilidades de pago de la empresa.

Cuando el dólar llegó a 11 pesos, los banqueros empezaron a llamar por teléfono a los que tenían los contratos de derivados más sofisticados –y mortíferos en un terremoto financiero: los TARN (Target Accrual Redemption Notest, algo así como pagarés que incluyen intereses acumulados), que imponen un severo castigo a quien se equivoca en sus apuestas. Fichas de casino, al fin de cuentas.

La pregunta cundió en los cuartos de guerra de los financieros de las empresas: ¿Tienes contratos parecidos con otros bancos? Dependiendo de la respuesta, era el momento de cerrar posiciones, reclamar aumento de margen… o de venderles nuevas coberturas.

Los TARN son un derivado que abarata el costo de contratarlo a cambio de una ‘apuesta’ casi segura sobre una moneda indicador o un producto básico. En el caso de que el cliente equivoque la apuesta (lo que es improbable) su pérdida es mayor que su posible utilidad.

La razón para que una compañía asuma el riesgo es la posible ganancia y el ahorro en los costos de los contratos. Las empresas mexicanas más agresivas en el mercado de derivados registraron en los últimos años ganancias extraordinarias por este rubro. Comercial Mexicana reportó en 2007 utilidades de 360 millones de pesos (mdp) por derivados, 7.4% de sus utilidades antes de pago de intereses, impuestos, amortización y depreciación.

¿Especulación o cobertura?

Los derivados se inventaron para proteger a las empresas de variaciones bruscas en sus insumos, la moneda extranjera o los energéticos, pero se convirtieron, en palabras de Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, en “un casino”.

Las compañías, indignadas, niegan que estuvieran especulando. El auditor del informe anual de Comercial Mexicana en 2007, PriceWaterhouseCoopers, afirmaba que “la compañía ha suscrito transacciones de instrumentos financieros derivados para cubrir su exposición al riesgo de tasa de interés y tipo de cambio. La mayoría de las fechas e importes de los instrumentos financieros derivados se corresponden con las fechas de adquisición de los activos o vencimiento de los pasivos que pretenden cubrir”.

¿Protegerse del riesgo? Comerci también reportó entonces que sus derivados con fines de cobertura de importaciones o deuda tienen un valor ‘justo’ de 125 mdp a finales de 2007. El resto, hasta 367 mdp, eran ‘negociación’, o, como traducen varias fuentes consultadas, ‘especulación’.

La empresa, coinciden las fuentes, parecía utilizar su tesorería para obtener utilidades extra en los mercados cambiarios apostándole al peso y al euro frente al dólar. Y hasta el momento, nadie lo censuró. Comerci sólo reconoce que se dieron estos juegos en septiembre, cuando el tesorero Gustavo Campomanes tomó la decisión de doblar las apuestas. La desgracia llegó, dicen, por una catástrofe financiera comparable a un ‘tsunami’.

“Si ves las expectativas de tipo de cambio del gobierno y los bancos, nadie, en ninguna parte, se esperaba una crisis como la que se dio”, dice Antonio Franck, abogado del despacho Haynes and Boone que representa a Comerci, con un largo historial en restructuras y en gobierno corporativo.

En el cierre del segundo trimestre de este año, el juego dejó de ser divertido. Gruma reporta en su informe anual una pérdida de 70 mdd al 30 de mayo de 2008. Comercial Mexicana vio crecer

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