Conclusión personal docente

Conclusión  personal

Hace tiempo en nuestro país no se hablaba de la inclusión. Fue relativamente hace poco que este concepto cobró popularidad entre la comunidad educativa, especialmente. Fue  alrededor de los años sesenta y setenta que este término cobró relevancia, al grado de que se implementaron proyectos y diversas investigaciones en pro de la inclusión educativa. Anteriormente a los niños que presentaban alguna deficiencia física se les etiquetaba de niños especiales, niños retrasados, niños con déficit, entre otros términos un tanto discriminatorios. Pero a medida que la sociedad ha ido evolucionando ha ido dejando atrás esos términos que quebrantan la integridad de una persona.

Esto no ha sido suficiente, pues pese a la evolución en los términos empleados para referirse a los niños con Necesidades Educativas Especiales (NEE), siguen prevaleciendo barreras que impiden el logro de una verdadera inclusión. He aquí el verdadero reto al que se enfrentan los docentes de la actualidad, puesto que lo ideal es alcanzar esa armonía entre lo que sienten los niños al ser incluidos, y lo que realmente hace el profesor en el aula para que eso se logre.

El docente debe tener siempre la mirada en sus alumnos, metafóricamente hablando, es decir, el punto de partida de cualquier actividad que realice el docente deben ser los niños. Así mismo, el docente debe conocer las necesidades de sus alumnos y atenderlas en la medida que le sea posible. Es cierto que para un maestro de educación regular es complicado integrar a los alumnos con NEE, pero no es una meta inalcanzable o imposible de lograr. Todo está en la motivación y en el sentido humanista que el docente impregne en su quehacer profesional. No debe dejar de lado los sentimientos de sus alumnos, ni el contexto en el que se encuentran, ya que eso le permitirá en todos los casos mejorar su práctica docente, en pro de la inclusión educativa.

...