ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cronica


Enviado por   •  31 de Julio de 2014  •  Informes  •  579 Palabras (3 Páginas)  •  192 Visitas

Página 1 de 3

Recuerdos que no volverán

Por: Gersimar Colmenarez.

La sola mención de la palabra Alzheimer puede producir un tremendo escalofrío. Es el mal del olvido. Una canción que aprendí de niña decía que “recordar es volver a vivir”, y es muy cierto. Por el contrario, olvidar es como no haber vivido. Y con esta enfermedad, olvidas no sólo el pasado, sino que eres incapaz de recordar el presente. Es como no vivir.

Es durísimo ver a un ser que amas profundamente, una persona que ha sido un ejemplo para ti, que ha apreciado la vida tanto que se ha empeñado en vivirla aun en medio de tremendos sufrimientos, convirtiéndose en algo prácticamente inanimado, que se va alejando de ti, aislándose, deteriorándose mentalmente de una manera fatal e incontrolable. Entonces tienes que traer recuerdos que, aunque duele traerlos a la memoria, son los que te ayudan a conservar los lazos de amor y respeto que luchan por desaparecer.

Situémonos a finales de los años 70. Entonces no contábamos con centros ni nada que sirviera a los sufridores de este mal, tanto pacientes como familiares, me parece muy apropiada la denominación de mal, y no enfermedad porque no es tanto algo que se contraiga por contagio, descuido, o herencia como sucede con otras enfermedades, sino que se pone de manifiesto sin que hasta ahora se sepa definitiva cómo ni por qué. Pero de que es un mal no cabe la menor duda; yo diría que, más que un mal es un peor, porque no he conocido nada tan destructivo y maligno como el Alzheimer.

Tengo que confesar aquí que mi vocación, desde la niñez, fue la medicina. Mi anhelo era ser médico, cirujano pero no pudo ser. Siendo una adolescente que luchaba consigo misma y con su entorno, rogué a Dios que se hiciera cargo de mi vida, y él me fue llevando por otros caminos, hasta ahora estudio comunicación social que me permite expresarme sobre temas como este, además de practicarlo con fundaciones que me ayudan a crecer como persona. Lo que no me hubiera esperado nunca es que fuera mi propia abuela mi segunda madre quien me colocara más cerca del tema de lo que yo hubiera imaginado.

Sus ojos se quedan fijos en el infinito, parece que está hundida en sus pensamientos. Estoy a su lado y siento que ella pasa desapercibida mi presencia, a pesar de que llevo minutos conversándole, le rozo el brazo para iniciar nuevamente una conversación y cuando se voltea parece sorprendida, como si tuviera años sin verme y repite la continua frase : “Hola, ¿ cómo estas, que haces aquí? Tengo que armarme de paciencia y repetirle cada vez que termino de llegar y vine a saludarla, como siempre. Su salud se va deteriorando cada día mas, al principio solo eran sus descuidos, sus olvidos ¡Que si dejaba quemar el arroz! ¡Que si perdía las llaves de la casa!, pero a medida del tiempo, se volvió una

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (3.3 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com