Cuento Sopa

Una fría mañana la señora María fue a buscar tres papas a su huerto, para hacer la especialidad de la casa; Sopa de Papas.

Esta vez, esta solicitada comida sería para ella sola, ya que hace un mes y medio había fallecido Pedro; su esposo y el amor de su vida.

Lava las tres grandes y lindas papas, las que en ese momento eran sus únicas acompañantes.

Pero en un abrir y cerrar de ojos, se dio cuenta de que había desaparecido la papa más gordita.

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Extrañada, la buscó bajo la mesa que tenía en su cocina, bajo las sillas, los muebles, pero nada. La papa había desaparecido sin dejar huella alguna.

Mientras la buscaba, la señora María se preguntaba, ¿Dónde habrá quedado?, pero de pronto, siente unos murmullos…

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Venían de la parte exterior de la casa. Eran unos murmullos, que con cada paso que la señora María daba, se hacían más evidentes y conocidos para ella, la cual, sin dudarlo reconoce claramente la voz de su amado.

Cada pasito que ella daba, le costaba mucho; es más, 84 años no es una edad fácil de llevar, pero la ilusión de volver a ver a su esposo la incentivaba a tal punto que casi se elevaba corriendo.

Cuando ya se encontraba en el lugar de donde provenía la voz, ¡Vaya sorpresa que se encuentra!. Era Pedro, su amado quien entre sus manos sostenía aquella papa que se le había perdido.

Pedro, ¡¿Qué haces aquí?! , exclama María sin saber si reír o llorar.

Vengo a buscarte María, te quiero proponer que vengas conmigo, que te escapes de este mundo, tal cual lo hicimos una vez cuando jóvenes, pero ahora si vienes, estaremos juntos por toda la eternidad.

María, no lo dudó. Estaba completamente sola acá en la tierra, sus hijos se marcharon y no la volvieron a ver nunca más, ¡qué hablar de sus nietos!. Tras la propuesta de Pedro, sabía que eso era lo que ella quería y agradecía a Dios que le haya permitido volver a ver a su amado.

Pedro esperaba impaciente a la respuesta de María, si ella decía que no, su corazón se destrozaría.

Hasta

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