CÓDIGO DE ÉTICA DEL TURISMO CULTURAL.

CÓDIGO DE ÉTICA DEL TURISMO CULTURAL

El incremento sin precedentes del número de turistas y la tendencia

correspondiente hacia la progresiva masificación del fenómeno, supone la

urgente necesidad de abordar los problemas asociados a un turismo de calidad

y a la protección del patrimonio cultural de un país, del uso excesivo o

impropio.

Por lo tanto, es necesario determinar las modalidades y los recursos para un

acceso eficiente, de manera que favorezcan el conocimiento de los múltiples

atributos del patrimonio cultural y desarrollen simultáneamente formas de

“turismo sostenible” que no pongan en peligro el equilibrio del medio ambiente.

BIENES CULTURALES El patrimonio cultural de un país es el resultado de la

evolución histórica y artística, y, como tal, garante de la preservación de su

propia identidad.

Este patrimonio está compuesto de bienes, tanto materiales como culturales,

que, gracias a su vínculo con la historia, las artes y en general con la cultura de

una comunidad, son el testimonio no sólo de las costumbres y tradiciones de

un país, sino y por encima de todo, de sus raíces espirituales.

A tal fin, las instituciones u organismos privados que administran dichos bienes

están llamados a promover el adecuado conocimiento mediante documentación

útil y adecuada, al mismo tiempo que favorezcan su aprovechamiento.

PATRIMONIO UNIVERSAL Si bien los bienes culturales, en el amplio sentido

de la palabra, tienen un valor universal y constituyen patrimonio de la

humanidad, es interés del público en general velar para que se proteja y se

haga el mejor uso posible.

El arte y la cultura son parte integrante de la complejidad de la historia de la

civilización, aun cuando son expresiones de características ‘diferentes’ e

inconfundibles de un pueblo. Los bienes culturales, al mismo tiempo, permiten

resaltar las características comunes de una y otra cultura, características que

facilitan

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