Codigo Etica

PRESENTACIÒN

La existencia de un Código de Ética para el ejercicio de la profesión del Notario me planteé como una necesidad imperiosa, sin olvidar que tal propósito tendría que significar una normatividad paralela, en ciertos aspectos, a la Ley del Notariado, que ya regula la conducta de los que ejercen esta noble profesión, sólo que el Poder Público, a través de la Ley del Notariado, creó un mínimo de disposiciones que obligan a un comportamiento del notario frente al ejercicio de su profesión, pero en el vasto mundo del quehacer profesional existen espacios no regulados por la ley que corresponden más al campo de la moral, a ese campo interno de las actitudes, de los principios y los valores, es a él al que irá dirigido este catálogo de deberes que aspira a honrar a la profesión con nuestra conducta.

Otro planteamiento que me formulé, deriva de la necesidad o no de sanciones para las infracciones a estas disposiciones normativas; la tesis asumida nos dice que en el campo de la ética no existen sanciones que provengan de la fuerza coercitiva del Estado, como en el Derecho, sino que son de otro orden, de carácter moral, y que sólo trascienden a la esfera del mundo exterior cuando se afecta el respeto y la confianza que la comunidad le tenga al infractor y que conlleva el desprestigio para el mismo y aun para el gremio al que pertenece .

Si un comportamiento requiriera ser sancionado de otra forma, deberá entonces ser incluido en las regulaciones de la Ley del Notariado, en el capítulo respectivo.

Con este propósito me di a la tarea de investigar en nuestro ámbito y en el de otros países y culturas, las diversas formas en que se ha resuelto el intrincado problema de la actitud ética en el ejercicio profesional, me sirvió de inspiración el Código de Ética para el Notario Público de Veracruz, el único existente en aquel momento en el país.

Si bien es cierto que la actividad notarial requiere de una normatividad de tipo ético, en aspectos que van más allá de lo estrictamente legal, también lo es, que los principios éticos, que pudieran ser el contenido de una codificación, son conocidos por el gremio, sin embargo no siempre se encuentran en la memoria, de manera organizada y sistematizada; de tal suerte que es pertinente, no sólo para esta profesión sino para cualquiera, la recuperación de todos esos principios y su ordenación, para tenerlos siempre presentes y que puedan ser analizados, estudiados y desde luego invariablemente cumplidos.

Este Código de ética busca un ejercicio notarial de una alta calidad profesional y moral, al mismo tiempo pretende acudir a la conciencia de estos profesionistas, para que le motive a ser cada día mejor en su cotidiana labor de servir a los demás, en una actividad que se ejerce en representación del Estado.

El Código se divide en diferentes capítulos que pretenden organizar de manera sistemática las normas de contenido ético, en función de los deberes y virtudes que el notario debe cumplir o tener en relación con los futuros destinatarios de su actividad.

En el capítulo primero se regulan las actitudes que el notario debe tener en su servicio y que llevadas a buen desempeño podríamos catalogar como virtudes notariales, ejemplo de ellas son la probidad, la discreción, el decoro, y la responsabilidad.

En el capítulo segundo el Código norma la actividad del notario en su relación directa con su cliente o persona que solicite sus servicios, y define las diferentes etapas en que el notario participa, señalándosele las obligaciones de escuchar atento, interpretar la voluntad de las partes para aconsejarlas de la mejor manera, y plasmar en los instrumentos notariales lo justo para ambas y tratarlas, siempre, con respeto y cortesía.

En el capítulo tercero, el Código regula la conducta del notario, en su relación con la sociedad, del mismo podemos subrayar las normas que inciden en una mejor formación humanística, en su desempeño como catedrático o en puestos públicos, y que le obligan a cumplir con un compromiso civil

En el capítulo cuarto se señalan, deberes al notario frente a sus pares, como el tener con ellos un comportamiento solidario y honesto, que cuando es generalizado se reflejará en la buena imagen de todo el notariado. Se le impone el deber de cumplir con eficacia los cargos directivos o actividades que se le encomienden en la organización notarial. Importante también es el deber de respeto hacia los colegas, que se manifiesta a través de una competencia leal y la confidencialidad de aquellas debilidades de sus pares. Así mismo se impone a los notarios conocedores y de experiencia el deber de enseñar y aconsejar, desinteresadamente, a sus compañeros de menor preparación y práctica.

En el último capítulo del Código se trata de las consecuencias que la inobservancia de las normas éticas trae consigo, como la disminución del respeto de la comunidad para el notario en cuestión, la pérdida de la confianza y el desprestigio.

La existencia de un Código de Ética remarca el sentido del deber ser, la responsabilidad, los principios, las máximas, los valores que guiarán el desempeño profesional del notariado, cuyo ejercicio requiere de una altísima capacitación, pero además de un comportamiento ético superior, pues su actividad se traduce en un ambiente de buena fe, de veracidad y como consecuencia última en la seguridad jurídica. Los valores éticos no son circunstanciales ni están sujetos a las reglas del mercado, sino son fines en sí mismos y reglas universales. Estos deberes nos enseñan a tratar a los demás con el altísimo respeto que nos merece la persona humana y nos obliga a recordar que la actuación del notario se hace no por sí, sino en representación del Estado, que le delega la alta potestad de dar fe de los actos y contratos que ante él se pasan y por ello será verdad lo que el notario diga que es la Verdad.

Mi agradecimiento: al Departamento de Investigaciones Jurídicas de la Facultad de Derecho y Administración Pública de la Universidad de Guanajuato, donde se gestó este Código, por su apoyo invaluable; al Licenciado Isidro de la Peña Hernández Presidente del Colegio Estatal de Notarios, por su buena voluntad para publicar este Código; y a la ahora abogada Carolina Rea Gómez, quién me auxilió en la elaboración de este texto.

Pedro Vázquez Nieto

CAPÌTULO I

VIRTUDES DEL NOTARIO

Artículo 1. Como asesor de las partes y autor del documento notarial, desempeñará su trabajo tomando en cuenta las exigencias de la equidad y reflejando siempre la verdad en el documento notarial,

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