Círculos y Cuadrados

¿Círculos y/o Cuadrados?

Introducción

Por lo general se escucha, se lee o se piensa en las limitaciones que tenemos o que otros tienen y como estas no nos permiten actuar o interactuar en la sociedad en la que estamos insertos. De acuerdo a lo planteado por el Dr. Humberto Maturana: “el niño limitado no  está intrínsecamente limitado, sino que es distinto, y que muchas veces el diagnóstico de limitado estabiliza su condición de insuficiencia en el espacio de vida de los niños corrientes.”

Muchas veces hemos sido testigos de la marginación a la que son sometidos algunos estudiantes, cuando la escuela debería ser el lugar en el cual la discriminación comience a ser erradicada y ofrezca a cambio la oportunidad de ser más inclusivos, de aceptarnos unos a otros sin las limitaciones.

Maturana plantea que somos seres de dos dimensiones, la biológica y la humana; desde lo biológico somos perfectos, sin embargo, desde lo humano es de donde nacen las limitaciones, la discriminación.

Nosotros mismos somos los que establecemos los límites de la “normalidad” o la “anormalidad”, sin tener en cuenta las diferentes dimensiones que como seres vivos tenemos, las cuales permiten nuestro desarrollo adecuado a ésta.

Desarrollo

Desde las primeras civilizaciones humanas se han ejercido una diferenciación social y, por ende, la discriminación. El término discriminación designaba la propiedad de la percepción de diferencias entre distintos fenómenos, o bien la capacidad de juzgar de forma selectiva y particular de un individuo.

Lamentablemente, en la educación se produce el fenómeno de la discriminación, cuando ésta debería ser la herramienta que la erradique, entregando conocimientos y valores; sin embargo, la educación ha hecho todo lo contrario, ha reproducido y reforzado la discriminación, ha designado y marginado a los “niños limitados”.

Aquí, es donde podemos apreciar uno de los principales propuestas de Maturana: “Los seres Humanos somos seres que tenemos por lo menos dos dimensiones de existencia, una biológica y otra propiamente humana". Aquí es en donde nos plantea que en el punto de vista de lo biológico somos perfectos, ser distintos no nos hace “limitados” solo diferentes a lo que un observador plantea como lo “normal”. Cada persona vive y se desenvuelve en su propio dominio. En cambio, desde lo humano nace la “minusvalía”, las cuales son la relaciones con otros organismos o seres que nos satisfacen nuestras expectativas, y que al no tener nuestro mismo dominio los denominamos “limitados”, olvidando que los seres vivos somos seres dinámicos, que cambiamos constantemente junto con nuestro entorno.

Un niño que, comparado con el resto, es limitado, biológicamente no lo es, solo es diferente y no por ello debe se excluido o rechazado, sino que debe ser incluido, tener la oportunidad de ser partícipe de su formación y de su aprendizaje, siendo integrado y aceptado en el grupo en el cual se está desarrollando. Este es un proceso de humanización, el cual requiere que todos como una comunidad seamos partícipes, respetando y conviviendo sin prejuicios, en un mundo en donde la diversidad sea aceptada.

El hablar de educación inclusiva requiere que se hagan cambios a las prácticas pedagógicas, para que esta sean menos segregadoras y más diversas,  donde todos los niños y niñas puedan ser partícipes y reciban una educación de calidad y se rompa el círculo vicioso de la reproducción de la discriminación y se aprenda a vivir con las diferencias humanas.

Conclusión

Para finalizar este trabajo, es importante recalcar que la educación no debe ser discriminatoria, sino que debe ser diversa tanto en los procesos formativos como en las relaciones humanas, aceptándonos a pesar de las diferencias.

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