Cómo escribir en momentos de desilusión y desengaño

Escribir un texto no es nada fácil, especialmente cuando tienes el corazón herido y la mente confusa. No es tan sencillo llegar a mezclar de manera homogénea o heterogénea los sentimientos con otra persona, pero es tan común que así parece. Este proceso, cuyas primeras fases son relativamente lentas (aunque es también muy subjetivo), y sus últimas insospechadamente veloces, tiene momentos sumamente hermosos: emotivos y agradables, idílicos. Es gracias a esto, que aunque sepamos que nos dolerá, que nos atormentará y debilitará, empezamos dicho proceso. Resultado: la ruina para los débiles, un juego para los astutos.

Si tú te sientes así y si, como quien escribe estas líneas, te apasiona la escritura, te voy a explicar cómo escribir un texto en momentos de desilusión y desengaño. Empecemos.

Primero que todo, ya habrás notado que tienes los sentimos al colmo; que si por ti fuera escribirías una cantidad de barrabasadas producto de una verborragia, y se las daría a esa persona. Pero te sugiero que pares inmediatamente. No lograrás nada con eso. Además, le harías un grave daño a tu escritura, ya que a pesar de que te desahogarías, escribirías tan terriblemente mal, que ni tú leerías eso pasados unos días.

Por esta razón, te sugiero que utilices un método muy eficaz: haz un plan de escritura.

Filtra

Primero, filtra tus ideas. Desecha las ideas negativas, todas las que te hieran o te inviten a ser algo estúpido; hazlas trizas. Luego, toma las positivas y anótalas, hazlo con un lenguaje estrictamente neutro, que no se note que estás afectado. Después, elimina las que creas que son innecesarias, las que se repiten y las que no tienen sentido.

Organiza y clasifica

Ahora bien, hecho lo anterior, deberás organizar todas las ideas que quedaron. Las puedes clasificar por diferentes categorías: recuerdos, sentimientos pasados, sentimientos presentes, lo que llevó a la ruptura, lo que podría llevar a una reconciliación, en fin. Podrás hacer todas las categorías que tú quieras. A continuación, toma las más relevantes de cada categoría, hazlo con minuciosidad. Recuerda simplificar el lenguaje; puedes escribirlas en pequeñas frases de no más una línea.

Escribe

Después de esta primera parte, toma tus ideas ya pulidas, y ahora sí empieza a escribir. Aquí te digo: exprésalo todo. Desahógate. Di todo lo que se te venga a la cabeza, no importa lo que sea. Deja que tus sentimientos salgan: llora si es necesario, golpea el escritorio o algún lugar que no se vaya a dañar fácilmente. Sin embargo, no pierdas la línea de tu escritura. Pon en práctica todo lo que sabes sobre redacción y explótalo a lo sumo.

Toma tu tiempo

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