DEFINICIÓN DE MOTIVACIÓN Y PROCESO DE APRENDIZAJE
Patricia GonzálezEnsayo6 de Noviembre de 2022
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DEFINICIÓN DE MOTIVACIÓN Y PROCESO DE APRENDIZAJE:
Para poder trabajar sobre el tema de la motivación enfocada en el proceso de aprendizaje, es importante tratar estos términos por separado para luego ver como esta motivación influye en el ámbito educativo.
En primer lugar, trataremos el tema de la motivación el cual ha sido definido por un sinfín de autores. Este concepto, ya en la antigua Grecia filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles, lo contemplaban en sus teorías. Se creía en un alma organizada de manera jerárquica o en que las partes alimenticias y sensitivas eran de manera motivacional. Su explicación teórica hablaba de actividad motivada: deseos del cuerpo, placeres, sufrimientos de los sentidos y los esfuerzos de la voluntad. Posteriormente, otras teorías hablan de la motivación como respuesta del individuo a estados nocivos. Freud, por ejemplo, hablaba de que el ser humano se defendía constantemente de energías instintivas de sexo y agresión (Mateo, 2001)
Siguiendo a Mateo (2001), hoy en día la motivación es lo que mueve al ser humano, él nos describe como “animales curiosos, buscadores de sensaciones, poseedores de planes y metas y deseosos de superar obstáculos”. Pero hay que destacar que la motivación no siempre va ligada de acciones positivas, sino que también existen los estados de frustración, dolor o angustia, por lo que la falta de motivación es un problema. Por tanto, la motivación se puede considerar como un estado cambiante la cual va a depender tanto de inputs externos como internos.
TIPOS DE MOTIVACIÓN:
El estudio de la motivación es un ámbito complejo de estudio, por tanto, para poder hacer una diferenciación de los tipos de motivación hay que tener en cuenta de donde procede la fuerza que empuja al individuo (Reeve, 1994 citado por Mateo, 2001)). Son muchas las clasificaciones y subclasificaciones que se pueden hacer en psicología acerca de la motivación, pero al fin y al cabo son dos las principales: la intrínseca y la extrínseca.
Centrándonos en la primera de ellas, la motivación intrínseca o como la llaman algunos autores, “motivación autorregulada” es aquella que representa las metas internas de los estudiantes, además, la motivación nace de él mismo y es capaz de controlarla. Este tipo de motivación se relaciona con el estado emocional del estudiante. Por ejemplo, si se realiza con éxito un ejercicio, esta emoción positiva que le produce hará que siga motivado. En caso contrario, un mal resultado producirá emociones negativas y, por consiguiente, pérdida de motivación (García & Domenech, 2014). Según el autor Orbegoso, 2016 que analiza este tipo de motivación basándose en las teorías de Ryan y Deci de los años noventa, señala que esta nació como respuesta al psicoanálisis y como reacción al conductismo y que es la “verdadera motivación”. También es interesante mencionar la fundamentación de cuándo una acción se encuentra regulada intrínsecamente. Según Deci y Ryan (1991) citado en Huertas (1997), se basa en tres sentimientos y características: autodeterminación (control de las acciones uno mismo); competencia (capaz de realizar una actividad); y satisfacción de hacer algo propio y familiar (sentimientos agradables y gratos). En definitiva, un alumno motivado intrínsecamente tiene más posibilidades de lograr lo que se proponga.
Por otro lado, la motivación extrínseca es aquella que depende de factores que provienen del exterior y que contempla las recompensas como fin para este tipo de motivación (Llanga, Silva et al, 2019). El estudio de este tipo de motivación se apoya en tres conceptos principales: recompensa, incentivo y castigo. El tiempo en el que se desarrollan estas características es diferente, pues las recompensas y los castigos se producen después del comportamiento, mientras que los incentivos se dan antes y estimulan este tipo de motivación (Mateo, 2001). Al ser este tipo de motivación condicionada por factores externos, estos son muchos los que pueden influir en los estudiantes. Se pueden mencionar algunos como pueden ser: el grupo de amigos, los profesores, el ambiente en el aula, factores socioeconómicos o incluso la influencia cultural de ese momento. Es complicado que todo estos factores estén en consonancia para que un alumno, especialmente de secundaria, se vea 100% motivado. Esta desmotivación, que cada vez es mayor, hace que esto se vea reflejado en las calificaciones y también en la actitud que presentan en el entorno educativo (Llanga, Silva et al, 2019).
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