DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

La desmedida ambición de "Poder" ligada a los intereses político-económicos y de ideología religiosa, muestran cada día más un panorama desalentador de lo que debería ser un ejemplo de conducta humana, en donde prevalece un alto nivel de intolerancia y de falta de respeto por el carácter individual del desarrollo libre de las Personas, Culturas, Naciones y demás componentes de cualquier sociedad.

El conflicto bajo cualquier motivación, parece ser el pan de cada día, que se desencadena  muy a pesar de las normas del Derecho Internacional Humanitario, en los más débiles, la población civil, eliminando los sueños y esperanzas de una infancia cada vez más temerosa de su futuro y de una juventud con pocas oportunidades en su presente.

El panorama Internacional evidencia ampliamente todos esos conflictos que cada vez más disminuyen el objetivo de una Paz globalizada, Medio Oriente, las Coreas, Ucrania, por citar algunos ejemplos de los que ocupan el foco de los titulares en este año; cientos de muertes injustificadas, amenazas y abusos de poder, son las características principales de los movimientos bélicos que se desarrollan hoy y sobre los cuales los organismos de control y vigilancia desean encontrar una solución.

Colombia, nuestra querida Patria, no es ajena a esta enfermedad, lleva más de cuatro décadas de conflicto armado interno, un conflicto que al paso del tiempo parece re inventarse para seguir con su sangrienta lucha basada en la defensa de los derechos del pueblo, el cual parece ser su blanco de guerra.

Las guerrillas aquí no son ajenas al comportamiento de otros conflictos alrededor del mundo, han dejado en la memoria de cientos de dolientes su capacidad armamentista, bélica, sangrienta y descarada de despojar a los más débiles de sus vidas; muchas han sido las masacres en diferentes partes del país, muertes de civiles, mujeres, ancianos y niños, algunos en el campo, en medio del fuego cruzado con las fuerzas militares, en sus tierras, por ser despojados o por no desplazarse, otros en las urbes, por los comandos especializados de estas guerrillas que delinquen en las ciudades demostrando su capacidad de hacer daño en cualquier contexto.

En Colombia es difícil hablar del respeto por el Derecho Internacional Humanitario toda vez que hoy día, estos grupos armados alimentan sus filas de niños y niñas que son reclutados a la fuerza o bajo engaños para servir de escudos en los enfrentamientos, de secuestrados que agonizan entre las condiciones inhumanas en las que se da el cautiverio, de las minas antipersona que sin ningún tipo de estupor se siembran el zonas aledañas a colegios y veredas de campesinos, de mujeres en sus filas que son abusadas sexualmente y obligadas a olvidar su naturaleza de ser madres al tener que abortar; esa es la esencia de una guerrilla de dice estar “luchando por el Pueblo”.

Los enfrentamientos con la Fuerza Pública o Militar también demuestran la vulneración del DIH, varios han sido los casos que a través de los medios de comunicación se han divulgado, sobre las muertes no solo de civiles en el fuego cruzado sino también de soldados y policías bajo la modalidad de “tiro de gracia” o a sangre fría, así mismo las batidas de reclutamiento para engrosar las filas de las guerrillas en aquellas zonas más apartadas del país en donde la participación del Gobierno es muy poca y por el contrario el dominio es el de estos grupos insurgentes.

A la luz de la actual negociación de la Paz, la cual deseamos todos los compatriotas se materialice con verdaderos compromisos, Colombia debe verse beneficiada de hechos reales que evidencien principalmente el respeto por ese Derecho Internacional Humanitario del que tanto se promulga se debe defender, reducir al máximo esa horrible estadística de victimas que enluta a muchas familias, un cese al fuego definitivo que permita construir la reconciliación y proyectos que se dirijan al desarrollo sostenible de nuestra sociedad bajo los principios de Igualdad y Equidad, así como la responsabilidad institucional de velar por el cumplimiento de lo pactado.

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