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DISTRIBUCIÓN DE LA SUPERFICIE DE RIEGO POR TIPO DE CULTIVO


Enviado por   •  14 de Junio de 2016  •  Apuntes  •  2.851 Palabras (12 Páginas)  •  189 Visitas

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2.1.    Importancia de la agricultura en Argentina gladys

2.2.    Problemática de la situación agrícola en argentina Edwin

  1. RIEGO DE LOS CULTIVOS

La superficie bajo riego de Argentina al 2001[1] era cercana a 1,7 millones de hectáreas en 2001, de los . Y un 70% de esta superficie (1,1 millones de has.) se encuentra en regiones áridas o semiáridas, con una distribución de la superficie bajo riego por tipo de cultivo que se observa en el cuadro Nº…..

DISTRIBUCIÓN DE LA SUPERFICIE DE RIEGO POR TIPO DE CULTIVO

Tipo de cultivo

Superficie total (%)

Frutas y hortalizas

28%

Caña, tabaco y plantas aromáticas

15%

Cultivos forrajeros y cereales

14%

Cultivos hortícolas

12%

Cultivos forestales

9.1%

Cítricos, aceitunas y nueves

3.3%

Algodón

1.9%

Otros cultivos

16%

Fuente: BANCO MUNDIAL

Los sistemas de riego  básicamente se reúnen en 3 categorías:

  • Por gravedad (Surco y en forma de “manto”)
  • Por aspersión.
  • Localizado (Goteo, microaspersión y otros)
  • Sin discriminar (Que no encuadran en ninguna de las opciones anteriores)

SUPERFICIE DE CULTIVOS POR SISTEMA DE RIEGO

SUPERFICIE

SISTEMA DE RIEGO

(ha)

%

Gravitación

946575

69.8

Aspersión

281361

20.8

Localizado

127499

9.4

Sin discriminar

162

0.0

TOTAL PAIS

1355597

100.0

Fuente: Dirección de agricultura (SAGPyA)

El riego se expandió mucho después de la década de 1950 con el uso de pozos entubados para captación de aguas subterráneas, aumentando tanto la superficie como la eficiencia. La expansión tuvo lugar en gran medida en dos períodos[2]:

  • Período 1979-1982: corresponde a la ejecución de proyectos de infraestructura de riego financiados por donantes internacionales en Río Negro, San Juan, Santiago del Estero y otras provincias.
  • Período 1988-2003: liderado por el sector privado, con fuerte influencia del gasto provincial y con sistemas basados en aguas subterráneas. Con activa incorporación de tecnologías innovadoras para productos dirigidos a mercados de exportación: aceitunas de mesa, el aceite de oliva y las uvas de mesa.

Sin embargo, a pesar de este desarrollo en Argentina la eficiencia promedio de los sistemas incluyendo toma, acarreo y distribución del agua no supera el 30%, esta cifra es baja o muy baja cuando se compara con países europeos líderes en riego, pero también en relación con países vecinos de Sudamérica. La superficie con tecnología altamente eficiente (acarreo entubado, distribución localizada) no supera el 3 por ciento de la superficie irrigada. Lo que nos da a entender que existe un problema grave de eficiencia técnica en los sistemas de riego, relacionado con:

La Infraestructura

La falta de estructuras adecuadas para la captación y distribución genera situaciones de escasez de agua en el sistema del Valle 12 de Octubre en Chubut. En segundo lugar, hay frecuentes deficiencias de mantenimiento. Por ejemplo, el mal estado de la infraestructura de almacenamiento en Chicoana, Salta, impide regar alrededor del 40% de la superficie disponible. Por último, del 20 al 30% de la superficie regada tiene problemas de alta salinidad debido al deficiente drenaje. Asimismo las dificultades para obtener financiamiento para acelerar el desarrollo de sistemas de riego también agrava esta situación[3].

  1. INSTITUCIONALIDAD

Argentina ha tenido una actividad notable en el mejoramiento de su marco de regulación sobre calidad e inocuidad de alimentos en la última década. Las nuevas normas internacionales en la materia abarcan:

  • Normas de calidad adoptadas voluntariamente por los productores.
  • Normas sanitarias de cumplimiento obligatorio.

La base legal del sistema sanitario y de calidad de los alimentos es el Código Alimentario Argentino (CAA).

  • SENASA se ocupa de los alimentos frescos y congelados, en tanto que,
  • ANMAT es responsable de los alimentos procesados industrialmente.

Mientras que el Sistema Nacional de Normas de Calidad y Certificación (SNNCC) es el marco global regulador de estándares de calidad adoptados voluntariamente por productores individuales y empresas, que se aplica a toda clase de productos y no sólo a alimentos, es dirigido por el Consejo Nacional de Normas de Calidad y Certificación (CNNCC) y comprende dos organismos operativos: el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y el Organismo Argentino de Acreditación (OAA).

  • IRAM responsable de establecer y difundir las normas de calidad,
  • OAA responsable de regular laboratorios, entidades de acreditación y certificar a los auditores.

Para los alimentos la certificación de calidad funciona a través del Programa Nacional de Certificación de Calidad de Alimentos (PNCCA) del SENASA, introducido en 2001.[4]

Habiendo expuesto esto podemos resaltar los problemas que se presentan entre estas instituciones:

  1. Existe una de superposición de normas entre el sistema del PNCCA y el SNNCC.
  2. Hay también superposición de funciones entre SENASA, entidad designada por el PNCCA para establecer normas, llevar a cabo la acreditación de empresas y certificar los procesos y productos en el área de calidad de los alimentos, por una parte, y el IRAM y el OAA, que poseen responsabilidades similares con respecto a los productos en general.
  3. Otro problema es que el SENASA posee funciones de acreditación como de certificación que, en principio, no deberían recaer en la misma entidad.

Asimismo, se han presentado problemas de reputación en dos oportunidades donde la falta de confianza en el regulador afectó a decisiones en países importadores en contra de los intereses de Argentina. Una fue la capacidad de los productores de cítricos de EE.UU. para invalidar un acuerdo de supervisión sanitaria por el SENASA a fin de bloquear las importaciones de cítricos. La otra son las dificultades continuas de acceso de las exportaciones de carne vacuna argentina al mercado de EE.UU. La crisis de aftosa de 2001 no sólo tuvo un impacto económico en el sector ganadero argentino, con pérdidas estimadas en más de US$450 millones, también una crisis de confianza en el SENASA. La confianza en los organismos reguladores es fundamental para mantener buenas relaciones de trabajo con los organismos extranjeros paralelos.

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