Declaracion De Rosario

DECLARACIÓN DE ROSARIO

Rosario, 27 de Noviembre de 2002.

Preámbulo

Carta de Fortaleza - 1995; Carta de La Habana - 1997; Plataforma Québec - 2000 establece los principios que rigen el movimiento de las Américas, que sustentan la noción de la salud como un derecho universal y el fortalecimiento del gobierno local. Rosario - 2002, a principios del siglo XXI, para legitimar el movimiento y encarna la Red de las Américas, con el objetivo de contribuir a la profundización del diálogo multilateral entre las naciones de las Américas, el fortalecimiento de la autonomía y la democratización de las relaciones entre sus pueblos, naciones.

Desde Québec se observa en el escenario internacional, un empeoramiento de las consecuencias de la globalización bajo la lógica neoliberal, cuyo corolario fue una gradual profundización de las desigualdades entre los países de la región y dentro de esos propios países.

Hecho indiscutible es el proceso de urbanización acelerada, debido a la creciente exclusión que lleva a un gran número de personas del campo a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida. Estas expectativas son, paradójicamente, debilitar el frente del desempleo, el crecimiento de los tugurios y la falta de infraestructura, educación, vivienda, salud y la política social de contención.

La explosión del fenómeno urbano plantea un reto arreglos de temas interrelacionados que afectan a todos los sectores de la sociedad, en particular los más vulnerables. Entre ellos una cultura de violencia, una prestación de servicios básicos, inadecuada o inexistente, y el resurgimiento de enfermedades transmitidas por vectores, la superación de los límites geográficos, más allá de la tendencia a un progresivo envejecimiento de la población en condiciones de vulnerabilidad y exclusión.

Esta complejidad se refuerza la necesidad del enfoque de la salud como una expresión de las condiciones y calidad de vida, además de cualquier acceso a los servicios de salud. También refuerza el valor de la democracia, la ciudadanía y la participación social para hacer frente a cuestiones como barriendo el continente.

Declarar

• La salud como un valor social fundamental, la propiedad pública, garantizado por la ley estatal plenamente y bastante universal.

• La descentralización debe ser una puesta en marcha procesos de participación democrática de empoderamiento de los ciudadanos y sus comunidades, con la salud como producto social y el proceso que permite, además de la atención de la salud, la calidad de vida.

• El gobierno local como un espacio privilegiado para el desarrollo de un nuevo pacto Estado-ciudadanos, sin burocracia, democrática, con la participación efectiva de la comunidad y articular los sectores que contribuyen a mejorar la salud y la calidad de vida.

Para los apartados anteriores se cumplan efectivamente, es necesario que los gobiernos nacional y estatal que desempeñen su papel para garantizar el derecho a la salud, el reconocimiento y la compensación de las diferencias de las áreas locales para garantizar la equidad.

Estos principios forman parte del movimiento de los gestores locales de salud en las Américas desde su creación en 1995 hasta el momento en que la Red se convierte Américas propuesta concreta en Québec, donde articulan su red nacional de administradores de salud locales e instituciones involucradas en este esfuerzo .

La red se propone como un observatorio de los procesos efectivos de los

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