Rosario Tijeras

Rosario Tijeras.

Jorge Franco Ramos.

“Cada vez que Rosario mataba a alguno se engordaba. Se encerraba a comer llena de miedo, no salía en semanas, pedía dulces, postres, se comía todo lo que se le atravesara. A veces la veían salir, pero al rato regresaba llena de paquetes con comida, no hablaba con nadie, pero todos al verla cómo aumentaba de peso deducían que Rosario se había metido en líos.”

Este es uno de los conflictos de Rosario, la culpa, esta la atormentaba tanto que se alejaba de la sociedad, se encerraba en un círculo sin salida y lo único que hacia para librarse de esa culpa era comer sin medida, tanto que un día tuvo una discusión con su hermano Johnefe, al que decían que lo quería mas que a su propia madre, por la forma tan desaforada de comer y de ver que las cuentas de la tienda eran cada vez mas altas.

A los dos o tres meses de haber cometido el crimen Rosario dejaba de comer y empezaba a recuperar su figura, aparecía con sus bluyines apretados, sus ombligueras y sus hombros descubiertos, volvía a ser la mujer hermosa que Antonio recordaba.

“Entre mas temprano conozca uno el sexo, más posibilidades tiene de que le vaya mal en la vida. Por eso insisto que Rosario nació perdiendo, porque la violaron antes de tiempo, a los ocho años, cuando uno ni siquiera se imagina para qué sirve lo que le cuelga.”

Este es uno de los conflictos familiares de Rosario, empezando por que según su madre, su padre las abandonó desde que ella estaba muy pequeña, por esto doña Rubí tuvo muchos maridos y uno de ellos fue quien la violó y aunque no fue la única vez que lo hizo, Rosario nunca contó lo que le había pasado, solo hasta que no se aguantó el acoso de su padrastro quien aunque ya no vivía con su madre la seguía buscado y le contó a su hermano Johnefe quien tomo represarías.

Su hermano le contó a su madre pero ella no le creyó nada de lo que le había pasado a su hija, pues doña rubí tenia la costumbre de defender a los hombres con los que ya había estado y atacar al hombre con quien estaba.

Desde este momento Rosario comenzó a tener un resentimiento hacia los hombres y a nunca creer en ellos, ni tomarlos enserio. Tan así que no creía ni en Dios.

Rosario nunca sintió ese amor que solo puede brindarle una familia, tan solo recibió el amor de su hermano, pero esto no es suficiente.

Rosario desde que estaba en el colegio comenzó a hacer estragos, ni su propia madre la aguantaba y a los once años abandona su casa.

Todo esto hace de Rosario una persona vacía, creer poco en el amor y ser una persona sin rumbo fijo.

“La familia de Emilio pertenece a la monarquía criolla, llena de taras y abolengos. Son de esos que en ningún lado hacen fila porque piensan que no se la merecen, tampoco le pagan a nadie porque creen que el apellido les da crédito, hablan en ingles porque creen que así tienen más clase, y quieren más a los Estados Unidos que a este país.”

Un conflicto social que Rosario tuvo fue el de la diferencia de clases, pues la familia de Emilio no la veía con muy buenos ojos, más que todo la madre, quien hizo todo lo posible para separarlos y hacerla sentir mal.

Emilio tratando de que conocieran mejor a Rosario la invitó al matrimonio de un familiar, pero fue todo lo contrario, su madre al verla no le hizo muy buena cara tan solo la saludó y no volvió a modular palabra alguna, solo se la pasó criticando su forma de comer y diciendo que no se le notaba clase por ningún lado.

Cuando Rosario se retiró de la fiesta, destrozada y a la vez furiosa al ver el desprecio de la familia de Emilio habló con Antonio, le contó lo mal que la había pasado y hasta le dijo que pensaba que esa relación no iba para ningún lado y que lo iba a dejar porque eran de mundos muy diferentes.

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