Declaraciones de Estanislao

En las declaraciones de Estanislao, me encontré con una frase que identifica todo el sistema colombiano: “Todo hombre racional, es un hombre desadaptado, porque que es un hombre que pregunta; el hombre adaptado es aquél que obedece” y esto lo afirmaba apoyándose en los escritos de Kant.

Y lo referencio no porque vivan desadaptados, sino todo lo contario; son aquellos quienes están adaptados y son obedientes, al cumplir con la funcionalidad de un sistema.

Kant padre de la razón, libertad y verdad, planteaba 3 premisas para que un hombre fuera racional, dentro de un sistema represor burocrático. La primera de ellas pensar por sí mismo, la segunda ponerse en el lugar del otro, en el sentido de entender y conocer el por qué esa persona está pensando eso, y la tercera y última, consistía en la verdad de los hechos, es decir indagar, y no conformarse con lo que ya está dicho o establecido.

Eso describía a un hombre racional ante una sociedad. Pero actualmente la mayoría de los colombianos, estamos adaptados, obedeciendo lo establecido, y absorbiendo “aquello” que el sistema quiere que se aprenda y se piense. Y ese “Aquello” funciona cuando los intereses personales de la burguesía no se vean afectados y no decaigan en crisis, pues si éste lo hiciera, cómo podrían manejar el sistema a su antojo.

El abuso de autoridad, los intereses personales y la represión a un pueblo, no son temas nuevos o de tendencia en las redes sociales, esto es un tema que da origen mucho más allá. Y se encuentra presente desde las colonias.

Desde que los españoles vinieron a invadir nuestras tierras, abusaron de nuestras costumbres, tradiciones, creencias, e indígenas; saquearon a su antojo recursos naturales, nos implantaron una cultura diseñada, estructuraron nuestra población, decidieron quiénes son parte del progreso y quiénes no.

Diseñaron una sociedad desigual, donde unos pocos son privilegiados, y muchos otros, son víctimas de la injusticia.

Una sociedad sometida a seguir y cumplir leyes, a entender moralmente que es lo bueno y lo malo, a enseñarnos como vestir, a ser castigados cuando merezcamos serlo, a prepararnos para saber qué decir en determinados lugares, a cómo comportarnos en espacios públicos o privados, a cómo debemos escribir, y sobre todo, a cómo debemos pensar.

Son hechos que demuestran de dónde proviene nuestra capacidad de ser “adaptados” y a “obedecer”

Lo mismo pasa en la academia. Nuestra educación es un hecho mediocre, que nos somete, obliga y condiciona, a saber y aprender lo que el sistema ha establecido que se aprenda. Una educación donde lo más importante es que el estudiante o aprendiz, se prepare, practique y aplique lo básico de la supervivencia humana, sin importar lo que él pueda pensar o sentir, todo esto con un solo valor; y es que le sea de utilidad para la sociedad.

Y es que la educación implantada por aquél sistema, reprime el pensamiento, llena de datos, conceptos, y nos obliga a creer en el pensamiento de otro; nos evita la labor de pensar.

La educación fracasa

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