Demanda Por Causal De Dolo

Señores miembros del H. Tribunal para las causas matrimoniales de la Arquidiócesis de Guayaquil

Yo Ana María Pozo Valencia, Católica, mayor de edad, domiciliada en Ciudadela Belo horizonte en el Km. 11 ½ Vía la Costa, Teléfono 600-450, ante ustedes, muy respetuosamente solicito la anulación del matrimonio eclesiástico que contraje con Luis Andrés Solís Flores. A continuación narro los detalles:

FUNDAMENTOS DE HECHO:

Debo empezar mi penoso relato, manifestándoles primero, yo fui enamorada del Sr. José Enrique Muñoz Arcentales. Recuerdo que en aquel tiempo yo tenía 16 años de edad. José Enrique Muñoz Arcentales es y ha sido siempre el amor de toda mi vida, ya que desde muy niña yo vivía enamorada de él.

En aquella época también conocí a Luis Andrés Solís Flores. En una ocasión, me pelee con mi enamorado José Enrique Muñoz Arcentales y ahí aprovecho Luis Andrés Solís Flores para insistirme que lo acepte como enamorado.

En aquel entonces yo tenía 18 y ante tanta insistencia de Luis Andrés Solís Flores termine aceptándolo también como mi enamorado, es decir tenía dos enamorados a la vez. Reverendísimos Sres. Jueces, en honor a la verdad debo indicarles que en esa etapa de mi vida yo solo pensaba en “pajaritos en el aire”, me gustaba molestar, y tome como rutina de estar con el uno y con el otro, hasta que llego el momento en que comencé a tener relaciones sexuales con José Enrique Muñoz Arcentales y también con Luis Andrés Solís Flores.

No paso mucho tiempo y para mi sorpresa y admiración salí embarazada de José Enrique Muñoz Arcentales. Enseguida lo busque, le comunique que iba a tener un hijo de él. Yo esperaba que el me diera luces para saber cómo tratar mi situación de embarazo, busque apoyo en el que iba a ser el padre de mi hijo. Sin embargo, para mi desilusión, me dijo que sus padres lo iban a mandar a estudiar en Estados Unidos y que ya estaba todo listo para que viaje y que mi embarazo no le iba a gustar a sus padres.

Yo no sabía qué hacer, estaba totalmente confundida, enredada, sin saber qué hacer, no sabía que les iba a decir a mis padres, no sabía cómo iban a reaccionar ellos. Entonces, vino a mí una idea muy terrible pero al mismo tiempo me iba a salvar de mi desesperada condición. En vista de que yo también había estado con Luis Andrés le dije que estaba esperando un hijo de él.

Para mi tranquilidad momentánea, Luis Andrés Solís Flores enseguida me propuso matrimonio y yo lo acepté, aunque muy a mi pesar, pues yo sabía que el verdadero de mi futura hija era José Enrique Muñoz Arcentales.

El matrimonio eclesiástico se realizó en la Iglesia “San Antonio María Claret” ubicada en la calle Todos Los Santos N° 138, de Guayaquil.

La noche de la boda yo me sentí mal, con cargo de conciencia por lo que estaba haciendo y por las miradas de muchos de mis amigos que sabían que ese hijo no era de Luis Andrés sino de José Enrique.

En la recepción estuvo la familia de José Enrique, así como mis familiares y amigos. Mi madre llego de Estados Unidos para estar presente en la ceremonia religiosa. Entonces, Dignísimos Sres. Jueces, está muy claro que no hubo petición de mano, ni tampoco etapa del noviazgo todo se realizo abruptamente por mi embarazo, y ni siquiera hubo noviazgo, pues yo quería a José Enrique, quien era realmente el padre de mi hija.

Después de la boda no nos fuimos de luna de miel a ninguna parte, teníamos

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