ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Derecho Internacional

arturo28724 de Septiembre de 2012

6.902 Palabras (28 Páginas)366 Visitas

Página 1 de 28

Derecho internacional

El derecho internacional clásico reconocía esencialmente solo a los estados como portadores de derechos y deberes propios, durante el tiempo de paz y guerra. Esto estuvo vigente durante largo tiempo, y fue allí mismo donde se generaron las reglas para la protección de las personas individuales, por ejemplo mediante disposiciones para la protección de prisioneros de guerra o para la protección de las poblaciones civiles durante las ocupaciones militares. Aun el derecho internacional regula básicamente las relaciones entre los Estados, como los sujetos originarios (“nacidos”) del derecho internacional y principales actores en la comunidad internacional. Al respecto, es necesario hacer una precisión: el derecho internacional regula principalmente sólo aquellas relaciones entre los estados, que por su naturaleza soberana o que por voluntad de los estados participantes se sustraen del derecho nacional.

Existen relaciones del derecho internacional en aquellos casos en los que dos estados celebran un tratado para la promoción y la protección de inversiones o para la extradición de delincuentes.

Además de las relaciones interestatales el derecho internacional moderno regula la creación de organizaciones internacionales y otras entidades y asociaciones. Finalmente, el concepto de derecho internacional se extiende también ah las restricciones del poder estatal, en especial a la protección de los derechos humanos.

Historia del derecho internacional

La idea de un sistema legal (de derecho internacional) completo que regulara las relaciones entre los estados independientes no existió ni en la antigüedad ni en el Medievo. En el reino Romano el ius gentium reglamento, como parte del derecho romano, las relaciones entre romanos y extranjeros. Solo hasta mucho mas tarde, el concepto experimento un cambio de significado: como expresión de un ordenamiento contentivo de los derechos y deberes entre los estados y otras asociaciones. El derecho internacional en el sentido “moderno” es una creación de los tiempos modernos. El desarrollo de reglas fijas para el servicio exterior, la adquisición de territorio, la solución de controversias a través de instancias neutrales asi como para la forma y manera de conducir la guerra, se encuentran ligadas ah la creación de los estados territoriales en Europa. Para el desarrollo del derecho internacional como un ordenamiento legal de coordinación de los estados, el concepto de poder estatal pleno, sin límites externos juega un papel esencial. De ahí partió el doctrinante Francés Jean Bodin para la creación del concepto de la soberanía (seis libros de la republica, 1576, primer libro, capitulo X). La línea de continuidad que siguieron individualmente las instituciones en los periodos tempranos se debe considerar con reservas. No obstante, la idea de un orden universal se remonta hasta las doctrinas de los antiguos sobre el Estado.

Tratado de Westfalia

“Habrá una paz cristiana y universal y una amistad sincera, auténtica y perpetua entre todos y cada uno. Que esta paz y amistad sea observada y cultivada con tal sinceridad y celo, que cada parte se esforzará en procurar el beneficio, honor y ventaja del otro.” Con estas evocadoras palabras se abría el Tratado de Westfalia, un documento firmado en 1648 que consiguió poner fin a la Guerra de los Treinta Años en Alemania y la Guerra de los ochenta años entre España y los Países Bajos.

Desde el punto de vista de la historia política este tratado supone un antes y un después en las relaciones internacionales entre los Estados. En Westfalia, los reyes consiguieron emanciparse del poder eclesiástico y desde entonces no hubo otro poder superior al del monarca. Este es, pues, es el punto de partida del absolutismo: el poder absoluto de los reyes que no terminó hasta la época de las revoluciones liberales.

Pero Westfalia también es el nacimiento del Estado-Nación moderno y supone la culminación de la modernidad, iniciada entre los siglos XV y XVII. Desde entonces, el Estado moderno se define como una organización territorial y centralizada del poder político supremo. Tiene a su cargo los aparatos de la administración pública, el ejército y la burocracia. La principal novedad respecto a la antigüedad es que el Estado moderno ya cuenta con la solidaridad de la comunidad gobernada, mediante la expresión magnífica de la voluntad general: el voto. Todo un logro que ha llevado siglos implantar –y que en el caso de España solo tiene treinta años-.

Para terminar, la importancia de Westfalia fue que intentó diseñar un sistema colectivo para limitar el recurso internacional de la fuerza armada. En una época en la que la espada y la adarga eran los principales instrumentos diplomáticos para resolver conflictos, la simple enunciación de este principio ya suponía un avance. Obvia decir que este intento ingenuo de imponer la paz mundial fracasó. No obstante, fue la primera oportunidad que se le dio a la paz.

Las guerras napoleónicas.

Las Guerras Napoleónicas envolvieron a casi todos los países europeos, por muy lejanos o aislados.

Uno de los países que más sufrieron las consecuencias de la guerra fue Austria. Sus ejércitos fueron severamente derrotados por Napoleón en Marengo (1800), Ulm y Austerlitz (1805) y Wagram (1809), aunque lograron una victoria en Aspern-Eisling (1809). Cada derrota suponía una merma territorial y así perdió sucesivamente, el norte de Italia, algunas posesiones en Alemania, Bélgica (llamados también Países Bajos Austriacos y que España había cedido a Austria en 1714) o zonas de Polonia. El golpe más fuerte fue la supresión del Sacro Imperio Romano Germánico cuyo emperador era el soberano austriaco. Si las tropas austriacas se portaron generalmente bien (Marengo sería un ejemplo), no pude decirse lo mismo de sus generales que, salvo excepciones eran mediocres y estaban anticuados en sus concepciones tácticas y estratégicas

Otro país afectado fue Polonia. El tercer reparto de su territorio, en 1795, entre Prusia , Austria y Rusia, había supuesto su desaparición como estado. Las victorias de Bonaparte lograron su reaparición como estado. Con parte de los territorios originales, en poder de Rusia, Austria y Prusia , Napoleón creó el Gran Ducado de Varsovia. En casi todas sus campañas utilizó tropas polacas, especialmente los famosos lanceros del Príncipe de Poniatowski. La suerte de Napoleón selló también la suerte de Polonia. Volvió a ser ocupada por sus antiguos conquistadores pero, al menos, en la parte rusa se creó un reino semiindependiente cuyo monarca era el Zar de Rusia y que poseía un pequeño ejército propio.

Al igual que Alemania, Italia quedó también afectada por las guerras. Sus estados y dinastías, o bien desaparecieron, o bien sufrieron tales mutaciones que dieron lugar al primer intento de constituir el Reino de Italia bajo el control francés. Este reino se constituyó con las provincias austriacas del norte de Italia, los ducados de Módena y Parma y los territorios que, en torno a Génova, pertenecían al Reino de Cerdeña. Más tarde agregó a ellos el Ducado de Toscana y casi todos los Estados Pontificios. De este núcleo creó el ejército de Italia, al mando generalmente de su hijastro Eugenio, hijo de la Emperatriz Josefina y que tuvieron destacadas actuaciones durante las guerras continentales, especialmente en Rusia.

Nápoles, cuyo reino regía una rama secundaria de los Borbones españoles, fue inicialmente enemigo de Francia, pero las victorias de Napoleón en Italia le obligaron a cambiar de bando. Napoleón, dispuesto a acabar con los Borbones en toda Europa, arrojó del reino a la dinastía y los sustituyó por uno de sus generales, el Mariscal Murat.

La caída de Napoleón restableció, como regla general, las antiguas dinastías y los límites territoriales.

Las monarquías escandinavas también se vieron involucradas en las campañas napoleónicas. Holanda se vio pronto invadida por Francia, ya en época revolucionaria. Napoleón nombró rey de Holanda a otro hermano suyo, añadiendo al reino el territorio belga. Como en los demás casos, la derrota de Napoleón en 1814 supuso el restablecimiento de la dinastía reinante conservando, eso sí, los territorios belgas dentro de la corona holandesa.

Dinamarca y Noruega formaban un único reino al principio de las guerras napoleónicas. La monarquía danesa intentó mantenerse neutral a partir de 1805. Su negativa a incorporarse al sistema continental de bloqueo, originó su invasión por el Emperador en 1807. El temor inglés de que la flota danesa, de cierta importancia, pudiera ser empleada en contra de Inglaterra, ocasionó uno de los actos más reprobables de la guerra. Sin previa declaración de guerra, la flota inglesa atacó y casi destruyó a la flota danesa.

Suecia intervino desde un principio en las guerras napoleónicas en el bando anti francés, pero sus tropas fueron derrotadas, al norte de Alemania, por las francesas del Mariscal Bernadotte. Este hecho, y la franca amistad surgida entre el rey de Suecia y el Mariscal francés, ocasionó un cambio importante en los destinos de Suecia. Su rey, que no tenía descendencia, nombró a Bernadotte como heredero suyo. En 1814 se instauró en Suecia la dinastía actualmente reinante. La negativa de Bernadotte, ya rey de Suecia, de secundar a Napoleón ocasionó la enemistad de los mismos y la participación de Suecia en las fases finales de la guerra.

Otro país involucrado en la guerra fue Portugal. Su secular alianza con Inglaterra la convirtió pronto en objetivo de Napoleón. A instancias de Francia, las tropas españolas invadieron Portugal durante la denominada "Guerra de las Naranjas”.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (46 Kb)
Leer 27 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com