Derechos humanos: Definición, características y enumeración de los derechos fundamentales
asfgsdgdsgergteg6 de Noviembre de 2013
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La expresión “derechos humanos” (también citada con frecuencia como DD.HH.) hace referencia a las libertades, reivindicaciones y facultades propias de cada individuo por el sólo hecho de pertenecer a la raza humana. Esto significa que son derechos de carácter inalienable (ya que nadie, de ninguna manera, puede quitarle estos derechos a otro sujeto más allá del orden jurídico que esté establecido) y de perfil independiente frente a cualquier factor particular (raza, nacionalidad, religión, sexo, etc.).
Los derechos humanos también se caracterizan por ser irrevocables (no pueden ser abolidos), intransferibles (un individuo no puede “ceder” sus derechos a otro sujeto) e irrenunciables (nadie tiene el permiso para rechazar sus derechos básicos). Aún cuando se encuentran amparados y contemplados por la mayoría de las legislaciones internacionales, los derechos humanos implican bases morales y éticas que la sociedad considera necesaria respetar para proteger la dignidad de las personas.
¿Cuáles son los derechos humanos?
Toda persona tiene derecho:
• A la vida.
• A la integridad personal -física, psíquica
y moral.
• A la libertad personal.
• A peticionar ante las autoridades.
• A la libertad de expresión.
• A la protección de la libertad de conciencia y de
religión.
• A reunirse libremente y a asociarse.
• A la identidad y la nacionalidad.
• A la propiedad privada.
• A circular y a residir en el territorio de un Estado.
• A un juicio justo en un plazo razonable ante un tribunal
objetivo, independiente e imparcial y a la doble instancia judicial.
• A la presunción de inocencia.
• A la defensa.
• A no ser discriminado.
• A trabajar.
• A la salud.
• A la cultura.
• A la protección y asistencia familiar.
• A la asistencia de niños y adolescentes.
• A recibir protección y asistencia durante el embarazo
y parto.
• A una alimentación, vestido y vivienda adecuadas.
• A la educación pública y gratuita en todos
los niveles de enseñanza.
• A un medio ambiente sano y equilibrado.
• A la autodeterminación de los pueblos.
• A la protección de su salud, seguridad e intereses
económicos y a una información adecuada y veraz
en relación al consumo y uso de bienes y servicios
• A vivir en paz.
• Al desarrollo humano económico y social sostenible.
El catálogo completo de derechos humanos puede encontrarse
en la Constitución Nacional y en los instrumentos jurídicos
internacionales sobre derechos humanos vigentes en la República
Argentina.
El derecho internacional y el derecho interno: definitivamente una pareja dispareja.
La intensidad creciente con la que se desarrolla actualmente la relación entre el derecho internacional y el derecho interno debería dar lugar a una discusión profunda, al interior de cada país, sobre la forma en que cada sistema jurídico nacional puede enfrentar de mejor manera los problemas que suscita la incorporación de las normas internacionales. Es evidente que el derecho internacional ha dejado de ser el derecho que se limita a regular las relaciones diplomáticas entre los Estados, la distribución de los espacios y las competencias entre los diversos países. Las normas internacionales pretenden hoy por hoy regular materias que antes correspondían en forma exclusiva a la jurisdicción interna de los Estados, materias que van desde la manera en que el Estado trata a su población hasta la emisión de gases de efecto invernadero, cuestión esta última que pone bajo el ojo del derecho internacional a casi toda actividad económica.
Existen dos visiones extremas que se pueden adoptar respecto del impacto que el derecho internacional puede y debe tener sobre los sistemas jurídicos nacionales. Primero, está la entusiasmada perspectiva de algunos que anuncian que el futuro del derecho internacional es doméstico. Su agenda plantea diluir la tradicional división entre el espacio de acción del derecho internacional y el espacio del derecho interno, a fin de que el derecho internacional logre influir con eficacia los resultados de la política interna, obteniéndose así resultados acordes con los objetivos de las normas internacionales.
El derecho internacional que siempre ha estado incómodo con su falta de eficacia podría conseguir por esta vía una solución a través de los derechos internos. En el otro extremo se ubican los que objetan que, en vista de que el derecho internacional adolece de un insalvable déficit democrático, no es correcto permitir que su influencia se traduzca, sin un proceso deliberativo interno, en normas jurídicas aplicables en el derecho nacional.
El efecto penetrador del derecho internacional en el derecho interno forma parte de una estrategia liderada por el movimiento de los derechos humanos. Las palabras de Conforti son prueba de ello:
No se trata de un simple efecto natural del desarrollo del derecho internacional ni de la creación espontánea de una conciencia cosmopolita. No hay lugar entonces para el simple conformismo con lo que está pasando en la relación entre el derecho internacional y el derecho interno. Siendo un efecto expresamente buscado, este artículo pretende examinar los mecanismos que están haciendo posible esta influencia, llamar la atención sobre los efectos perjudiciales respecto del buen funcionamiento de la democracia al interior de los países, y señalar que la solución se encuentra en las manos de los propios derechos nacionales.
La Primera Guerra Mundial fue peor que cualquier otra guerra de la historia. En ella murieron más personas y se hizo más daño que nunca antes en un conflicto internacional. Las bajas de toda la guerra totalizaron más de 20 millones.
La muerte llegó en formas brutales. Los hombres segados por ametralladoras, destrozados por granadas explosivas, muertos en barcos mercantes y de guerra torpedeados en el Atlántico, aplastados bajo orugas de la temible nueva arma que eran los tanques. La guerra también cobró su parte en las vidas civiles. Los ataques aéreos causaron poco daño, pero como cada bando trató de bloquear los suministros del otro, millones de hombres, debilitados durante años por la mala alimentación, fueron víctimas de enfermedades.
Inicialmente, la guerra fue un atrevido desafío para los jóvenes valientes. Pero hacia 1918, la guerra ya encerraba poco encanto para ambos bandos. Era una lucha cruel y enconada. Sin embargo, al terminar produjo una sensación de regocijo en quienes, por ventura, no podían predecir el futuro. Al menos sus sufrimientos beneficiarían a la humanidad, pues pensaban que ésta había sido la guerra que terminaría todas las guerras. . .
A continuación en este trabajo les hablaremos sobre la Primera Guerra Mundial, los países que participaron en ella, sus causas, consecuencias, las batallas, personajes de la guerra, como se desarrolló la guerra, y otras.
Primera Guerra Mundial
El mapa político de Europa estaba dominado por cinco grandes potencias: Austria-Hungría, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Rusia, y una casi gran potencia: Italia. Entre estas naciones existía un inestable equilibrio de poder, y formaron alianzas para autoprotegerse. Austria-Hungría, Alemania e Italia formaron la triple Alianza. Francia, Rusia y Gran Bretaña formaron la triple Entente, un acto de amistad más que una alianza. Estaban dispuestas a ayudarse entre sí, pero en términos limitados.
En agosto de 1914, casi nadie sabía cómo sería la guerra. Ningún país disponía de planes para una guerra que durase más de unos pocos meses, pues se juzgaron como innecesarios. Como única excusa de los que desencadenaron la Guerra sólo se puede decir que no tenían idea de lo que iba a ser, del dolor y ruina que iba a producir con sus cuatro años de destrucción y homicidio.
Tropas aliadas avanzan sobre una posición enemiga
Entre 1914 y 1918 se desarrolló en Europa la mayor conflagración hasta entonces conocida. Motivada por conflictos imperialistas entre las potencias europeas, la "gran guerra", como se denominó originalmente a la primera guerra mundial, implicó a toda la población de los estados contendientes, así como a la de sus colonias respectivas.
La causa inmediata que provocó el estallido de la primera guerra mundial fue el asesinato del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo, Servia (posterior Yugoslavia), el 28 de junio de 1914. Austria presentó un ultimátum a Servia y el 28 de julio de declaró la guerra. El sistema de alianzas militares creado en los años precedentes entró entonces en funcionamiento. Rusia ordenó la movilización de sus ejércitos contra Austria, por afinidad con sus hermanos eslavos. Alemania, aliada del imperio austro-húngaro, pidió a Rusia que detuviera sus maniobras contra Francia, en la que se concentraría el máximo de fuerzas disponibles para lograr rápidamente una victoria que permitiera al ejército dirigirse contra Rusia. El plan fue ejecutado por el general Helmuth von Moltke, que dejó al ejército austríaco encargado de contener a los rusos en el frente oriental y dirigió la mayor parte de sus tropas contra Francia. El ejército francés, al mando del general Joseph-Jacques-Césaire Joffre, se dispuso a su
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