Desde los años 40 y 50 en Colombia se instruyó a las personas para resolver los problemas con las armas

Desde los años 40 y 50 en Colombia se instruyó a las personas para resolver los problemas con las armas, con la violencia, con la muerte y solo con el fin de obtener el poder político. Nuestro país ha sufrido un conflicto armado donde han participado organizaciones subversivas y el Estado, secuestros, masacres, crímenes de lesa humanidad, han sacado a los campesinos de sus tierras, han violado mujeres, han forzado a los menores de edad para que se unan a estos grupos, han asesinado líderes políticos y por la otra cara de la moneda también el pueblo colombiano ha sufrido pues no se puede esconder la verdad sobre toda la corrupción que ha existido por parte del gobierno y los falsos positivos en fin este país ha batallado una guerra que ha demarrado mucha sangre de los justos, han muerto mucho más personas que no estaban en ese conflicto, han sufrido familias que solo labraban la tierra como su forma de trabajo sin hacerle daño a nadie, niños han visto morir a sus padres y han quedado huérfanos y sin consuelo, cada muerte de un colombiano sea guerrillero o civil duele, duele profundamente es por esto que era necesario y más que necesario es un derecho del pueblo colombiano que las dos partes del conflicto se sentaran a negociar para hacer realidad el sueño de vivir y disfrutar de un país tranquilo, un país en el cual la reconciliación y el perdón sea el pilar de la construcción de una vida digna para todos.

Y aunque el término representativo de estas negociaciones ha sido “Diálogos de paz” nuestra cultura aún no se basa en eso, falta mucho respeto por la opinión del otro y peor aún esta sociedad dirige sus opiniones desde el medio dominante y manipulador como lo es la televisión, sin embargo, estoy segura que todos los colombianos queremos vivir esa realidad la de la reconciliación desde un clima de diálogo fraterno en la búsqueda del bien común, es cierto que el pedir perdón no va a quitar el dolor que han padecido las víctimas pero si cambia el futuro de todos y el futuro de nuestras nuevas generaciones.

Debemos perdonar y reconciliarnos para que se supere ese ciclo de violencia porque esas dos acciones son las semillas de la paz, y como dice el docente Jesús Fernando Acosta Cobos en su publicación de la gaceta republicana “la paz debe ser profundamente movilizadora” en cuanto a esto entiendo somos los padres, madres y quienes están al cuidado de nuestros niños quienes debemos empezar a generar esas dos acciones en los niños para que sea la oportunidad de enseñarles cómo solucionar los problemas sociales de otra manera y no con armas, además para despojar las mentes de estas nuevas generaciones de todo esquema político y religioso y así poder escribir una nueva historia en nuestro país.

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