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¡Diles que no me maten!


Enviado por   •  25 de Abril de 2012  •  Ensayos  •  2.057 Palabras (9 Páginas)  •  731 Visitas

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¡Diles que no me maten!

Juan Rulfo

El cuento habla acerca de un asesinato que reaviva a los 35 años de haberse cometido.

Se encuentra el la cárcel el padre de Justino, un hombre de 75 años aproximadamente, condenado a muerte por la culpa de asesinato.

Le parecía increíble como un después de tantos años, ese asunto le volvía a traer mas problemas.

El problema se remonta cuando, en tiempo de sequías, los animales de Justino; se comenzaban a morir de hambre, y el único lugar de donde podían comer, era un verde prado que pertenecía a Don Lupe Terrenos, que además era su compadre.

Este al negarle comida para sus animales, dio paso a que su compadre entrara a su prado sin permiso, y robara el alimento.

Don Lupe cansado de que le robara la verde hierba, le advierte que si encuentra a algún novillo comiendo de allí, lo mataría. Bajo esa advertencia, encontró, a uno, y sin pensarlo lo mató.

Justino al pelear venganza, decide matar a Don Lupe, quien tenía solo dos hijos. Pronto murió también su esposa y sus hijos fueron llevados con unos parientes lejos de ese lugar.

A Justino, lo perseguían, y busco refugio con su hijo, en el monte de Palo de Venado. Su esposa lo dejó, pero no le intereso.

Se creo fama en el pueblo, y tampoco allí era muy bien recibido.

Toda su vida se la paso allí refugiado, escondido, y alejado del pueblo.

Un día, cuando menos pensaba, cuatro hombres lo encontraron, lo amarraron, y lo llevaron al pueblo; a donde se encontraba el coronel, quien diría que se haría con el.

Cuando llega con el corone, le suplica que no lo maten, que no a hecho nada malo, que dejen que dios le aplique su condena, pero que por piedad no lo mataran.

Pero nunca se imagino que aquel coronel, era el hijo, de su compadre, Don Lupe, y quien le reprocha, que el es el culpable, de que su padre no estuvo con el, cuando mas lo necesito, y piensa que quien cometió ese delito lo debe pagar de la misma forma que su padre.

Así pues, ordena lo amarren, le den algo de beber para que se emborrache, y lo fusilen.

Su hijo, regresa por el, lo sube a un burro, lo amarra bien, y se lo lleva, diciendo que sus nietos y su nuera lo extrañarían mucho, y no creerían que fuera el, ya que llevaba la cara, completamente desconfigurada, de tantos tiros de gracia, que le habían dado a su padre.

PERSONAJES

• Justino Nava

• Justino Nava (hijo)

• Don Lupe Terrenos

• El hijo de Don Lupe Terrenos

• Narrador

El guardagujas

Juan José Arreola

En una ocasión; en una prada de un tren viejo, se encuentran un viajero, y un viejo ferrocarrilero que apareció de la nada.

Era la hora exacta en que debía partir el tren, con destino a algún lugar marcado en el boleto del viajero.

Parecía que en aquella prada del tren, nadie se había acercado desde hace años, es mas, parecía que sobre aquellas viejas vías, un tren, no podría pasar.

Aquel ferrocarrilero, se acerca a el, y amigablemente, pregunta que destino lleva. Aquel viajero, responde que va a ciudad “X”.

El viejo le pide el boleto, y al verlo, le recomienda que sería mejor buscar alojamiento en una casa de huéspedes, y esperar, dos, tres, cinco, diez, veinte, o mas días, para que llegar el tren que tenia que abordar, y que no tenia hora fija para que ese tren llegara a aquella parada.

El viajero, asustado, le dice al ferrocarrilero que por favor le ayude, que tiene que llegar a ese destino, ese mismo día, y que no puede llegar después. El le recomienda que se tranquilice y que esperé, con surte y paría un tren ese día.

No te preocupes, -eran las palabras del ferrocarrilero- quizá no conozcas el funcionamiento de este ferrocarril, te explicare.

Este servicio, no tiene, ni hora ni destino, además, la gente que lo aborda, la mayoría de las veces nunca baja, y empieza a hacer su vida sobre el vagón que se le a sido asignado. Otras personas, prefieren, bajar en el lugar que mas les agrada; hay ocasiones, que por sobrepoblamiento en los vagones o las ciudades, los trenes son desviados y obligados a perderse en algún bosque, selva o desierto, y tienen que hacer una nueva sociedad con los tripulantes de aquel viaje.

Creo que no te debes de asustar, y mejor deberías ir pesando que vas a hacer cuando sea el momento de que abordes el tren, el viajero después de escuchar tantas cosas extrañas, pregunta que objeto tiene hacer eso, el ferrocarrilero responde que solo son trampas de la empresa, que buscan disminuir la ansiedad de viajar y hacer que los usuarios caigan en una empresa omnipotente como esclavos.

El viajero queda sorprendido, y le agradece a aquel viejo sus concejos, y es entonces cuando le pr4egunta que el quien es en realidad, aquel ferrocarrilero le contesta que es un guardagujas jubilado, y que nunca había viajado ni lo quería hacer, que sabia todo eso por que los que habían viajado, se lo habían contado.

En eso se escucha el silbido lejano de un tren, aquel guardagujas, de u brinco se pone en las vías y comienza a hacer señales ridículas y extrañas con su linterna.

El viajero pregunto que si era el tren, el viejo corre y desde lejos le grita: - tienes suerte mañana podrás llegar a la ciudad “X”. El viajero aborda el tren, y cuando volvía a ver al anciano, este había desparecido y a lo lejos solo se veía su linterna con esas señales extrañas que hacia.

PERSONAJES

• El forastero viajero

• El viejo Ferrocarrilero

• El narrador

Lo que sólo uno escucha

José Revueltas

Rafael, que toca el violín y que es integrante de una orquesta, que trabajaba en bares y restaurantes; en plena hora de trabajo, comienza a sentirse raro.

Al tocar, siente que sus manos se hacen pequeñas, al igual que todo en su interior, comienza a olvidar las notas musicales.

En su rostro, se dibujaba una sonrisa tonta e hipócrita,

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