Discapacidad física y deporte

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Hay personas que padecen algún tipo de discapacidad física pueden ver afectadas sus habilidades motrices en las extremidades o el aparato locomotor. Pueden presentar falta de movilidad, ausencia de control de la vejiga, contracturas musculares, poco control de la fuerza y la presión, arreflexia, falta de regulación térmica, etc. A la hora de la ubicación espacial, conocer la realidad abstracta, coger un concepto que no les es familiar, necesitan ver la realidad para poder comprenderla. A la hora de lenguaje oral, pueden tener problemas para articular palabras, movimientos del aparato fonológico. Estos niños pueden presentar alguna dificultad de autonomía personal.

Dentro de la importancia que tiene practicar deporte, los beneficios físicos y fisiológicos y de cuidarse personalmente que tiene para todo el mundo, destaco la necesidad que todos han comentado de sentir que su situación se normaliza, porque se ven con gente que está parecido o igual a ellos, que ha superado posibles dudas o problemas que ellos tienen y sienten ahora y les sirven u poco de guías en el proceso…

Necesitan esa superación de las limitaciones impuestas, por su situación, por sus experiencias anteriores, por su realidad… pero superarse, tener retos, plantearse que lo que hacen es normal, está normalizado, no son especiales ni únicos. Necesitan ser autónomos, despejar la mente jugando y siendo parte de algo, como es un equipo. Una ayuda para un control motriz más concreto, nace del deseo personal, de querer hacerlo. Romper con el miedo o pereza que pueden tener generada por la sobreprotección y salir, relacionarse con iguales y tener vida social, dejar fluir las iniciativas que tengan…

Los niños con discapacidad física necesitan inclusión porque, primero: el deporte fomenta una serie de valores lúdicos, respeto, pedagógicos, reglas, decisiones, comunicación, competición… que conlleva una forma de vida y de afrontarla muy concreta y realista. Segundo por que el grupo facilita la integración y es un medio al mismo tiempo, enseñando a trabajar en grupo y como equipo. Y tercero me gustaría mencionar los apoyos recibidos por las personas nuevas que conoce, por las relaciones que establece, ve nuevos modelos de referencia, nuevas formas de ser adulto… conoce, abre la mente… y para terminar porque nunca tenemos que poner un “dis” delante de ninguna capacidad.

Bibliografía:

González, M. H., Vázquez, A. & Rodríguez, A. M. (2000). La aventura de Pecas: divulgación del braille en un aula de educación primaria. Integración: revista sobre ceguera y deficiencia visual, 34, 24-31.

 Macías, D. e González, I. (2012) Inclusión social de personas con discapacidad física a través de la natación de alto rendimiento. Apunts. Educación Física y Deportes, volumen 110, 26-35.

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