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Don Quijote Obra (amor Y Locura)


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2012  •  3.329 Palabras (14 Páginas)  •  683 Visitas

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Acto 1 don quijote y don sancho

Don quijote y sancho se encontraron con Cardenio que pertenecía a una familia rica y estaba enamorada de Luscinda hija también de otra familia rica. Cuando Cardenio había conseguido el consentimiento del padre de Luscinda para casarse con ella, el padre le comunico que tenia que irse a la casa del Duque Don Ricardo. Cardenio mantenía una gran amistad con el hijo del Duque Don Ricardo con el cual tenia una confianza absoluta. Tras este peculiar paron Cardenio continuo contando su historia y llegó un momento en el que se puso a hablar de la reina Madasima, Don Quijote tras oír esto le comenzó a tratar como un loco y como un mentiroso. Cardenio al ver la actitud de Don Quijote le tiro un guijarro que había junto a él, Sancho y Cardenio sufrieron el mismo ataque que Don Quijote. y luego sale corriendo hacia la montaña

Despidióse del cabrero don Quijote y, subiendo otra vez sobre Rocinante, mandó a Sancho que le siguiese, el cual lo hizo, con su jumento, de muy mala gana. Ibanse poco a poco entrando en lo más áspero de la montaña, y Sancho iba muerto por razonar con su amo y deseaba que él comenzase la plática, por no contravenir a lo que le tenía mandado; mas, no pudiendo sufrir tanto silencio, le dijo:

SANCHO: señor mio ¿qué le iba a vuestra merced en volver tanto por aquella reina Magimasa, o como se llama?

QUIJOTE está obligado cualquier caballero andante a volver por la honra de las mujeres. Ademas te hago saber que no sólo me trae por estas partes el deseo de hallar al loco, cuanto el que tengo de hacer en ellas una hazaña, con que he de ganar perpetuo nombre y fama en todo lo descubierto de la tierra; y será tal, que he de echar con ella el sello a todo aquello que puede hacer perfecto y famoso a un andante caballero.

SANCHO -Y ¿es de muy gran peligro esa hazaña?

QUIJOTE- todo ha de estar en tu diligencia.

SANCHO -¿En mi diligencia?

QUIJOTE- Sí -; porque si vuelves presto de adonde pienso enviarte, presto se acabará mi pena, y presto comenzará mi gloria. quiero, Sancho, que sepas que el famoso Amadís de Gaula fue uno de los más perfectos caballeros andantes. Y una de las cosas en que más este caballero mostró su firmeza y amor, fue cuando se retiró, desdeñado de la señora Oriana, a hacer penitencia en la Peña Pobre, mudado su nombre en el de Beltenebros. Ansí que me es a mi más fácil imitarle

SANCHO- -En efecto ¿qué es lo que vuestra merced quiere hacer en este tan remoto lugar?

QUIJOTE-¿Ya no te he dicho que quiero imitar a Amadís, haciendo aquí del desesperado, del sandio y del furioso, por imitar juntamente al valiente don Roldán, en todas las locuras que hizo, dijo y pensó,?

SANCHO- ¿qué causa tiene para volverse loco? ¿Qué dama le ha desdeñado, o qué señales ha hallado que le den a entender que la señora Dulcinea del Toboso ha hecho alguna niñería con moro o cristiano?.

QUIJOTE- el toque está en desatinar sin ocasión y dar a entender a mi dama la larga ausencia que he hecho de la siempre, señora mía Dulcinea del Toboso, Loco soy, loco he de ser hasta tanto que tú vuelvas con la respuesta de una carta que contigo pienso enviar a mi señora Dulcinea

Llegaron en estas pláticas al pie de una alta montaña, que, casi como peñón tajado, estaba sola entre otras muchas que la rodeaban. Corría por su falda un manso arroyuelo, y hacíase por toda su redondez un prado tan verde y vicioso, que daba contento a los ojos que le miraban. Había por allí muchos árboles silvestres y algunas plantas y flores, que hacían el lugar apacible. Este sitio escogió el Caballero de la Triste Figura para hacer su penitencia; y así, en viéndole, comenzó a decir en voz alta, como si estuviera sin juicio:

QUIJOTE -Este es el lugar, ¡oh cielos!, que diputo y escojo para llorar la desventura en que vosotros mesmos me habéis puesto.¡Oh tu, escudero mío, agradable compañero en mis prósperos y adversos sucesos, toma bien en la memoria lo que aquí me verás hacer, para que lo cuentes y recites a la causa total de todo ello!

SANCHO- si es que mi partida y su locura de vuestra merced va de veras, que será bien tornar a ensillar a Rocinante, para que supla la falta del rucio, porque será ahorrar tiempo a mi ida y vuelta; que si la hago a pie, no sé cuándo llegaré, ni cuándo volveré, porque, en resolución, soy mal caminante.

QUIJOTE--Digo, Sancho que sea como tú quisieres, que no me parece mal tu designio; y digo que de aquí a tres días te partirás, porque quiero que en este tiempo veas lo que por ella hago y digo, para que se lo digas.

SANCHO-Pues ¿qué más tengo de ver que lo que he visto?

QUIJOTE-Ahora me falta rasgar las vestiduras, esparcir las armas, y darme de calabazadas por estas peñas, con otras cosas deste jaez, que te han de admirar. Ahora sola hay que escribir la carta para que la respuesta de dulcinea me saque de este tormento.

SANCHO-con cuya respuesta dulce y melificada volveré por los aires como brujo, y sacaré a vuestra merced deste purgatorio, que parece infierno y no lo es, pues hay esperanza de salir dél, la cual, como tengo dicho, no la tienen de salir los que están en el infierno, ni creo que vuestra merced dirá otra cosa

QUIJOTE- tendras que llevar la carta a un escriba para que la transcriba y La libranza irá en el mesmo librillo firmada; que en viéndola mi sobrina, no pondrá dificultad en cumplilla. Y en lo que toca a la carta de amores, pondrás por firma: «Vuestro hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura.»ahora que me acuerdo, Dulcinea no sabe escribir ni leer, y en toda su vida ha visto letra mía ni carta mía, porque mis amores y los suyos han sido siempre platónicos, sin extenderse a más que a un honesto mirar y aun podrá ser la he visto cuatro veces en todo este tiempo: tal es el recato y encerramiento con que su padre, Lorenzo Corchuelo, y su madre, Aldonza Nogales, la han criado.

SANCHO--¡Ta, ta! ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo?

QUIJOTE- -Esa es y es la que merece ser señora de todo el universo.

SANCHO-Bien la conozco, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hi de puta, qué rejo que tiene, y qué voz! Y confieso a vuestra merced una verdad, señor don Quijote: que hasta

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