ECONOMIA DE LA EMPRESA Y GEOPOLITICA

ENSAYO FINAL

JOHN CASTRO

EAFIT

MBA

ECONOMIA DE LA EMPRESA Y GEOPOLITICA

MEDELLIN

2016

A pesar de los diversos tratados de integración comercial de los cuales hace parte Colombia, el aprovechamiento de los mismos sigue siendo –en términos generales—bastante  limitado. La economía colombiana continúa siendo extremadamente dependiente de una limitada gama de bienes primarios en su canasta exportadora. ¿Cómo se explica esta situación? ¿Qué mecanismos/herramientas podrían implementarse para cambiar esta tendencia de la economía colombiana?

Estas interesantes preguntas conllevan al análisis de varios factores. Algunos, tan trillados por la gente, dependen 100% de la principal revolución (que no es tecnología) pero para llegar a ello, es necesario tener en cuenta que estos  tienen un engranaje clave en el desarrollo del país y es claro que el bajo desempeño de Colombia en nivel de competitividad y aprovechamiento de acuerdos tiene diversos factores que han influido históricamente en dicha situación de manera negativa. Entre los principales está la corrupción (El problema no son los impuestos, es el mal uso de los mismos), falta de educación y tecnología (redes, infraestructura y conocimiento) y su importancia para cerrar las brechas entre países.

“Durante los últimos cinco años el país ha perdido siete posiciones en el pilar de preparación tecnológica, ubicándose en el puesto 70 sobre 140 países en 2015 y quedando rezagado frente a otros países de la región” (Consejo privado de competitividad, 2015). Esto implica que mientras otros países han aprovechado la oportunidad real y actual de dar el salto para competir en similares condiciones en el mundo, Colombia sigue reducida en su limitada oferta con lo que pierde posibilidades para desprenderse de la necesidad de depender de bienes primarios.

Los paradigmas que tiene el país acerca de la única posibilidad de exportar bienes primarios, (Por qué es “lo que se tiene”, es “fácil” obtenerlos, es lo que “buscan” otras economía, y decidir todo un plan de crecimiento con base en ello, limita la posibilidad de crecimiento y deja el mediano y largo plazo a merced de factores externos que no se pueden controlar y ni siquiera pensar en que cambien de acuerdo a la necesidad del momento. Metafóricamente hablando, es un barco a la deriva que se jacta del buen viento, sin entender que la vela es realmente lo que permite al viajero avanzar. Es no pensar en que algunos de estos bienes primarios pueden ser esa vela, claro está, al agregar un valor adicional, una transformación que implique algo más y que sea apetecido por la demanda. En las mesas regionales de competitividad es importante trabajar en dichos temas y claramente es necesario el apoyo del gobierno donde también existen oportunidades. Entre los temas que se adhieren a este propósito, se encuentran resaltados los pilares de Justicia y Corrupción. La imperiosa necesidad de ofrecer confianza a la economía (Consumidores, inversionistas, banca, extranjeros, etc.) hace mandatorio que se sienten precedentes de que en Colombia es un grave crimen (y así se condene) el peculado, desviación de fondos y cuanto engaño puedan realizar los líderes del pueblo. También es necesario un gobierno que facilite los procesos para la industria y sus políticas cambiarias y fiscales estén diseñadas en pro del desarrollo y apoyo a la industria, pero para ello, es importante dejar por un momento, el interés personal y lucrativo y pensar en comunidad, país y futuro. Tener en cuenta la industria privada que es realmente quien dinamiza el mercado y escuchar de verdaderos expertos opciones para lograr el mejor aprovechamiento de nuestros verdaderos recursos (GENTE).

Los acuerdos comerciales, que tiene como objetivo facilitar el intercambio de bienes, generar mayor riqueza y aprovechar recursos en un ambiente colaborativo, no sirven mucho cuando uno de los beneficiaros de estos, no poseen el valor agregado esperado para sacar el mayor provecho de estos acuerdos. Por el contrario, se convierten en comodines de otras economías que sin depender de este para sus exportaciones, explotan y sacan lo que requieren para invertir en su propio bienestar y crecimiento. Pero esto no es lo único. ¿Qué pasa con el recurso más valioso de un pueblo?

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