EL ALMA DE LA TOGA INCIDENCIA A TRAVÉS DEL TIEMPO

EL ALMA DE LA TOGA

INCIDENCIA A TRAVÉS DEL TIEMPO

El hombre por naturaleza es un ser social, lleno de valores, que se hicieron patentes desde el mismo comienzo de la humanidad en la prehistoria, cuando buscaba la supervivencia con un profundo sentido de lo sagrado. Las culturas y civilizaciones nacieron por esa misma necesidad al responder a demandas sociales mientras evolucionaba la vida humana de acuerdo con nuevas formas de pensamiento, la aparición de paradigmas vinculados con el progreso, normas y éticas profesionales.

Es por esto que en la Obra Literaria Jurídica “El Alma de la Toga”, su autor Ángel Ossorio, pone de relieve la inconciencia, la falta de amor hacia la profesión del Derecho, haciendo un llamado al corregir cualquier acto, palabra, falta a la ética, corrupción, que se cierne sobre sobre una de las profesiones más antiguas en la historia como es la Abogacía.

Pero, ¿Qué clase de Abogado seré?, Ossorio afirma que “La Abogacía no es una consagración académica, sino una concreción profesional. Nuestro título universitario no es de “Abogados”, sino de “Licenciado en Derecho, que autoriza para ejercer la profesión del Abogado” . Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales, quien no haga esto será todo lo licenciado que quiera pero nunca podrá ostentar verdaderamente el título de Abogado.

Respecto a la fuerza interior, Ossorio considera que es de vital importancia que el hombre crea primero en sí mismo, independientemente de su profesión u oficio, pues esto es lo que le dará energías suficientes para continuar subsistiendo dentro de la sociedad , además recomienda vivir la vida y seguir los dictados de una conciencia bien entrenada desatendiendo las críticas y las agresiones de terceras personas. Es por esto el abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto debe cambiar de oficio .

Ser Abogado implica más que un título universitario, un cartón colgado en la pared de una casa o saber el Derecho, es conocer la vida; sobre esto no hay escrito que pueda definirlo con serenidad, sentimiento, prevención entonces será un verdadero Abogado . La justicia no es fruto del estudio, sino de una sensación.

Ángel cita al ilustre novelista Henry Bordeaux, quien refiere que cuando visitó al escritor Daudet y le manifestó que era estudiante de Derecho, éste le dijo: "las leyes, los códigos no deben ofrecer ningún interés. Se aprende a leer con imágenes y se aprende la vida con hechos. Procure ver y observar. Estudie la importancia de los intereses en la vida humana, "la sensación de la justicia" es indicación de no apegarse excesivamente a las leyes, más bien conceptualizar lo bueno, equitativo, prudente, cordial y sobre todo justo.

A continuación Ossorio pone de relieve el criterio que debe tener un abogado cuando expone que “La abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia” . Cita las palabras del novelista Collete Iver. "Nuestro oficio ¿es hacer triunfar a la justicia o a nuestro cliente? ¿Iluminamos al Tribunal o procuramos cegarle?

Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima aunque equivocada por lo menos es posible que la pretensión de su poderdante sea justa, por lo tanto si sale triunfador es tanto como conseguir la victoria de la justicia misma, eso es una iluminación como una lámpara en un lugar oscuro, se debe evitar la cobardía, sin retroceder por miedo a la crítica. Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo trance. El transeúnte que se detenga a escuchar los ladridos de los perros, difícilmente llegará al término de su jornada.

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