EL DERECHO PENAL MEXICANO.

DERECHO PENAL MEXICANO

El maestro don lucio Mendieta y Núñez nos dice que en lo que respecta a la organización judicial, en cada uno de los reinos de la triple alianza (México, Texcoco y Tacuba) había tribunales encargados de administrar justicia. En el reino de México, el rey nombraba a un magistrado supremo que tenia facultades administrativas y, además, de fallar en definitiva las apelaciones en las causas criminales. Con iguales atribuciones había un funcionario en las ciudades muy pobladas y lejanas y sujetas al reino de México. Estos funcionarios nombraban en sus jurisdicciones territoriales a los tribunales inferiores que eran colegiados, e integrados por 3 o 4 jueces, con competencia en asuntos civiles y penales. En estos últimos los fallos eran apelables ante el magistrado supremo de la ciudad de México y en los asuntos civiles eran inapelables, los jueces se nombraban anualmente por los barrios, había cierto número de policías encargados de emplazar a las partes y a los testigos y aprehender a los delincuentes.

En el reino de Texcoco el rey fungía como magistrado supremo y designaba doce jueces quienes integraban salas colegiadas y despachaban en el palacio del rey en salas destinadas especialmente para su función judicial, una para los jueces que conocían asuntos civiles, otra para asuntos penales y otra para asuntos de carácter militar. En los mercados había un tribunal que resolvía las cuestiones que surgiesen entre compradores y vendedores.

En los reinos de la Triple Alianza eran juzgados por tribunales especiales, los militares y los nobles.

En cuanto al derecho penal, tenía que ser cruel, atendidas las costumbres. Respecto a los delitos varios autores mencionan lo siguiente:

Respecto a los delitos contra las personas, el homicidio se castigaba con la muerte y se hacía con veneno morían el homicida y quien dio el veneno, la mujer que tomaba con que abortar, moría y también la curandera que le había dado el brebaje. El marido que mataba a la adultera moría por que usurpaba las funciones de justicia. Generalmente de daban a estos la muerte. Si el homicidio era de hombre que tuviese mujer e hijos podría trocarse la muerte si la esposa del occiso lo perdonaba, y entonces este quedaba por esclavo de esta.

De los delitos en contra del orden de las familias, la moral pública o las buenas costumbres, el que más se castigaba era el adulterio. El que forzaba a una doncella tenia pena de muerte si era en el campo o en la casa de su padre. La tenían también el padrastro que estaba con su entenada y la madrastra que estaba con su entenado y en general todo el que cometía incesto con sus parientes por consanguinidad o afinidad, con excepción de los cuñados, por el contrario, era común que muerto el marido, otro de sus hermanos tomase a su mujer o mujeres.

Cualquiera

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