ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

EL FÚTBOL COMO MANIFESTACIÓN DEL CAPITALISMO


Enviado por   •  9 de Junio de 2014  •  1.520 Palabras (7 Páginas)  •  160 Visitas

Página 1 de 7

EL FÚTBOL COMO MANIFESTACIÓN DEL CAPITALISMO

Marx decía del capitalista que su mentalidad era del tal modo que en todo, absolutamente en todo, veía un negocio. Y para que todo se transforme en un negocio, todo debe transformarse en mercancía. Y esto ha sucedido con el fútbol. Antes el fútbol estaba en manos de sociedades deportivas y no se producía como mercancía. Pero todo cambió: los clubes de fútbol fueron transformados en sociedades anónimas y el fútbol empezó a producirse como mercancía. Ha sido una gran victoria de la propiedad privada y del capitalismo sobre la propiedad pública y el socialismo. Pero muchos recordamos cómo eran los equipos de fútbol de los países del socialismo real: sus jugadores eran nobles en la cancha, percibían un salario normal, y una vez que acababan su etapa deportiva retornaban a su trabajo. Eran estrellas y eran muy admirados. Pero no se enriquecían ni vivían como reyes a costa de explotar las necesidades e ilusiones de las grandes masas.

Un ejemplo sería el caso de Ronaldinho, de hecho algunos economistas convencionales recurren a dos conceptos: ingresos de transferencia y renta económica pura. El ingreso de transferencia sería equivalente al dinero que ganaría Ronaldinho en otra ocupación, por ejemplo, de camarero. Mientras que la renta económica pura sería la diferencia existente entre el ingreso de transferencia y lo que percibe en concepto de sueldo y prima del Fútbol Club Barcelona. De manera que la mayor parte de lo que gana Ronaldinho es renta económica pura. Para rematar esta concepción los economistas convencionales hablan de individuos únicos. Así que Ronaldinho es un individuo único y por esa razón gana lo que gana. La cuestión estaría, si quisiéramos evitar esta injusticia, en encontrar otro futbolista que hiciera lo mismo que Ronaldinho pero que cobrara menos. Así razonan los economistas convencionales. Pero en verdad los conceptos de ingresos por transferencia y renta económica pura no explican para nada por qué Ronaldinho se enriquece del modo tan exagerado como lo hace. Por el contrario, esas categorías sólo sirven para confirmar el orden existente y justificar el enriquecimiento desproporcionado. ¿Qué sabemos acerca del valor y su naturaleza llamando renta económica pura a la diferencia que hay entre lo que Ronaldinho ingresa como futbolista y lo que ingresaría como camarero? Nada, pero nada de nada. Sólo tenemos un nombre. Pero como dijera Marx: nada sé de una cosa sí solo sé su nombre.

Los economistas convencionales toman las categorías como si expresaran cosas o propiedades de las cosas, mientras que los marxistas las toman como expresión de las relaciones entre las personas. Antes el fútbol televisado era gratuito. No tenía precio. No era una mercancía. Así que las relaciones entre los clubes de fútbol y los televidentes no eran mercantiles. Pero una vez que esas relaciones de no mercantiles pasaron a ser mercantiles, los partidos de fútbol televisados adquirieron un precio. Así que una parte de los grandes ingresos percibidos por los clubes de fútbol, los derechos por retransmisiones deportivas, se explica porque han cambiado las relaciones económicas entre las personas. Pero para que la retransmisión televisiva de los partidos de fútbol se convirtiera en mercancía tuvo que producirse previamente dos cosas: por un lado, la aparición de las cadenas de televisión de propiedad privada, y por otro lado, la transformación de los clubes de fútbol en empresas capitalistas. Así que los desorbitados ingresos de los clubes de fútbol se deben a que las relaciones económicas entre las personas ha cambiado: de ser meramente deportivas a ser capitalistas. De manera que los ingresos desorbitados de Ronaldinho no se explican por medio del concepto de renta económica pura, sino por la constatación de que las relaciones económicas entre los hombres han cambiado. Basta con dejar de producir el fútbol como mercancía y Ronaldinho dejaría de percibir el dinero tan exagerado que percibe.

El futbol después de ser un bien público se ha convertido en un bien privado y lo explicare con un breve ejemplo citando a Francisco Umpiérrez Sánchez con su opinión acerca de este fenómeno: ¨Todos estamos acostumbrados a ir a la playa, tumbarnos en la arena a coger el sol y a bañarnos en el mar. Todo eso no cuesta nada. Es un bien público y todos lo disfrutamos. No obstante, en las costas de Colombia hubo un tiempo en que ciertos sectores empresariales hablaron de la necesidad de que el disfrute de ese bien público tuviera un precio. ¿Por qué? Porque al Ayuntamiento le cuesta dinero mantener la playa limpia, mantener en funcionamiento los balnearios y acometer todas las obras de infraestructuras necesarias para el correcto disfrute de ese bien. Los capitalistas suelen hablar de este modo: al Ayuntamiento le cuesta dinero. Pero resulta que el Ayuntamiento es la representación objetiva de la sociedad, de manera que a quien le cuesta dinero es a la propia sociedad. Y si es a la propia sociedad a la que le cuesta dinero, es la propia sociedad quien debe disfrutarla.

Supongamos, no obstante, que esa tendencia se afianza y los capitalistas logran transformar a la playa en una mercancía y se deja en manos de una empresa privada su explotación. A partir de entonces ir a la playa costaría una determinada cantidad de dinero. Supongamos ahora que han pasado veinte años desde que se produjo ese cambio. Las personas que tuvieran quince años les parecería normal pagar una determinada suma de dinero por ir a la playa. Les parecería normal que como la empresa que explota la playa tiene una serie de gastos, cobrara lo que tuviera que cobrar. Se trata sólo de que observen cómo al cambiar las relaciones sociales entre los hombres, puesto que la transformación de la playa de un bien público en un bien privado es un cambio en esas relaciones, un sector de la sociedad se enriquece, la empresa que explota ese bien, mientras que el sector mayoritario de la misma, la que hasta ese entonces disfrutaba gratuitamente de la playa, ve mermada su renta disponible. Y la costumbre hace pasar por normal lo que no es normal. Puesto que para la izquierda lo normal es que las relaciones económicas entre los hombres sean socialistas, mientras que para la derecha lo normal es que las relaciones económicas entre los hombres sean capitalistas. Dicho de forma más gráfica: la izquierda quiere que las personas no se exploten los unos a los otros, mientras que la derecha quiere que unas personas exploten a otras¨

Algo semejante ha ocurrido con la televisión y con el fútbol. Antes, al menos en España, eran bienes públicos. Pero con la profundización de la democracia, con la profundización de la libertad, se convirtieron ambos en bienes privados. Lo que sucedió fue que las grandes masas no se movilizaron para frenar esas privatizaciones y la izquierda no lo impidió. Cuando EEUU se disponía a atacar militarmente a Irak, millones de personas salieron a la calle para protestar e intentar impedir esa agresión. Desgraciadamente falta en la gente la conciencia de que las privatizaciones son tan graves como las guerras. Nos despojan de nuestros bienes y nosotros dejamos que lo hagan.

El futbol también tiene restricciones económicas, por ejemplo la primera restricción es que nadie duda de que la publicidad sea una agresión y que haya en exceso, sobre todo en la televisión y en la radio. Se ha prohibido en los márgenes de la carretera porque afeaba al paisaje. Del mismo modo se debía prohibir la publicidad estática en los estadios y la publicidad en las vestimentas deportivas. Puesto que las empresa no tienen derecho a estar constantemente bombardeándonos para excitarnos a consumir.

Segunda restricción. Debería quedar prohibido que cualquier famoso haga publicidad a favor de cualquier producto. Puesto que sabemos que no hace publicidad de ese producto por las cualidades que tiene, sino por el dinero que le paga la empresa que vende ese producto. Todo no puede ser vender y vender.

Tercera restricción. Los precios de las entradas de fútbol deben se establecidas por el Estado. Y para ello los clubes de fútbol tienen que retornar a ser sociedades deportivas y dejar de ser sociedades anónimas. Los precios de las entradas de la final del mundial de Alemania 2006 ascienden nada menos que a 768 dólares. Esto es una forma descarada e impune de explotación de masas. Con todo esto debe acabarse.

Con estas medidas no se están restringiendo las libertades de nadie, sino cambiando las relaciones económicas entre las personas, de manera que los pocos no exploten a los muchos. Como dice Marx en la cita que encabeza este trabajo: el hombre es un ser social. Pues bien, los frutos y los disfrutes de los grandes acontecimientos sociales también deben ser sociales.

Es necesario limitar los ámbitos de existencia de las formas mercantiles. Todo no puede ser mercancía ni todo se puede convertir en un negocio. Esta sociedad capitalista que se presenta a sí misma como defensora de los derechos humanos, que no cesa de vociferar que no hay valor más grande que el propio ser humano, pues bien, que libere al hombre de la deshumanización mercantil y monetaria, que cree espacios donde quede prohibido absolutamente la existencia de las formas mercantiles.

...

Descargar como  txt (9.2 Kb)  
Leer 6 páginas más »
txt