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EL HOMBRE

Ivanlozanod728 de Mayo de 2014

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QUIÉN ES EL HOMBRE?

Según el diccionario, por “naturaleza” se entiende las siguientes definiciones: “Modo de ser de una persona o cosa. Conjunto de las cosas del universo físico. Constitución física de una persona”.

Si bien el término “naturaleza” puede tener varias definiciones, elegiremos la primera y la tercera. Y es que la pregunta ¿Qué y quién es el hombre? Busca necesariamente eso que todos tenemos en común y que nos identifica en una misma especie humana. Pero ¿de qué me sirve saber que comparto con el otro algo en común si es a la vez es tan diferente a mí?

Para entender el significado y la importancia a largo alcance de naturaleza humana es preciso evitar el dualismo planteado, desde hace mucho tiempo atrás, por Platón y luego por Descartes en el siglo XVI. No hablamos de aspectos iguales ni semejantes en comparación con otros seres humanos. Hablamos de una misma materia que compartimos al ser personas. De unas mismas capacidades al venir a este mundo como seres humanos. Hablamos, al final de cuentas, de nuestros semejantes.

El hombre no es la suma de las partes, ni la división de alma y cuerpo. No es tampoco solo alma (racionalismo), ni solamente cuerpo (empirismo). La naturaleza del hombre, tampoco puede quedar a merced de un punto de vista subjetivo, que se traduce en el parecer de cada quien. Sean cual fueran las diversas posturas, la naturaleza humana en sí, tiene una objetividad intrínseca, un valor por sí misma. Una finalidad que surge de las mismas potencialidades espirituales humanas (inteligencia y voluntad), y un determinado modo de manifestarse en el mundo según sea mujer u hombre. Captar esto nos hace capaces de entender el gran reto de todo ser humano por alcanzar el ideal de excelencia humana.

No podemos entender al hombre en términos idealistas, ni tampoco reducirlo, a un enmarañado de instintos de estímulo y respuesta, porque comparte como los animales un sistema sensitivo. El hombre no es solo cuerpo. No tiene un sistema cerrado. El hombre por eso es más que su propia naturaleza, y es más que cuerpo y alma, porque no ha venido al mundo configurado, ni determinado, sino todo lo contrario, libre. Con la libertad, el hombre no solo es capaz de lograr mejoras en su ser y elevar su naturaleza humana, sino que es capaz además de encontrar respuestas en el mismo carácter antropológico de su ser. Es capaz de preguntarse por su existencia, por el sentido de su vida, por su condición de persona, por su trascendencia.

Sin embargo, la situación de la persona es que su ser se aparece como unido a un cuerpo.

Muchas veces podemos experimentar de manera vivencial la contradicción de nuestro ser con nuestro cuerpo. La disyuntiva casi tácita, del deber con el querer. Son los típicos casos cuando la conciencia nos aconseja la norma y el cuerpo nos violenta con la negación. O de lo contrario, el imperio autosuficiente de la razón que contradice lo que el cuerpo hace o pide. Estas experiencias normales en la naturaleza humana, nos permiten afirmar que en la existencia, además de ser encarnada, existen dos tipos de relación diferente de mi ser con el cuerpo y la conciencia. “La primera relación se establece cuando el cuerpo es dado a la conciencia espacialmente. La segunda surge cuando el cuerpo propio es dado como experiencia interna”. Es decir, la primera surge cuando experimento que mi cuerpo está instalado en el mundo. La segunda surge cuando soy consciente de que mi cuerpo es la manifestación de mi yo.

2. EL HOMBRE ES UN SER BIOLÓGICO

Desde el punto de vista biológico, el hombre es considerado como el grado supremo del desarrollo de los animales en la Tierra. Biológicamente, el hombre es un animal pero de tipo racional, con determinadas estructuras cerebrales complejas. El sistema nervioso central lo hace capaz del pensamiento abstracto, del lenguaje y capaz de tener una representación mental y una explicación del mundo. El cerebro humano contiene alrededor de diez mil millones de neuronas que con los elementos fundamentales, necesarios e imprescindibles de la función cerebral. Cada neurona dispone de mil a diez mil sinapsis o conexiones con las neuronas adyacentes.

El hombre como ser biológico está también provisto de hormonas, tiene necesidades de alimentación, tiene instintos.

El hombre se diferencia de los animales más desarrollados, por la conciencia, por el lenguaje articulado. La conducta del hombre está directamente determinada por el pensamiento, por los sentimientos, por la voluntad, por el grado en que se conocen las leyes de la naturaleza y la sociedad.

«Biológicamente el hombre es un primate con un Sistema Nervioso Central complejo y altamente desarrollado. Y el pensamiento es una función de este sistema. Lo distintivo del hombre no es el pensamiento racional sino el pensamiento simbólico del cual la razón es una de sus formas» manifiesta Jorge Guillermo Llosa en su»Nueva ciencia del hombre» (Lima, 1986).

Como ser biológico, podríamos decir con las palabras de J. Rostand que el hombre es metazoario, artiozoario, cordado, vertebrado y mamífero: «El hombre es un metazoario, puesto que está formado por numerosas células diferenciadas. Es un artiozoario, ya que su cuerpo puede ser dividido por un plano medio en dos mitades simétricas. Es cordado, porque tiene un sistema nervioso organizado en la parte dorsal del cuerpo; es vertebrado, dado que tiene una columna vertebral; es mamífero, puesto que tiene mamas. Dentro de la clase de los mamíferos, pertenece al roden de los primates, cuyo nombre da testimonio de preeminencia orgánica, y que comprende a los animales plantígrados como él, poseyendo cinco dedos en la mano y cinco dedos en el pie, tres clases de dientes, dos mamas pectorales y hemisféricos cerebrales bien desarrollados» («El Hombre»)

. EL HOMBRE ES UN SER NATURAL

Natural porque es un ser vivo, habitante del medio ambiente. Espiritual porque su esencia es infinita y porque su vida no es producto sólo de lo material sino que su vida tiene un sentido más allá de lo que parece ser, (hay que tener en cuenta que el hombre siempre se ha interesado en buscar a un dios o dioses)

3. POR QUE EL HOMBRE ES UN SER PSIQUICO?

El hombre es un ser que participa de tres dimensiones. Ante todo la somática, orgánica, después la psíquica, mental (en el sentido estricto), y finalmente la espiritual, pero no añadida como una dimensión en sí, sino que, sin ser ella la única, es sin embargo la verdadera dimensión del ser humano.

No podemos, en definitiva, conocer al hombre si se niega alguna de sus dimensiones. Estaríamos ante una proyección del mismo, no ante el hombre en su totalidad. La imagen –legada por Freud- de un hombre absolutamente condicionado por su dimensión psico-física es desplazada en Frankl por la riqueza y dignidad de la persona espiritual, única, irrepetible.

Cada hombre que viene al mundo es algo absolutamente nuevo que llega a la existencia, que se hace realidad. La existencia espiritual no es trasmisible, no puede trasplantarse de padres a hijos. Los padres sólo pueden entregar el contenido genético de los cromosomas que determinan exclusivamente lo psicofísico, pero no a la persona espiritual. El hijo es un nuevo ser que se llama “yo” a sí mismo. Ha surgido un nuevo tú, sin que por eso sus padres se empobrezcan de espíritu o pierdan el derecho de decirse yo a sí mismos (Frankl, 1991).

Este espíritu, por naturaleza invisible, ¿Qué es? ¿Cómo lo descubrimos? No todo lo invisible ha de ser puesto como irreal. Muchos fenómenos del alma, como “el amor a la verdad” o “la buena voluntad “son también invisibles. Lo que existe espiritualmente aparece como algo que se trasciende. Su ser radica en la realización de sí mismo y sólo se verán sus actos pero no la realidad que subyace. Es como la misma situación del espectador de una película: sólo verá el movimiento de los objetos filmados pero no el movimiento o progreso de la imagen o de la película.

Como si existiesen una serie de capas: las más externas permiten y son necesarias para la expresión del núcleo.

Así los rasgos corporales de una persona pueden expresar su carácter como algo anímico y esto a su vez lo espiritual. El organismo psicofísico se presenta como un complejo de órganos, de instrumentos o medios para alcanzar un fin que no siempre deja ver con claridad la esencia espiritual del hombre. Su función expresiva es turbia, al mismo tiempo que hace pensar en su carácter instrumental. Por esto, en la realidad el hombre espiritual pero finito está siempre condicionado, aunque potencialmente no lo sea. La persona espiritual (ese núcleo) es quien organiza al organismo psicofísico. Se establecen relaciones análogas a las de un músico con su instrumento. Tanto el uno como el otro son necesarios para la ejecución de la obra. Si el instrumento se desafina (enfermedad), no habrá músico capaz de tocar en él.

4. PORQUE EL HOMBRE ES UN SER CORPORAL, ESPIRITUAL

En definitiva, «el hombre creado a imagen de Dios es un ser a la vez corporal y espiritual, o sea, un ser que por una parte está unido al mundo exterior y por otra lo trasciende: en cuanto espíritu, además de cuerpo es persona. Esta verdad sobre el hombre es objeto de nuestra fe, como también lo es la verdad bíblica sobre su constitución a "imagen y semejanza" de Dios; y es una verdad constantemente presentada, a lo largo de los siglos, por el Magisterio de la Iglesia

La persona humana es corporal. El cuerpo no es un añadido, ni una máquina que actúa conjuntamente, o un freno para el desarrollo del espíritu como han dicho con diversos matices los dualismos. Platón lo llama

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