EL MISTERIO DEL RÍO

EL MISTERIO DEL RÍO

Explorando por empinados valles y praderas, cerros y muchas quebradas; ella quiso alimentar sus pensamientos de escritora que era para un nuevo libro, estas cosas eran adrenalina pura, sus libros habían sido siempre exitosos, estaba ya acostumbrada. Él, cansado de horas y horas de trabajo, deseó con toda su alma estar aislado por un tiempo y llegar renovado al hospital de la ciudad; donde trabajaba como médico, nada acostumbrado a estos episodios, solo continuó el camino.

Leticia siempre osada, subía y bajaba quebradas, caminaba entre matorrales, éstos ambientes naturales le sirvieron siempre de inspiración, nunca sabía el tiempo en que se quedaba por ahí, solo regresaba si sentía la necesidad de hacerlo, muchos de los episodios que pasaba allí le habían servido para hablar en sus libros acerca del amor, desamor, infidelidad, la mentira o el egoísmo, siempre historias ideadas, pero nunca su propia historia de amor.

Joaquín siempre estuvo muy comprometido con su carrera, con sus pacientes, esa era su vida, sin preocuparse mucho por él, convencido por amigos, por su ya mal humor, aceptó esta aventura, que no era la suya, pero que al fin y al cabo significaba un reto en su vida, además tan solo como se sentía en la vida solo procuro seguir los sanos consejos de sus amigos y gente lugareña, si solo quería paz y tranquilidad, entonces estaba en el lugar adecuado.

El lugar era algo pedregoso, muy empinado en algunas partes, pero también tenía lugares de hermosos valles y un río misterioso, pues según los lugareños, quien se acercaba a él, podía escucharlo hablar y quien le preguntaba algo anhelado que era necesidad de uno, el río les contestaba lo que debían hacer, el río nunca se equivocaba, por eso aquel lugar algo escondido, era a pesar de todo, visitado por quienes creían necesitarlo.

Leticia recorría esos lugares con mucha soltura, nunca había ido allí, pero si a otros lugares; Joaquín en cambio seguía el camino algo temeroso, se cuidaba mucho de su alrededor, por si aparecía algún animal poco amistoso. Ambos caminaban libremente. Por casualidades del destino comenzaron la travesía en sentido contrario, querían llegar a ese famoso río, los dos tenían preguntas a nivel profesional que hacerle… ya querían llegar.

Mucho más rápido llegó Joaquín, que a pesar de su inexperiencia como explorador encontró los atajos que los lugareños le recomendaron, así, llego pronto al río misterioso; lo admiraba, mientras, Leticia lo admiraba desde una zona empinada, emocionada comenzó a bajar, pero resbaló y comenzó a rodar hasta llegar muy lastimada al borde del río. Joaquín había visto todo y se echó a correr en busca de ella, tenía que auxiliarla, lo necesitaba.

Joaquín la supo atender, él pensó por un momento que ni allí se liberaba de su rutina, pero

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