ELOGIO A LA MUERTE

ELOGIO A LA MUERTE

La muerte aquella acompañante agredida y aislada pero inevitable amiga, es posible que así piense un poeta acerca de la muerte, pero la muerte tiene un valor más allá de lo pensado en la actual sociedad.

Santayana, filosofo español, comento que “una buena manera de probar el calibre de una filosofía es preguntar lo que piensa acerca de la muerte”. Esto lleva a pensar que evaluando a la muerte se podrá dar un color o una estética respectiva al concepto de vida, pues la muerte es un concepto de existencia, pues la existencia es infinita lo que converge vida y muerte, y para comprender una toca comprender la otra. La cual me parece la opción más plausible.

La muerte ha representado en el pensamiento contemporáneo el enemigo a eliminar, desaparecer de nuestras formas de vida, el hombre siempre ha querido derrotarla al punto que para el siglo XII le dieron una existencia material, con la aparición de la parca, y que esta perseguía y escogía que persona se quedaba y cual se iba con él.

Este fenómeno suscito un miedo general en las comunidades de la época, creando pánico, provocando que se generara una animadversión a él o ella, se le otorgo una connotación satanista que ha sobrevivido hasta nuestros tiempos, demostrándose en el echo que esta prohibido mencionar esta palabra de manera folclórica porque para muchas comunidades es como si la estuvieran invocando la persona que la mencione morirá inevitablemente, al perecer es un demonio, un castigo de Dios y una herramienta preferida del Diablo.

El concepto de muerte se ha manejado desde mucho tiempo, dando origen a cantidades de definiciones y sobre todo en el campo filosófico pues para muchos como se piensa de la muerte, así piensa de la vida, es decir que la muerte es un ente condicionante, es un determinismo de la razón y la vida, Para Platón la filosofía es una meditación de la muerte.

Por esta razón empiezo el escrito con el poema que se encuentra al inicio “Crespúsculo de muerte” del cual se puede inferir un magno miedo y temor a que la muerte alcance a alguien. Pero ¿Por qué tratar tan indignamente a la muerte? ¿Es un demonio traído para martirizarnos? Pues yo pienso que no.

Es bueno saber que nos vamos a morir, la muerte funciona como un impulsador de la vida misma, la vida sin la muerte no es vida, saber que nos vamos a morir nos ayuda a llevar en nuestras espaldas el saco de una historia plagada de sinsabores como de espacios alegres. La muerte le da un valor inimaginable a los momentos felices, la muerte hace que valores la vida y que cada instante lo percibas con valor.

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