ESCUDRIÑANDO UNA COLOMBIA AMARGA.

ESCUDRIÑANDO UNA COLOMBIA AMARGA

Daniela Alejandra Quintero

El texto “Colombia Amarga” de Germán Castro Caycedo, expresa una crítica muy realista acerca de diferentes problemas que nos aquejan desde mucho tiempo atrás, de los cuales todos somos testigos, algunos más que otros, puesto que hay quienes no hemos vivido en carne propia o no nos hemos visto afectados directamente por aquellas problemáticas; pero no siendo esto último una excusa para evadirlas, ya que, al fin y al cabo, terminan afectándonos y tocándonos de alguna manera. Éste no es, únicamente, el tema de las comunidades que sufren el olvido del gobierno; no es el tema que, únicamente, compete a aquellos afectados a quienes las inundaciones se les ha llevado todo aquello que han construido a lo largo de los años o aquellos a quienes los aquejan las enfermedades y no pueden acceder a una salud digna o aquellos que ya están hartos de pagar para que les construyan el acueducto tan necesitado en su comunidad; no porque no nos afecte a todos nosotros, quiere decir que no nos toque, que no nos corresponda.

Primeramente tenemos, el tema de la contaminación de la tierra por la utilización de productos químicos, que no solo, vuelven infértil la tierra, sino que también, tiene efectos en el desarrollo de la vida misma de los grupos o comunidades de humanos, que se ven expuestos a dichos productos contaminantes. Esta problemática, se  presenta, básicamente, debido a que el gobierno es negligente e incapaz de regular los componentes de los productos usados para la fumigación de los suelos. Esto da mucho que pensar de nuestro gobierno, porque no es capaz de garantizar un mínimo vital para sus ciudadanos, no se toma el trabajo de darle la relevancia que tiene el tema; los productos químicos son comercializados a diestra y siniestra, sin restricción de ninguna clase; y como si no fuera poco, cuando alguno se toma el trabajo de realizar un trabajo concienzudamente, en busca de advertir los efectos de estos productos; como se cita en el texto el testimonio del investigador Alberto Donadío, quien procuraba obtener de la autoridad competente (ICA) respuestas para su investigación académica; tienen, primeramente, el ICA y posteriormente, la Procuraduría, la desfachatez, la una, de  no contestar, y luego hacerlo  de manera inconclusa y de mala fe, y, posteriormente, la otra, de no hacer responder en la manera debida y objetiva a la otra. Ya se puede entrever que no solo hay un gobierno negligente, sino además, desorganizado, que no toma en cuenta el trabajo de quienes solo buscan ayudar.

Otro tema, del cual no hemos sido ajenos, son las inundaciones, las continuas subidas en los niveles de las cuencas hídricas, que inundan los poblados en muchas partes del país. Y volvemos a lo mismo: ¿Dónde está nuestro gobierno?, ¿quién ayuda a los damnificados?, preguntas que nos hacemos, y que, sinceramente, no tienen una respuesta clara, porque, el gobierno ayuda, o al menos eso dicen nuestros mandatarios, cuando salen a hablar en los medios de comunicación nacionales. Pero, otra es la realidad, porque tenemos comunidades enteras en condiciones de hambruna y enfermedad, que se quejan de ser “seleccionados” para recibir uno o dos mercados de parte de su gobierno; SELECCIONADOS, ¿qué es eso?, ¿Qué quiere decir?, como se “selecciona” quien merece o no un mercado, ¿cómo?, si todos están en las mismas condiciones, ¿cómo?, si todos tienen hambre, ¿cómo?, ¿cómo se le dice a uno si y al otro se le deja pasar hambre y necesidad?, simplemente, eso no tiene presentación, personalmente pienso que esa es la conducta más descarada de todas; la vena de la corrupción nos desangra alrededor de 3,9 billones de pesos del dinero del estado (el dinero de todos) en un año, sin contar la innumerable lista de procesos judiciales que hay sin resolver o la innumerable lista de personas que aún no sabemos o  aún no se han descubierto robando, y el gobierno, tiene la desfachatez de dejar a su merced a quienes han sido víctimas de las inclemencias de la naturaleza, y  quienes, lo único que piden para satisfacer sus necesidades, es un mínimo vital: salud, educación, vivienda y comida.

Siguiendo por la línea de la nube de corrupción que nos rodea, nos encontramos con el tercer tema, que se da también en todo el país, y que creo es, de todos, el que más nos ha tocado. Por ejemplo, cuando vamos por la calle en nuestro medio de trasporte y se da la situación que nos encontramos con huecos enormes en la vía, o que vemos obras públicas sin terminar, o encontramos lugares a lo largo del territorio nacional donde no hay agua potable, porque sencillamente no hay acueducto; todas estas situaciones se presentan en nuestro país, y las vivimos a diario; por todos los medios de comunicación se denuncian, pero nadie hace  nada, y de nuevo, las preguntas: ¿Dónde está el dinero?, ¿Por qué el gobierno no responde?, si la culpa no es del gobierno, entonces, ¿de quién es?, y bueno, tenemos a una ciudadanía que ya no cree en sus dirigentes, encontramos un ciudadano desinformado que prefiere abstenerse de ejercer su voto, y también tenemos a un porcentaje mínimo de la población escogiendo los dirigentes de todos, mejor dicho, ¿en qué clase de país loco estamos viviendo?. El gobierno no responde, los ciudadanos no reclaman, y así vamos por la vida, tratando de sobrevivir, con la corrupción, con la falta de educación, con la desinformación, con la falta de cultura, la falta de amor por el prójimo, porque como eso no me toca a mí, no soy yo, no es mi vida, ¿yo para que estudio?, ¿yo para que voto?, ¿yo para que quiero hacer país?, ¿yo para que quiero ser honesto?, mejor sigamos así, robándonos, matándonos, mintiéndonos, dejando que los más desfavorecidos sufran las consecuencias de las malas actuaciones de otros, porque eso no me afecta a mí, ni a mis intereses personales. Que pensamiento, que cultura la nuestra, ¿hasta qué punto tiene que llegar nuestro egoísmo?, si todos tenemos los mismos derechos, mas allá de nuestra concepción de ciudadanos, poseemos los mismos derechos porque somos humanos y punto.

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