EVALUACION DOCENTE EN MEXICO... ¿AVANCE O RETROCESO?

EVALUACION DOCENTE EN MEXICO... ¿AVANCE O RETROCESO?

La Red Iberoamericana de Investigadores de la Evaluación de la Docencia (RIIED), con base en los resultados obtenidos en sus trabajos de investigación, reafirma que la docencia es uno de los componentes centrales del proceso educativo y que es conveniente la evaluación de su práctica, a condición de que el enfoque de dicho proceso sea formativo y de perfeccionamiento permanente.

La (RIIED), menciona acerca de lo que pretende una evaluación docente, cabe mencionar que el objetivo de ser un proceso formativo y de perfeccionamiento permanente, es muy optimista y poco realista. Según la nueva reforma educativa la evaluación se plantea para evitar inconsistencias en la educación en México. Ahora bien el magisterio solo viene a ser un eslabón de muchos que hay que corregir, que se pretende con una evaluación magisterial:

Evidenciar al maestro, culparlo de una educación poco productiva, reducir su autoridad ante la sociedad, darle menos palabra y señalarlo más. La evaluación docente en México ha sido generada para deslindar responsabilidad política, y señalar a la docencia.

La evaluación si se toma como ese proceso de mejora continua, serviría para preparar al docente, para ayudar con la educación en México, pero lejos de ello se está utilizando de manera poco productiva, deshacerse de los “malos elementos” no es una solución, considero que lo importante es la capacitación, generar escuelas formadoras de docentes que sean filtros para aceptar solo a quienes realmente sean vistos como ese potencial que México necesita.

Pero lejos de esto, nuestra sociedad política o quienes están con las riendas de este país, buscan oprimir nuestros derechos, y se ha visto claramente, en los sucesos actuales, se ve como la docencia es amagada, y como la sociedad es conformada. El docente es señalado por no ejercer su trabajo, por usar su tiempo en manifestaciones sin sentido. ¿Pero cuando es señalado o acusado por hacer bien su trabajo?

Es inocuo pensar que una evaluación al magisterio en estas circunstancias pueda ser un avance a nuestra educación. Para que esto realmente sucediera habría que cambiar la perspectiva que se tiene, la evaluación lejos de ser una situación que evidencie al docente, debería ser una oportunidad de mejora. Un reto para ayudarnos a construir a formadores críticos y alumnos analíticos, pero especialmente a una sociedad sedienta de mejora, de justicia y especialmente responsable de suceso y sancionada por dejarlos pasar de largo.

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