Educacion

Paula Vanesa Murcia Osma

LA EDUCACIÓN, EL ARTE DE DESPERTAR

Teniendo en cuenta que la educación abarca la enseñanza que un sujeto comparte a otro de manera voluntaria, compartiendo sus valores, conocimientos y experiencias, se puede decir, que es uno de los actos más importantes y relevantes que se deben destacar diariamente en la sociedad.

Una de las características más importantes para rescatar de la frase “el reto de la educación no es enseñar, sino aprender” (Lorda, 2013) se mantiene claramente en que el buen educador no persigue que el sujeto tenga la réplica de sus conocimientos, sino que busque aquellos recursos para aprender y asociar libremente el conocimiento brindado.

Es importante diferenciar que la educación debe ser tratada de acuerdo a las distintas etapas del ser humano, reconociendo las necesidades de cada sujeto. Una de las críticas más significativas que se le hace a la educación hoy día es la falta de lúdica que prestan normalmente en la enseñanza diaria, siendo esta más que necesaria para el aprendizaje, de niños, jóvenes y adultos ya que, estimulando de manera positiva será más amena su atención y tendrán más interés por responder con mejor calidad (Lorda, 2013).

La educación puede considerase ciertamente como una de las artes más nobles y sobresalientes en el mundo y en el crecimiento del individuo, no solo como sujeto que adquiere conocimientos, sino también como la formación integral de inteligencia y personalidad de cada sujeto.

Por eso, la educación suele considerarse como una de las virtudes más nobles de la vida humana, donde la humanización tiene el papel más importante, ya que el sujeto educador potencializa las habilidades del educando, de una manera positiva para el desarrollo del mismo, reconociendo y manteniendo su personalidad y conservando unas habilidades para enfrentarse a la sociedad que lo rodea y que le exige en muchos momentos la adaptación a problemas nuevos (Lorda, 2013).

En mi opinión, la educación si es una de las artes más nobles de la vida humana ya que, gracias a esta crecemos como personas solidarias, intelectuales, prevenidas a los nuevos cambios y con un orden de ideas donde prevalece el hacer bien y compartir con los demás lo bueno que aprendemos día a día.

BIBLIOGRAFIA

1. Lorda, J. (2013), La educación, el arte de despertar. Introducción un punto de partida y dos principios ocasionales. Universidad de Navarra.

2. Caudel, P. (1967) Oeuvre poetique (Paris, Gallimard)-

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