Educacion

A menudo, en los contextos docentes, se habla de evaluación de una forma exclusiva, centrándose solo en los resultados obtenidos por los estudiantes, en sus calificaciones. Por tanto, el hecho de la evaluación no impide un proceso formativo de los educando. Y aunque se entienda como un proceso calificador, en el fondo expresa también la necesidad de no solo medir los niveles básicos de conocimiento intelectual, sino también se trata de mostrar qué tan cerca está el estudiante de los fines y metas propuestas por la educación misma. El proceso evaluador nos debe orientar a tomar decisiones que lleven en última instancia a esas metas y objetivos educacionales. Estas decisiones no son solo producto de una recolección de datos y su posterior procesamiento e interpretación, es también producto de una reflexión que puede terminar en una toma de decisiones acertada o equívoca.

Según Anglas Miguel (2007).

Si entendemos a la evaluación como una reflexión, un control de calidad sobre lo que se hace, un análisis y luego una toma de decisiones, en el caso del proceso de enseñanza - aprendizaje, es calificar al alumno pero no es lo único ni lo más importante. La evaluación aparece como un proceso por medio del cual los profesores buscan y usan información procedente de diversas fuentes para llegar a un juicio de valor sobre el alumno e incluso sobre el mismo sistema educativo, de tal manera que se entiende la necesidad de retroalimentar los procesos de enseñanza – aprendizaje con la toma de decisiones.

Así mismo, la evaluación es necesaria para que el profesor preste ayuda al estudiante; desde una visión teleológica "mas allá" de sus limites cognoscitivos, teniendo en cuenta su edad, sus capacidades y la preparación previa que siempre trae al aula, es decir, le permite al maestro adaptarse a la singularidad de su educando. Por otra parte la toma de decisiones es fruto de la evaluación. Por lo tanto evaluación en su sentido amplio y formativo, debe llevar a la toma de decisiones, específicamente a aquello que debe modificarse en el proceso de enseñanza - aprendizaje reorientándose, si fuera necesario, a los fines educativos contemplados desde el inicio de la acción educativa.

Según rosales, C. (2000). “Medir aplica la acción de comparar una cosa con otra. Entonces se puede indicar que la medición en la educación es uno de los medios usados por la evaluación para lograr sus propósitos de valoración”. Por lo tanto, la medición procura descubrir el grado de dominio que posee el estudiante sobre el contenido de determinada materia. Esta esta limitada a la simple descripción cuantitativa, no incluye descripciones cualitativas.

De igual forma, la evaluación como juicio es asignar o dar valor a algo a través de un juicio valorativo, en donde, se concibe que el núcleo central de la evaluación es "ser un proceso de carácter

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