Educación
adrichinji9 de Noviembre de 2013
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Qué cambiaría si fuera ministro de educación?
Sinceramente ser ministro de educación es un cargo el cual no deseo, después de tantos cambios radicales en el sistema educativo y algunos no tan positivos como se esperaban, llegar a ese puesto es como un castigo divino. Pero si la situación se me presenta y llego a ocupar dicho puesto analizaría muchos de los cambios que están establecidos y el porqué de los mismos.
Viendo que el gremio educativo goza de una reputación fatal, que si son vagos, irresponsables, faltos de ética profesional; que estos son ladrones, aquellos borrachos y otros tantos calificativos, sin embargo, todos sabemos que hay buenos y malos profesores, estudiantes, directores, supervisores y hasta Ministros, pero la ética en la función de cada uno es lo que hace la diferencia, esa vocecilla que nos tacha y nos amarra, nos prohíbe y encierra, desde luego que algunos la callan o la niegan, para no escucharla y hacer de las suyas, pero ya eso es decisión personal.
Entonces, ¿qué haría yo si fuera ministro de educación? Sabemos que desde el año 1995 se vienen implando cambios en pro de la mejora educativa con la vigente propuesta de “hacia el siglo XXI” esto ha tratado de eliminar esa idea de traer modelos de sistemas de educación de otros países y sin un análisis del mismo implantarlos en nuestro sistema, esto ocasiono el disgusto de muchos y la disconformidad diría yo de todos. Iniciaría con cambios en los programas de estudio, los cuales están ya como muy viejitos y algo atrasados con temas importantes o metodologías más activas.
Estos programas se elaborarían de acuerdo a los siguientes propósitos:
Fortalecer los planteamientos de la Política Educativa que ya de todas maneras aparece reflejado en los programas de estudio, desde una dimensión de continuidad y de concertación con distintos sectores educativos del país. Modificar la anterior estructura curricular de los programas de estudio, con el propósito de que en la acción docente haya una mejor articulación, entre los fundamentos teóricos expresados en el diseño y la práctica pedagógica del educador. Generar un compromiso entre docente y administradores del currículum oficial, con el fin de incorporar en la práctica pedagógica actividades que sean capaces de: -Promover la participación de los distintos sectores sociales., -Promover la lucha por el rescate y la formación en valores. Eso sí, continuando la iniciativa “arte, estética y ciudadanía” contextualizándola para logar mejores resultados a nivel nacional y evitar la deserción sin necesidad de caer en la vagabundería.
Luego cambiaría el sistema de evaluación trimestral eliminando el adelanto de materias, lo cual está afectando gravemente a la comunidad educativa, ya que ven poca responsabilidad con sus obligaciones como discentes y reflejan el poco interés, porque ven al docente como el empleado que les debe de dar los puntos necesarios para pasar a otro nivel. Además esta metodología desgasta más al docente colocándole un trabajo extra que lo lleva al agotamiento o a la mediocridad.
Trabajaría en el fortalecimiento de los valores familiares como individuales y la identidad de cada ser humano, tomando en cuenta que esta pérdida de valores y de identidad del costarricense surge porque que nuestro sistema educativo sí se ha dejado influenciar extrañamente por corrientes extranjeras que quitaron de las manos de los padres de familia la educación de los hijos y, subliminalmente, se le entregó a los maestros y profesores. Hoy llegan a las escuelas niños chineados y sin límites que no saben respetar la figura de autoridad y además, han sido premiados sin ninguna dificultad de cosas totalmente innecesarias y materiales que los hacen pensar que la vida está allí, que otros ya trabajaron y que ellos, los niños, no tienen que elaborar
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