El Aborto

El Aborto

En los últimos años en el mundo, el aborto se ha convertido en una práctica habitual en muchas mujeres que deciden terminar con un embarazo de una forma fácil, sencilla e irresponsable.

En nuestro país, el aborto provocado es ilegal, por esta razón las mujeres que desean practicarse un aborto recurre a personas que no cuentan con los métodos o instrumentos adecuados para este fin que es acabar con la vida de un ser humano que llevan en su vientre sino que también arriesgan su propia vida al practicarse un aborto.

El aborto es la interrupción del embarazo antes de que el feto pueda desarrollar vida independiente, con la expulsión total del feto, la placenta y las membranas.

El aborto se puede realizar de dos maneras: profesional y empírica.

En el primer caso la persona que va practicar un aborto tiene una formación médica, que la va efectuar con equipo apropiado y en condiciones óptimas de limpieza.

En el segundo caso la persona no tiene conocimiento medico ni tiene los instrumentos ni las condiciones con la cual debería trabajar para aplicar un aborto.

El aborto puede ser de cuatro tipos: el espontaneo, el inducido, el terapéutico y el natural.

Se habla del aborto espontaneo cuando la muerte es producto de alguna anomalía no deseada por la madre.

Periódico La Nación (septiembre 2002) afirma que se calcula que el 25% de todos los embarazos humanos finalizan en abortos espontáneos y tres cuartas partes de los abortos suceden en los tres primeros meses de embarazo.

Las causas por las cuales se da un aborto espontaneo no se conocen con exactitud. Puede ser por alteraciones del ovulo en desarrollo, alteración en el entorno materno o por enfermedades que tenga la madre.

El síntoma que puede avisar a una mujer que está apunto de abortar es el sangrado vaginal, acompañado en muchos de los casos de un fuerte dolor o no.

El aborto inducido es la interrupción del embarazo mediante la extracción del feto del útero.

Para practicar un aborto inducido se emplea cuatro diferentes intervenciones quirúrgicas:

La succión o aspiración: Este método se puede realizar hasta la duodécima semana. Mediante el uso de dilatadores para conseguir el acceso a la cavidad uterina a través del cuello del útero, donde se introduce un tubo flexible conectado a una bomba de vacío para extraer el contenido uterino. Dicho método puede durar de unos 5 a 10 minutos en las pacientes. Luego de la succión del feto se introduce un instrumento metálico en forma de cuchara para eliminar cualquier resto de las cubiertas uterinas donde se encontraba el feto.

A partir de la 15 semana de gestación del feto utilizan el método de las infusiones salinas. Para este método se utiliza un tubo finito o una aguja para extraer una pequeña cantidad de líquido amniótico del útero el cual ese líquido es sustituido lentamente por una solución salina concentrada al 20%. La paciente debe esperar entre 24 y 48 horas para que empiece a producírsele contracciones uterinas, que producen la expulsión del feto.

La Dra Loretta Giacomin del Hospital CIMA, afirma que como alternativa a estos procedimientos, existe una píldora denominada

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