El Alquimista

El alquimista es un libro que narra la historia de un muchacho llamado Santiago y su odisea por cumplir su “Leyenda Personal”. Él decide seguir su sueño de viajar y conocer el mundo a pesar de no tener los recursos suficientes para hacerlo, por lo que se vuelve pastor de ovejas para así tener la posibilidad de viajar.

Cierto día al pasar la noche en una vieja iglesia, volvió a tener por segunda ocasión el mismo sueño de la noche anterior donde un niño lo tomaba de la mano, lo llevaba hasta las Pirámides de Egipto y le decía que si iba hasta ahí encontraría un tesoro y justo cuando le iba a mostrar el lugar exacto donde estaba el tesoro, el muchacho se despertaba.

Al llegar a Tarifa, fue con una gitana que le dijo que debía ir las Pirámides de Egipto porque su tesoro lo esperaba y como pago le pidió el 10% de éste. El joven se encontraba indeciso entre si ir o no en busca del tesoro hasta que un viejo y sabio rey lo convence de ir, esa era su Leyenda Personal y tenía como deber el cumplirla.

El muchacho decide ir en busca del tesoro, para esto, vende sus ovejas, se va a África, le roban y para reunir dinero y así volver a su vida de pastor, se queda a trabajar con un comerciante de cristales. El negocio empezó a mejorar mucho por las ideas de Santiago, por lo que después de un tiempo, logró tener dinero suficiente para regresar y duplicar su ganado. Sin embargo, decidió seguir e ir hasta Egipto.

Se une a una caravana para poder cruzar el desierto y llegar a un Oasis. En este recorrido conoce a un Inglés, aprende sobre el Alma del Mundo y al llegar al Oasis se enamora de Fátima, “el amor de su vida” y a un Alquimista. Éste último lo ayuda a llegar hasta las Pirámides, ensenándolo y motivándolo a terminar su Leyenda Personal.

Después de una serie de sucesos y lecciones aprendidas, el muchacho llega a las Pirámides, ahí unos asaltantes lo golpean y uno de ellos le dice que él tuvo un sueño en el que le decían que debía ir a una Iglesia vieja abandonada en Andalucía. Santiago regresó a la iglesia abandona, escarbó, encontró el tesoro y se decide a regresar por Fátima.

Nos enseña esta narración, que a pesar de las circunstancias en que vivamos, si se quiere algo se debe insistir y trabajar duro y pacientemente para conseguirlo, no importan las adversidades y pruebas que se presenten, ya que todo sirve para aprender algo y mejorar en algún aspecto.

Debemos confiar en nosotros mismos, en lo que queremos hacer y hasta donde queremos llegar. Hay una parte del libro donde se habla del miedo a fracasar, que muchas personas no deciden seguir sus sueños por miedo a fallar o por temor a salir decepcionados al descubrir que lo que esperaban no era ni remotamente parecido a la realidad. Pero es esa cobardía la que debemos vencer al confiar de uno mismo.

Santiago tuvo miedo en varias ocasiones, desde el principio cuando no se decidía si hacerle caso al sueño o no, pero él tuvo coraje, confianza y entusiasmo para recorrer todos esos kilómetros y pruebas. No sólo los recorrió, aprendió de todo lo que se encontraba a su paso.

Al final de cuentas llegó al mismo sitio donde había comenzado, y pudo haberse enojado porque desde el principio tuvo su tesoro cerca de él y nunca lo notó. Sin embargo no tuvo una mala reacción, al contrario, él sabía que en ese viaje había aprendido mucho y había encontrado cosas con mucho más valor para él que el de todas esas monedas de oro españolas.

Esta historia no alienta en ser perseverantes, en no quitar los ojos de nuestra meta por difícil que parezca y por más tropiezos que tengamos en el camino.

...