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El Caballero Del Espejo


Enviado por   •  21 de Mayo de 2013  •  1.227 Palabras (5 Páginas)  •  509 Visitas

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No muy lejos de la ciudad de Bratislava – antes Presburg – existe un pequeño pueblo llamado Varläg, que aunque hoy está completamente abandonado llegó a tener bastante importancia en el pasado. Entre sus impresionantes ruinas destacan las de un castillo que en su día fue una gran fortaleza construida para rechazar a los turcos y que tras cambiar varias veces de propietario fue por fin adquirida por un Conde húngaro llamado Gulay, famoso en todo el Imperio de Austria tanto por su crueldad como por belleza, ya que era extraordinariamente apuesto. Sin embargo hasta los hombres crueles y apuestos sucumben al Amor y eso fue precisamente lo que le ocurrió al joven Conde: No bien hubo llegado al pueblo se topó con una bella joven que salía de la Iglesia y se enamoró inmediatamente de ella.

La joven, que se llamaba Sofía y era extraordinariamente hermosa, fue así llevada al castillo con la intención de que se convirtiera en amante del aristócrata, pues aunque éste se hallaba sinceramente enamorado en modo alguno podía contraer matrimonio con ella al ser de muy humilde origen. Como es natural Sofía se resistió cuanto pudo al principio y como el Conde no deseaba hacerla suya a la fuerza puso todo su empeño en que ella llegara a sentir lo que él sentía y al cabo lo consiguió, no tanto porque se tratara de un hombre extraordinariamente guapo, viril y valiente, sino por cuanto a la joven acabó conmoviéndola el amor mismo que el Conde sentía por ella y así cuando llegó a la conclusión de que solo su amor podría transformar al aristócrata convirtiéndolo en un hombre bondadoso se entregó a él en cuerpo y en alma.

Al cabo de algunos años Gulay era ya amado por el pueblo y respetado por todos. Repartió buena parte de su fortuna con los más humildes, construyó un pequeño Hospital y una Escuela y creó un fondo con cargo a su patrimonio personal para que los jóvenes más estudiosos del pueblo pudieran acudir a la Universidad de Praga o a la de Viena. Repartió sus tierras entre los campesinos y consiguió del Gobierno Imperial una importante subvención para construir una carretera que uniera el pueblo con Presburg. Así pues, y por obra y gracia del Amor verdadero, un hombre que había sido terriblemente malo en su juventud se convirtió en virtuoso,

Un triste día de invierno Sofía enfermó y aunque se pusieron todos los remedios para que recuperara la salud no ofrecieron resultado alguno y murió dejando al Conde sumido en la desesperación, pues aunque jamás se había casado con ella, a todos los efectos Sofía había sido su mujer y ahora se encontraba solo con su dolor al haber permanecido soltero. El Cura párroco del pueblo, que fue a visitarle, le dijo que Dios Todopoderoso le había castigado por vivir en pecado pero el Conde no le creyó porque sabía que había obrado bien.

- En cualquier caso, Excelencia, yo no puedo enterrarla en tierra sagrada ni oficiar funeral alguno por ella, ya que vivió en pecado y murió sin confesarse.

De nada sirvieron al Conde sus protestas y sus influencias. La poderosa Iglesia Católica había condenado a Sofía a vagar por los infiernos eternamente, porque había pecado viviendo en público concubinato y no se había arrepentido. Por lo tanto sus restos mortales debieron ser enterrados en los sótanos del castillo en una tumba sin cruz y bajo tierra no bendecida.

Tras atravesar el largo túnel del Olvido, a lo largo del cual van borrándose todos los recuerdos de la vida mortal salvo el Amor y la esperanza, llegó Sofía ante la Gran Puerta que separa el mundo de la materia del de la pura energía deteniéndose ante la Gran Balanza de oro.

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