El Hombre Mediocre

ENSAYO DEL HOMBRE MEDIOCRE

CAP. III – CAP IV

En la vida nos encontramos con personas que son deshonestas que se dejan vencer por la tentación negativa, siendo hombres mentirosos e hipócritas de los cuales debemos de tener mucho cuidado, ya que este tipo de personas puede influir mucho en personas que son honestas e incluso puede cambiar la manera de pensar pero en forma errónea haciendo el mal. Las personas deshonestas no tienen valores o carecen de ellos. Una de las características esenciales de personas mediocres es que siempre se alaban diciendo “Yo soy” solos no pueden vivir andan haciendo sentir pésimo moralmente a las otras personas, la sociedad rechaza a este tipo de personas.

Según el autor José Ingenieros en su obra “El hombre mediocre”, nos indica que las personas virtuosas son enemigos de aquellas que son mediocres, en pocas palabras prefieren al hombre honesto ya que estos admiten su error cuando lo están equivocados, es pasivo y con ello se le asigna un nivel moral superior al vicioso, aunque permanece por debajo de quien practica activamente alguna virtud y orienta su vida hacia algún ideal.

Los delincuentes son individuos incapaces de adaptar su conducta a la moralidad porque son hipócritas, siempre mienten, nunca aceptan sus errores y mucho menos se corrigen, se aprovechan de otras personas, violan los derechos de los demás, provocan pánico en la sociedad es por ello que son rechazados y mal vistos en la sociedad.

Solamente los virtuosos poseen talento moral, tienden a ser mejores cada día y las demás personas tienden a seguirlo y a practicar en hacer el bien. Una persona hipócrita no vive en un entorno de honestidad sino en una vida infame de odio sin valores molares viendo como las personas que si son honestos se van de un lugar a otro para no estar con esa persona deshonesta.

El hombre balancea sus actos de acuerdo a su moral y principios, las personas que logren llegar a poner la moral al principio de sus actos se sentirán inconformes y serán más competitivas y así acercarse más al concepto de genio moral.

La envidia es el motor de los mediocres porque les empuja a su tonto y fracasado éxito, es como su pan diario. Pero qué bueno se puede esperar de los mediocres, ellos viven de los capaces, así como los parásitos viven de ellos. Aunque no solo los mediocres sienten envidia pues todo hombre lo es de alguien en algún sentido. La envidia es una cobardía propia de los débiles, un odio impotente, una incapacidad que se manifiesta al momento de competir o de odiar. Estas personas pertenecen a una especie de moral raquítica, mezquina, digna de compasión o de desprecio, la envidia femenina es perversa.

El que tiene méritos, sabe lo que le cuestan y los respeta, estima en los demás lo que desearía que se le

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