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El Niño De La Pijama A Rayas


Enviado por   •  26 de Marzo de 2013  •  1.231 Palabras (5 Páginas)  •  361 Visitas

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EL NIÑO DE LA PIJAMA A RAYAS

En la época donde Alemania era un Estado autoritario, ya que gobernaba el partido nazi que decidía según sus intereses, reduciendo la libertad y creatividad de las personas. Se supone que todo Estado debe estar al servicio de la persona, y debe respetar su dignidad y los Derechos Humanos, por lo que el que ejerza el poder debe desarrollar unas leyes que respeten estos aspectos los cuales claramente no eran considerados por el partido nazi. Por otro lado, el Estado es también la sociedad civil. Pero en este Estado no podemos decir que hubiera vida social, pues había falta de algunos de los elementos necesarios para que ésta sea posible. Por ejemplo, la comunicación y el lenguaje, ya que los judíos no podían expresar libremente su opinión y su religión, tampoco se les permitía relacionarse con los demás, al no poder salir más tarde de las 8 a la calle, o ir a casa de un no judío, ni poder usar los mismos autobuses, etc. También carecía de la justicia y el derecho, pues éstos deben dar unos criterios que permitan la igualdad y la armonía, y los nazis trataban a los judíos como seres inferiores, no como iguales, no como personas.

En una familia Alemana formada por un militar Nazi que era el padre de un niño de 8 años y una niña de 12 y esposo de la madre de estos niños; esta familia vivía en la ciudad y por ordenes del fihurer el esposo es trasladado a una casa en el campo cercana a uno de los sitios de trabajo para judíos. Al llegar a la casa el niño logra ver el sitio de trabajo y al preguntarle a su padre de que se trataba este sitio el responde que es un lugar sin importancia donde hay cosas que ni siquiera vale la pena mencionar.

Para los soldados todos los judíos eran iguales. No eran personas, eran judíos, eran un número, todos iguales con esa ropa mugrienta, los rostros pálidos, las caras tristes y las cabezas rapadas. Pero esto no es verdad, es un error, pues por muy parecidos que sean por fuera, como personas que son tienen intimidad, que es el yo más profundo de la persona, que hace que cada persona sea única e irrepetible. Las personas son iguales en dignidad y derechos, pero cada una tiene su interioridad. Todas tenían nombre y apellidos, padre y madre, ilusiones y proyectos, todas eran inocentes, pero los nazis ni siquiera se dignaban a conocerlos. No querían saber nada de ellos simplemente por su religión, convicciones políticas o cualquier otra circunstancia, simplemente por no compartir exactamente la misma idea que ellos.

Los que sí se conocieron fueron el niño alemán y un niño judío del sitio de trabajo. Conocieron la verdadera amistad de muy pequeños, pues la relación de amistad de estos no era una relación superficial en la que simplemente se saludan y dicen conocerse pero nunca se profundiza; sino que a través del diálogo se fueron conociendo, y se fue creando un lazo de unión entre ellos. Empezaron a ser importantes el uno para el otro. El niño alemán se preocupaba constantemente por el judío, y éste anhelaba el momento del día en el que hablaba con el alemán. Ambos se sentían muy solos: uno porque no había un buen ambiente familiar en su hogar, no había comunicación, y menos después de la mudanza; y el otro por la pérdida de su padre. Es una relación de entrega, en este caso se entregan la mutua compañía. Forjaron una relación profunda y duradera, basada en la confianza, una relación en la que se apoyaban mutuamente de forma desinteresada

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