El Papel De La Afectividad Humana

EL PAPEL DE LA AFECTIVIDAD HUMANA

Y SUS IMPLICACIONES

La relación maestro-alumno está determinada por múltiples factores que interactúan entre sí modificándose constantemente, en este proceso, las emociones juegan un papel importante porque influyen en el trabajo cotidiano dentro del aula y en consecuencia en el logro de objetivos de enseñanza y aprendizaje. Las emociones que tanto el alumno como el docente llevan a la escuela diariamente se relacionan con los acontecimientos que viven cotidianamente, pueden ser negativas o positivas y en tanto unas u otras tienen un impacto que genera una respuesta estableciendo las condiciones del ambiente de trabajo en el que se desarrolla el alumno y el maestro.

Las emociones son inherentes al ser humano, son de hecho lo que nos hace ser “humanos”. La Teoría del Pensamiento describe las emociones como las percepciones o formas de conocimientos que se hallan en nosotros y que pueden causar reacciones fisiológicas, Lazarus analiza las seis emociones que considero yo, determinan la mayoría de las relaciones que construimos en nuestra vida diaria con las personas que nos rodean: Tres que se consideran positivas; el amor, la felicidad, la gratitud y tres consideradas negativas; la ansiedad, el miedo y el enojo. La manifestación de estas emociones se relaciona tanto con nuestro temperamento (colérico, flemático, melancólico o sanguíneo) como con la capacidad e inteligencia emocional con que manejamos los conflictos que se nos van presentando a lo largo de nuestra vida.

Cuando las emociones que experimentamos se relacionan con situaciones que consideramos difíciles de resolver y nuestro sitio de confort se ve afectado, entonces estas emociones se convierten en estrés y nuestras reacciones físicas y emocionales caracterizan nuestras actitudes hacia los demás en los sitios que nos movamos. De este modo, Un docente que se presenta sonriente en su clase, con una gran sonrisa va a generar una sonrisa y una actitud positiva en sus alumnos predisponiéndolo como un receptor dispuesto y positivo, en tanto que si el docente se presenta serio y enojado el alumno se mostrara reservado y poco dispuesto al aprendizaje.

Como quiera que nos experimentemos, sea cual sea nuestro estado de ánimo, los alumnos tienen una percepción de nosotros que definitivamente influye en sus procesos de enseñanza-aprendizaje. Puesto que el ser humano es emotivo por naturaleza, el papel de la afectividad es fundamental si buscamos obtener resultados positivos en nuestros alumnos, lo que les proyectemos tiene frutos que pueden negativos o positivos porque somos una figura relevante en el desarrollo de su personalidad, especialmente en los primeros años.

Tomando en cuenta que no podemos dejar de ser emotivos tratemos de que lo que predomine en nuestra relación con los alumnos sean más las palabras de afecto

...