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El Perdon


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  2.765 Palabras (12 Páginas)  •  202 Visitas

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l perdón supera la justicia. Esto les va a molestar, qué pena, porque a los seres humanos nos fascina la justicia, a los seres humanos no nos gusta otra cosa que la justicia, lo que más solemos decir los seres humanos es que pague por lo que hizo, que se pudra en la cárcel, tal vez va a escapar del juicio humano pero no va a escapar del juicio divino. Ahí estamos, uhhhhh, se nota que no leímos el evangelio entero, un evangelio que habla de misericordia todo el rato y nosotros hablando de justicia, justicia ¿saben que es la justicia? La justicia es el nombre elegante de la venganza. Los seres humanos en verdad no buscamos justicia, los seres humanos queremos venganza, lo que pasa es que como la palabra venganza suena tan feo la traducimos por justicia. El código humano más antiguo de justicia dice lo siguiente, ojo por ojo y diente por diente, tú me sacas mi ojo, yo te saco el tuyo, tú me quitas un diente, yo te quito un diente, tú me matas mi hermano, yo te mato tu hermano, así de simple. ¿Saben por qué? porque el esquema de justicia está basado en un esquema de balanza, las relaciones entre personas están en una situación de equilibrio, cuando tú le haces un mal a una persona generas un desequilibrio, por lo tanto para recuperar el equilibrio tú tienes que sufrir algo coherente, algo proporcional a lo que sufrió la otra persona para que se recupere el equilibrio, yo maté a tu hermano, tú me metes treinta años a la cárcel, se recuperó el equilibrio. A los seres humanos nos fascina la justicia. Uno quiere que todo el mundo pague por lo que hizo, como uno quiere que todo el mundo pague por lo que hizo uno se juzga a sí mismo de la misma manera, como yo no soy santo y he hecho mis cosas estoy esperando también pagar por lo que hice, por eso nos duele una muela y decimos ¿será que hice algo malo? Porque tenemos la idea de la justicia nos parece que si estamos sufriendo es porque algo hicimos, ah, qué poquito conocemos a Dios. No, no es eso, el mundo no funciona de esa manera, entonces uno siempre pensando en esos términos de justicia.

Las bienaventuranzas dicen hambre y sed de justicia, de la verdadera justicia de Dios, ya vamos a ver cuál es la justicia de Dios porque incluso seguid leyendo, hay que leerse la biblia completa, la gente lee pedazos y si la seguís leyendo, en el mismo sermón de las bienaventuranzas te va a decir cómo hay que proceder. Les enseñaron ojo por ojo y diente por diente, yo en cambio les digo, ama a tu enemigo, decidme ¿eso es justicia? ¿Eso es justicia humana? Ama a tu enemigo, al que te pida prestada la capa entrégale también la túnica, al que te abofetee la mejilla derecha muéstrale también la izquierda, esa es la justicia divina ¿la ven? ¿Ven que es distinta? No es la justicia humana, la justicia humana es, al que me pega yo le pego, al que me quita yo le quito, al que me odia yo lo odio, ustedes en cambio sean perfectos como su Padre del cielo es perfecto. Y el Padre del cielo tiene otra justicia que es distinta, es la de El, ya la vamos a ver, la justicia del Padre es otra justicia.

Ah que bonito -dice ella- si quieres ser feliz por un instante véngate, si quieres ser feliz de por vida perdona. Yo puedo ser malo, malo, malo -dice ella- y en el último momento de la vida Dios me perdona. Sí, en teoría sí. Único problema: En ese último momento de la vida ¿cómo hace usted para saber que es el último momento de su vida? Y ¿cómo garantizar que en el último momento de la vida el arrepentimiento es sincero? Porque Dios es bueno pero no bobo. Recuerden que para que el perdón pueda funcionar debe haber arrepentimiento sincero porque si no hay arrepentimiento sincero tenemos pecado contra el Espíritu Santo, es decir, no estamos dejando a Dios actuar, nos estamos burlando de Dios. El perdón supera la justicia. Les digo tres textos de la biblia muy interesantes. En el primero van a ver lo que entiende el Antiguo Testamento por justicia. El que la hace, la paga. Antiguo Testamento. El rey David le dice a Joab, anda a hacer un censo de población, el censo de población de la época es ver cuántos hombres para el servicio militar hay y cuando David manda hacer el censo cae en la cuenta de que ha cometido un gran pecado ¿por qué? porque David está creyendo que su poder le viene del número de soldados que tiene, cuando su poder le viene del amor de Dios. Ha desconfiado, recuerden que el pecado es desconfianza, ha desconfiado de Dios, entonces Dios le envía al profeta Agad y el profeta Agad le dice, escoge castigo. Como ha pecado, se quito el balance, tiene que sufrir un castigo para recuperar el balance. Escoge castigo, tres días de peste en tu territorio, tres meses perseguido por tu enemigo, tres años de hambre en tu país y el rey David dice, prefiero caer en las manos de Dios que es misericordioso, elijo tres días de peste y durante tres días empezó el ángel del Señor a matar gente. Ese es el Antiguo Testamento. El Dios del Antiguo Testamento es justo, es justo y el que la hace la paga. Muchísimos cristianos su Dios se quedó en el Antiguo Testamento y sin embargo les adelanto una cosa, hacia el final de ese texto hay una cosa, un dato muy interesante. David sube a la azotea del palacio y ve al ángel que va a meter la espada en Jerusalén y le dice, fui yo quien pequé, no estas ovejas y Dios le dice al ángel, detente, es decir, el castigo terminó como cinco horas antes de lo que debía haber terminado. Tenía que haber durado tres días enteros pero al final unas horitas que Dios dijo, detente. Hay un segundo texto más impresionante, Dios envía a un profeta mediocre llamado Jonás a que vaya a la ciudad de Nínive y anuncie que la va a destruir dentro de cuarenta días. Dentro de cuarenta días Nínive será destruida y entonces el rey se baja del trono, se sienta en el piso, se quita los trajes reales, se pone traje de humildad, se echa ceniza en la cabeza y proclama un ayuno para que todos incluidos los animales se arrepientan a ver si Dios se arrepiente del castigo. Y adivinen que hizo Dios, se arrepintió del castigo. Y ¿qué hizo Jonás? Se puso furioso ¿por qué? porque lo hizo quedar mal, ustedes imaginan yo el profeta anuncio que van a acabar la… y luego el otro no cumple. Y Jonás muerto de la ira se va para un montecito a esperar a ver cómo acababa la cosa y como está haciendo mucho sol, Dios le regala un arbolito y se lo pone al lado para que le cubra la cabeza y Jonás se pone feliz con el arbolito. Entonces Dios mandó un gusano para que coma el árbol, y apenas le empieza a dar el sol en la cabeza, Jonás le llena la rabia, incluso se desespera y se desea la muerte. Es preferible morir que vivir. Y Dios le dice ¿por qué estás tan molesto? ¿Por un arbolito que se secó y que tú no plantaste? ¿Y tú te puedes molestar por un árbol que tú no plantaste y a mí no me puede doler Nínive la gran ciudad llena de hombres

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