El Rol del Orientador en el Contexto Educativo

El Rol del Orientador en el Contexto Educativo

La labor del orientador debe ser dinámica como para entender la rapidez de los procesos de cambio de la sociedad y ser capaz de hacer comprensibles estos cambios a la comunidad educativa formada por estudiantes, docentes y representes. Es decir el orientador es un puente que comunica ámbitos, agentes y actores de la educación generando enlaces entre el establecimiento y la familia, entre los estudiantes y los profesores, entre los estudiantes y su propia identidad. Como también fomentando actividades que contribuyan al conocimiento, seguimiento y orientación del educando, desde la dimensión pedagógica, ayudando a los profesores en el conocimiento y tratamiento de los mismos, colaborando en el proceso de enseñanza y aprendizaje favoreciendo la formación según la pedagogía actual.

Dentro del campo de trabajo se abarca cuatro áreas:

En lo personal se prepara a los jóvenes para que logren desenvolverse acertadamente en su vida, en el ámbito familiar y social.

En lo profesional ofrece a los estudiantes información sobre las carreras universitarias como asesoramiento para la formación profesional.

A la familia ofrece atención personalizada para solventar cualquier situación dada.

En el contexto educativo, el orientador puede tener un papel relevante en los procesos de cambio y mejora escolar, enfocándose en un trabajo holístico, prestando la colaboración constante a los distintos miembros de la comunidad educativa. Entre los que se pueden encontrar:

En el equipo directivo, el orientador puede y debe apoyar la labor que ejerce el mismo. Igualmente, el directivo debe apoyar la labor del orientador, lo cual resulta esencial en la aplicación y mantenimiento de programas de orientación dirigidos hacia la mejora del centro. En tanto, que su formación específica les dota de información sustancial sobre la situación de los estudiantes, profesores y familias. Estableciendo un canal de comunicación frecuente, abierto y sincero entre ambos agentes, que propicie la correcta y consensuada toma de decisiones, permitiendo delimitar y definir las funciones de cada uno. Por tanto, la relación entre directores y orientadores no solo es importante, sino que ambos se hallan en posiciones que ofrecen numerosas oportunidades de liderazgo, realzando su mutua influencia. En definitiva, entendemos que lo verdaderamente importante es que estos agentes puedan combinar sus habilidades, sus áreas de conocimiento y su experiencia profesional para construir un equipo de trabajo sólido y complementario que beneficie el desarrollo del centro educativo. Solo así se podrá garantizar una labor coordinada y eficiente según las necesidades del contexto educativo.

Como facilitador del desarrollo profesional del cuerpo docente, el orientador deberá estar fuertemente ligado con este colectivo, para que pueda acompañar los procesos de mejora en relación directa con las aulas. Así, los orientadores podrán articular estrategias de trabajo maximizando las posibilidades de formación y desarrollo continuo del profesorado, como

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