El análisis de la novela de Nuevo
juliocesar1984Resumen24 de Septiembre de 2013
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EL ETERNO TRANSPARENTE
Deyanira intenta entrar a la casa pero su llave no entraba en la cerradura. Toco el timbre varias veces pero nada. Por fin una muchacha le abrió, pero Deyanira estaba impaciente y malencarada y sin hacer caso se dirigió directamente a la cocina. Todo parecía bien. Era una tarde soleada, fue y beso a sus niños. Pero ellos no le hicieron mucho caso. Siguió con sus actividades y luego descansó un rato.
Empezó a oscurecer muy lentamente. Al cabo llegó su marido quien se quejaba del calor y el tráfico.
Ella le pregunta que como había entrado a la casa, él mirándola extrañado le dice que como siempre la muchacha le había abierto. Ella le dijo que no había podido abrir la puerta porque la llave no entraba en la cerradura. Él dijo que seguramente se había equivocado de llave. Sin más su esposo que se encontraba en el comedor le recordó que tenía una junta a las 8. Deyanira no olvido el incidente pero continúo con su rutina vespertina.
A la mañana siguiente ella se levantó. Como siempre ella era la primera en levantarse, notó que sus zapatos azules quedaban grandes. Se probó varios pares y resulto lo mismo todos le quedaban grandes. Así que fue con su marido quién se afeitaba concentrado en el espejo y le dijo que los zapatos le quedaban grandes de pronto. Él contestó: “Te estás haciendo pequeña” en tono divertido. Ella regresó al dormitorio y miraba perpleja los pares de zapatos que se había probado varias veces. Finalmente los relleno con algodón para que le quedaran.
En el trayecto al trabajo ella pasa varios percances con sus zapatos. Cuando bajaba del bus uno de sus zapatos se le salió y cayó en el caño y al algodón se empapó con agua sucia. Ahora cojeaba al arrastrar el zapato para que no se saliera. Que alivio sintió cuando llegó al edificio donde trabajaba. Al llegar a su oficina notó que estaba abierta, lo cual le resultó extraño pues solo ella tenía llave.
Abrió la puerta y en su escritorio estaba una mujer desconocida tecleando una máquina de escribir.
Después de preguntarle a la mujer quien era. Ella le dijo que era Marta la secretaria de don Julián. A lo que Deyanira dijo: “No es posible, la secretaria de don Julián soy yo, esta es mi oficina, hace casi seis años.”
La mujer se puso de pie airada preguntando si era una broma y confirmo que ella era la secretaria de don Julián.
Deyanira intento mostrarle una fotografía de sus hijos que siempre tenía sobre su escritorio, pero para su sorpresa en la fotografía aparecía un atractivo muchacho en lugar de sus hijos.
Marta dijo que era la fotografía de su novio.
Deyanira dijo: “¡No puede ser!, ¡Vamos a preguntarle a Elvira, la señora de la soda, o a Sonia, la recepcionista, o a don Julián, a quien usted quiera!”
Marta contestó: “Me parece que usted está loca. Yo trabajo aquí desde hace tres años y nunca le he visto en esta oficina. No sé como se sabe los nombres de Elvira y Sonia, pero todo eso me parece sospechoso.”
Cuando llegó don Julián Deyanira esperaba con ansía que él lo explicara todo.
Don Julián Vallejo era un hombre muy alto y al llegar Deyanira le dijo: “Esta joven dice que es su secretaria.” Don Julián respondió: “Efectivamente, Marta es mi secretaria.”
Deyanira replicó: “Pero don Julián, yo soy Deyanira, he sido su secretaria desde hace seis años. Empecé a trabajar con usted en el edifico viejo, antes de pasarnos…” A lo que don Julián contestó: “Mire, señora, usted está equivocada. Seguro me confunde con otra persona. Yo no la conozco a usted ni ha trabajado nunca en esta empresa que yo recuerde. ¿Por qué no se va a su casa y descansa? ¿Por qué no va al médico?”
Deyanira tuvo ganas
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