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El legado de Rogers es de crucial importancia dentro de la Psicología Humanista


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2015  •  Informes  •  2.095 Palabras (9 Páginas)  •  211 Visitas

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Carl Rogers.

El legado de Rogers es de crucial importancia dentro de la Psicología Humanista, los conceptos e ideas centrales desarrolladas por este autor dan cuenta de las temáticas que transversalmente aparecen en todas las escuelas de la tercera fuerza. Si bien Rogers desarrollo ciertas teorías, su pensamiento siempre se mantuvo abierto a modificaciones y cambios, en este sentido, la pretensión de Rogers no fue establecer un modelo teórico cerrado, si no, más bien presentar ciertas directrices que dieran cuenta de una nueva visión del Ser humano y de un nuevo modo de hacer terapia. Sin embargo, finalmente en su obra podemos apreciar un elaborado modelo teórico que si bien abierto y flexible ha marcado un sello en todo el quehacer conceptual y teórico de la Psicología humanista. La obra de este autor no solo ha influido en las disciplinas de la Psicología y la Psicoterapia sino también en campos tan variados como en el liderazgo industrial, las prácticas del trabajo social, de la enfermería, la educación e incluso en la teología y  la filosofía.

La premisa fundamental de Rogers, de la cual se derivan todos los otros aspectos de su teoría, es que, el ser humano hace uso de su experiencia para definirse a si mismo. En sus principales trabajos teóricos define varios conceptos en base a los cuales esboza teorías de la personalidad y modelos de terapia, cambios de personalidad y relaciones interpersonales. A continuación se desarrollarán los principales conceptos que configuran la teoría de Rogers y que reflejan y representan  de un modo muy preciso y característico a toda la psicología humanista.

Los conceptos más importantes desarrollados por este autor son; el campo de las experiencias, el si mismo (Self), el si mismo ideal, congruencia e incongruencia, tendencia a la autorrealización, aceptación incondicional y el terapeuta centrado en el cliente.

El campo de las experiencias.

Este se refiere a que cada individuo tiene un campo de experiencia único; el que contiene “todo lo que ocurre en la envoltura del organismo en un momento dado, el cual esta potencialmente disponible para el conocimiento “    (Rogers. C en Fadiman. J, 1979, Teorías de la personalidad)

Este campo incluye los eventos las emociones, las sensaciones, las  percepciones y los impactos que la persona no conoce, pero que podría conocer si se concentrará en ellos. Es un mundo personal y privado que puede corresponder o no a la realidad objetiva y observada, es un rico y complejo tapiz de sentimientos, sensaciones y conocimientos, en cada momento los seres humanos procesan mucha mas información, experimentan muchas más cualidades de la experiencia y de los niveles de significados de los que explícitamente son consientes. Se trata de una cualidad holística que  William James describió muy elocuentemente con las siguientes palabras.: “en el pulso de nuestra vida interna se entretejen de continuo el pasado, el futuro, la conciencia de nuestro propio cuerpo y de los demás, niveles sublimes, aspectos ligados a la geografía, al sentido de la historia, de la verdad, del error, de lo bueno, de lo malo y quien sabe de cuantas cosas mas” (James W en  Welwood. J, 2002, Psicología del despertar).

Esta concepción da cuenta que de una forma sutil y no verbal, la experiencia es más basta de lo que somos capaces de articular y dado el dinamismo de la conciencia, continuamente emergen nuevos contenidos y significados. Esta noción postula que la mente consiente opera mediante la atención lineal y focal, lo que implica ignorar otros niveles y facetas de la experiencia global, sin embargo el cuerpo-mente siente y sabe de un modo tácito todo lo que constituye o esta presente en el campo de la  experiencia.

El si mismo (self)

El self según Rogers, no constituye una entidad estática y estable aunque al observarlo en un momento dado lo pareciera. El si mismo es una totalidad coherente y organizada que tiene un dinamismo y un patrón que se encuentra en un continuo proceso de formación y modificación a medida que las situaciones varían. “A manera de ejemplo se puede decir que así como una fotografía es un momento de algo cambiante, el si mismo no constituye ninguno de los momentos que se pueden tomar, si no que es el proceso fluido y subyacente” (Fadiman .J ,1979)

El concepto de self mencionado aquí pone énfasis en el cambio y la flexibilidad, perspectiva central que posibilita el crecimiento, el cambio y el desarrollo personal.

El si mismo ideal.

En palabras de Rogers el si mismo ideal es “el autoconcepto que mas le gustaría tener a un individuo y sobre el cual sitúa el más alto valor para si mismo” (Rogers. C en Fadiman. J, 1979, Teorías de la personalidad)

De la misma forma que en el caso del si mimo, el si mismo ideal también es una estructura versátil, dinámica y constantemente sometida a nuevas expresiones y definiciones. Es muy importante que entre el si mismo y el si mismo ideal no exista una brecha significativa ya que cuando existe una discrepancia entre estos dos aspectos se producen disonancias, desagrados y conflictos, todo lo cual es lo que caracteriza la condición neurótica.

Con respecto al si mismo ideal, si bien se asume como un componente “inherente” al funcionamiento del psiquismo y cuyo propósito es movilizar el grado de propositividad y proactividad dirigida a superar ciertas condiciones deficitarias así como lograr ciertas metas que le confieren significado y propósito a la acción humana. Sin embargo si bien dicha propositividad y proactividad son necesarias e “inherentes” en todo dinamismo psíquico y existencial resulta contraproducente cuando la motivación que impulsa la actividad del si mismo ideal se basa en la falta de aceptación de lo que sentimos y queremos. En este sentido la autoaceptación no significa resignarse a ciertos estados o situaciones que si pueden y necesitan cambiarse o mejorarse sino en reconocer y sentir lo que se experimente como aspectos del  vivenciar y de lo que nos constituye como singularidad (sean conductas, valores, etc.) de no ser así se estaría generando un estado de incongruencia del cual emergen las diversas disfunciones psicológicas y se bloquea la posibilidad del despliegue de las potencialidades que constituyen y caracterizan el desarrollo personal y la integración psicológica.

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