Estratificacion Social

La estratificación social

En TODA sociedad, algunos hombres se identifican como superiores, mientras que otros aparecen como inferiores: patricios y plebeyos, aristócratas y comuneros; amos y esclavos, las clases y las masas. Con excepción quizás de los casos en que todo mundo vive en un estricto nivel de subsistencia, algunos son ricos, otros prósperos y otros podres. En todas partes, algunos gobiernan y otros obedecen, aunque estos últimos pueden poseer diversos grados de influencia o de control sobre aquellos. Estos contrastes –entre altos y bajos, ricos y pobres, poderosos y débiles -constituyen la sustancia de la estratificación social.

La estratificación puede ser considerada como un proceso, una estructura o un problema; puede tomársele como uno de los aspectos de la diferenciación de papeles y situaciones en la sociedad, como una división de la sociedad en grupos o semigrupos sociales, como la arena social en que se ventila el problema mismo de la igualdad y desigualdad, o como todas esas manifestaciones en un conjunto.

Estas categorías de la estratificación se basan en diferentes criterios, derivan de diversas fuentes y los fenómenos a los que se refieren tienen consecuencias muy variadas. Los tres conceptos están por lo general estrechamente relacionados unos con otros, y uno de los problemas centrales en el estudio de la estratificación social consiste en determinar la naturaleza y extensión de sus interrelaciones.

La clase

Aunque la definición de clase como un grupo que posee la misma posición económica en la sociedad se identifica generalmente con la teoría marxista, tiene en realidad una larga historia que comienza desde mucho antes que Marx escribiera el Manifiesto comunista. Aristóteles, por ejemplo, advirtió que “en todos los Estados hay tres elementos: una clase rico, otra muy pobre y una tercera que se encuentra entre las dos”, determinando entonces la importancia o el influjo que tenían estas divisiones en el gobierno y la política. Muchos siglos después, James Madison escribió El Federalista: “Los propietarios y los que carecen de bienes han formado siempre distintos bandos sociales. Entre acreedores y deudores existe una diferencia semejante. Un interés de los propietarios raíces, otro de los fabricantes, otro de los comerciantes, uno más de los grupos adinerados y otros intereses menores, surgen por necesidad en las naciones civilizadas y las dividen en distintas clases, a las que mueven diferentes sentimientos y puntos de vista. La ordenación de tan variados y opuestos intereses constituye la tarea primordial de la legislación moderna, pero hace invertir a la espíritu de partido y la bandería en la operaciones necesarias y ordinarias del gobierno”.

En las primeras décadas del siglo XX, los investigadores norteamericanos, con pocas excepciones (entre las cuales se encuentran los principales precursores de la sociología norteamericana), habían ignorado estas ideas de los grandes fundadores de la sociología; el criterio prevaleciente sostenía que la sociedad norteamericana era una sociedad “sin clases” o de “clase media”. La sola mención de la clase, debido en parte a su vinculación con la teoría marxista, era identificada con la que algunas personas llaman actualmente “subversivo” o “antiamericano”.

Karl Marx, se le considera como el único o el jefe o el defensor de la definición económica de la clase, reconocía abiertamente que “no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna, ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico en esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía de estas”.

Marx definía las clases en términos de sus relaciones con la propiedad: los propietarios, divididos entre aquellos que tiene tierra y las que poseen facilidades productivas, o capital, o aquellos que no tenían nada. “Los propietarios de simple fuerza de trabajo, los propietarios de capital, y los propietarios de tierras, cuyas respectivas fuentes de ingresos son el salario, la ganancia y renta del suelo, es decir, los obreros asalariados, los capitalista y los terratenientes, forman las tres grande clases de la sociedad moderna, basada en el régimen capitalista de producción”.

Según Marx debido a su posición dentro del orden económico, los miembros de cada clase comparten experiencias comunes, una forma de vida más o menos distinta y ciertos intereses políticos y económicos.

La idea de pertenecer a un grupo (conciencia de clase) y la acción colectiva política y económica se desarrolla, afirma Marx, en el transcurso del conflicto político y económico. La conciencia de clase proletaria es particularmente propicia a surgir debido a que todos sus miembros se enfrentan a serias dificultades y llegan a tener un estrecha asociación cotidiana gracia a su trabajo. Esta interpretación ha sido vulgarizada con frecuencia, tanto por marxista como por anti-marxista, la conciencia de clase no surge automáticamente solo porque los hombres comparten una semejante posición objetiva dentro de lo sociedad.

Al concentrarse exclusivamente en les clases basadas económicamente, la teoría marxista paso por alto formas de estratificación, subestimo las consecuencias de otras divisiones dentro de las sociedades y descuido gravemente los vastos problemas del poder político. El ser miembro de una clase es solo uno de los atributos de la persona; hay otras características sociales que intervienen inevitablemente en la conducta. La posición de clase puede a veces ejercer una influencia predominante en los actos de los hombres, pero sus efectos pueden verse disminuidos o cambiar por otras características que poseen los hombres: religión, afiliación étnica, lealtad nacional, etcétera.

Podemos, entonces, definir una clase como un número de personas que comparten una misma posición dentro del orden económico.

El status

En la sociedad, los hombres se jerarquizan y se clasifican sus papeles sobre la base de algunos patrones sociales institucionalizados. En los Estados Unidos, los médicos tienen un mayor nivel social, o status, que los farmacéuticos; y los mecánicos se sitúan más alto que los labradores. En muchas sociedades, los guerreros han sido más estimados que los mercaderes o los artesanos. Heródoto, el viejo historiador griego, observaba ya; “Los tracios, los escitas, los preses, los indios, y casi todos los demás barbaros, consideraban a los ciudadanos que practican el comercio y a sus hijos como personas de menor reputación que los demás, estimando en cambio como nobles a aquellos alejados de los

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