ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Estructuras Organizacional Nueva Francia


Enviado por   •  12 de Febrero de 2013  •  3.046 Palabras (13 Páginas)  •  667 Visitas

Página 1 de 13

La Nueva Francia, un caso de empresa familiar

Se publicó en: Internet, http://brinkster.com/tadministracion

Fecha de publicación: Mayo, 2003

Tema: Caso de administración en empresas familiares

Dr. Ignacio González Sánchez

La gente disfrutaba en el parque de una agradable mañana dominical, soleada, pero con un ligero viento fresco, los niños jugaban por el prado y algunos disfrutaban de los helados y dulces de colores -- que se preparaban ante sus ojos--, elaborados con azúcar esponjada que se envolvía en un palito y se esponjaba despidiendo un olor sumamente agradable, mientras “el señor de los algodones” de colores se esmeraba en la preparación del azúcar. Norma es jaloneada de la falda por una de sus dos hijas, -- Margarita, de tan sólo tres años --, que con gritos le pide que le compre un algodón de azúcar, ella accede, mientras recuerda con nostalgia que tan sólo dos años antes, al abuelo de Margarita; Don Antonio Méndez, se le reconocía como un empresario exitoso, hábil y agresivo para el negocio del dulce y chocolate.

Era capaz de producir, distribuir y comercializar los productos en tiendas de mayoreo y en las bodegas de la Merced. También podía maquilar a otras marcas una gran cantidad de productos para hacer negocios con empresas de giros similares sin tanto “trámite y burocracia” – como solía decir Don Antonio --.

En los antecedentes históricos de la empresa de Don Antonio inició como la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas en México; un emprendedor que decide aprovechar el conocimiento adquirido y crear su propio negocio. Él había aprendido como elaborar dulces y chocolates en la línea de producción de los dulces “TOFICOS” cuando trabajaba para la empresa LARÍN en 1958.

En 1960 Don Antonio decidió iniciar su propio negocio en el patio de su casa, un inyector de dulce, estufas con horno, mezcladoras y 10 trabajadores organizados por Don Antonio elaboraban productos innovadores (en esa época) para el mercado popular, como las paletas “Mimin”, la paleta de malvavisco cubierta de chocolate, (hoy un éxito en otra marca como la paleta payaso), la cereza con licor cubierta de chocolate entre los más importantes, por el margen bruto de ganancia que era del 70% en promedio. (Datos en el anexo).

“La Nueva Francia” ubicada por el casco de Santo Tomás, en la ciudad de México, fue favorecida con el entubamiento del Río Consulado, que con la avenida Nonoalco le daba una ubicación privilegiada para la distribución de los productos en el centro de la ciudad, donde encontró sus mejores clientes, sobre todo en el Mercado de la Merced. Antes de 1960 la zona no contaba con la infraestructura que hoy vemos en el circuito interior como resultado del crecimiento de la ciudad, repartir chocolate requiere de un sistema de distribución eficiente por el ciclo de vida del producto en el proceso de distribución y con un auto sin equipo de refrigeración, las distancias cortas de la empresa al centro de la ciudad facilitaban la entrega.

En el proceso productivo los vecinos mantenían una buena relación con Don Antonio, en la temporada alta de diciembre tenía que contratar más trabajadores por la demanda de los productos. Las señoras, amas de casa, que no deseaban emplearse de tiempo completo en la fábrica le solicitaban trabajo para realizar en casa, Don Antonio, -- que siempre estaba buscando como bajar los costos -- les ofreció la tarea de empaquetar el producto.

El proceso era sencillo: De la fábrica a la casa, una envoltura para la paleta “Mimin”, una caja para 25 paletas y una gran caja para 50 cajas de 25 paletas cada una. Al terminar de empaquetar se entregaban en la Fábrica las cajas que deberían ser distribuidas en la Merced por el Sr. Méndez en su propio auto o vender a precios bajos directamente al público en especial los días de Navidad y Reyes.

En el proceso de empaque, las amas de casa vigilaban que los hijos, hermanas o amigas realizaran bien el trabajo, además contaban con un 5 % de tolerancia para garantizar la calidad del producto, es decir de 100 paletas podían romperse 5 o en alguna parte del proceso convertirse en merma. Lo mismo sucedía con la cereza envinada y con la paleta de bombón cubierta de chocolate. La supervisión estricta de la responsable del trabajo se convertía en premio, ya que el 5% del producto aparecía en el postre del día o en parte del “lunch” del día siguiente.

La demanda de los productos le favorecía a la empresa y duplicó el número de trabajadores, algunas amas de casa y otros familiares del Sr. Méndez se hicieron cargo de los procesos productivos y de la distribución, las ventas se incrementaron un 70% en sólo 5 años, para 1970 ya era una empresa formal y trabajaba a la máxima capacidad, los costos fijos unitarios bajaban, no solamente por el trabajo de las amas de casa fuera de las instalaciones de la Fábrica, también aprendió que si las máquinas se aprovechaban al máximo, el margen bruto de ganancia se incrementaba.

Los puestos de confianza de la operación fueron ocupados por sus familiares que con su esposa orgullosa de atender el comedor para los trabajadores, creaban un clima laboral agradable que se sumaba a la productividad de la empresa “La Nueva Francia”. El margen bruto subía a casi el 72% del precio.

El manejo del dinero era exclusivo del Sr. Méndez, los proveedores y clientes crecían al mismo ritmo que la empresa, los lazos de confianza se fortalecían y bastaba la palabra (como dicen todavía los abuelos) para dar un crédito o para abastecer un nuevo punto de distribución con un amigo que pagaría conforme las ventas se realizaban, el sistema le funcionaba al Sr. Méndez, él producía a costos bajos, la distribución con flotilla propia y con sus hijos recolectando el dinero de las ventas le agilizaba la contabilidad de la empresa que personalmente con el contador realizaba por las noches antes de la cena que les preparaba la Sra. Méndez. El pronóstico de ventas era rebasado y creciente en los últimos diez años.

La familia en la empresa era un aspecto importante, los hijos del Sr. Méndez: Roberto a quien llamaban de cariño “el tofico” -- por la estructura de su cuerpo--, Carlos y Alfredo, ayudaban en el proceso de producción después del horario de la escuela, pero al crecer más la empresa, se dedicaron por completo al negocio y abandonaron los estudios, el Sr. Méndez les enseñaba las rutas de distribución para entregar y cobrar,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (17.2 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com