Estudio Del Discurso De Pablo Iglesias

Vamos a interpretar el discurso que Pablo Iglesias realizó a principios de verano en Estrasburgo. El líder de Podemos pretendía presentar su candidatura para presidir el Parlamento Europeo. Tras haber analizado una y otra vez el discurso integro del político, hemos sacado las siguientes conclusiones:

En primer lugar hablaremos del carácter externo de la locución;

En este llamativo discurso del dirigente, apreciamos un notable tono de enfado. A medida que se adentra en su exposición de ideas, Pablo eleva el tono de voz progresivamente. Esto no quiere decir que sea mal orador, sino que quiere hacer valer sus palabras.

Reiterando lo anterior, el dirigente de Podemos es un político con una gran calidad dialéctica, sabe mucho de comunicación. Está seguro de lo que dice, porque sabe de lo que habla. En definitiva: domina la materia. A pesar de eso, el entorno del Parlamento Europeo hace que Iglesias muestre síntomas de nerviosismo al no separa apenas la vista de su papel. Las pocas veces que levanta la mirada es para dirigirse al presidente de la cámara de los Eurodiputados, incluso cuando narra apartados dirigidos a ciertos diputados. Pero aunque no mira al público no pierde la atención de ellos. Por lo tanto, es una posición inadecuada. Consigue captar la atención del público. Reúne las condiciones aptas para un discurso idóneo: entretiene, informa y persuade. Sin fallos de dicción. No hay reiteración y no pierde el hilo del mensaje Además, no hay exceso de muletillas ni falta de vocabulario. Es un mensaje coherente y lógico.

El registro que sigue es formal, y apenas emplea coloquialismos. El único que hemos apreciado es “colega”. Para la rapidez con la que se dirige a sus oyentes, habla con mucha claridad, vocaliza muy bien.

En segundo lugar, analizaremos el carácter interno del alegato:

Para que su discurso sea más compresible, hace uso de algunos ejemplos relacionados con el tema. También emplea alguna anécdota; concretamente cuando se refiere a un hecho del siglo pasado, cuando unos los tanques entraron en París.

Expresa correctamente sus ideas, e identifica claramente a su enemigo. Podríamos asemejarlo a David (el pueblo) y Goliat (la casta).

En definitiva, es un discurso con verdadero contenido, ligando la realidad absoluta actual con la historia pasada.

Como anécdota, añadimos que Pablo hace uso excesivo del tiempo disponible para realizar su intervención, lo que supone una falta de consideración por su parte.

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