Etica Y Valores

1. ¿Cómo clasificaría Ud. A un hombre virtuoso profesionalmente?

El hombre virtuoso es un hombre lleno de virtudes, pero aun asi no es perfecto, tienen un corazón sincero y sencillo. Es un excelente proveedor y sabe como llevar a cabo la mayordomía de su hogar y familia.

Tenemos que considerar lo que los hombres, necesitan más que lo que desean

Lo que un hombre necesita es lo que debe tener para conseguir su fin propio como hombre. Que encuentre la realización de su propia naturaleza. Por esto las virtudes humanas son necesarias puesto que no pueden faltar en función de este fin que se persigue.

UN HOMBRE VIRTUOSO PROFESIONALMENTE: Tiene que actuar con ser prudencia, justicia, fortaleza, templanza, está cultivando las cualidades del alma (bondad, constancia, voluntad, etc). este esfuerzo lo hace mejor persona y mejora a las personas que están a su alrededor. la persona humana necesita ser virtuosa –tener fuerza- para poder crecer como persona. La libertad sin virtud se queda en posibilidad o en deseo sin fruto. Pero la virtud es, más bien, fruto del amor y causada por él.

2.¿Consideras importante los valores y virtudes en la vida profesional de las personas? Si o no ¿Por qué?

Si son importante, porque las virtudes se viven siempre, en todas las circunstancias de la vida. La labor profesional, sea la que sea, no puede prescindir de la ética, porque el trabajo forma parte de la vida de la persona. Frases como “el negocio es el negocio”, “la ciencia es la ciencia”, no son simples tautologías. Con ellas, en muchos casos, se pretende decir que los negocios o la ciencia no deben supeditarse a la ética, que son autónomas respecto a los criterios morales, etc. Y de este modo se intentan justificar actividades económicas, científicas, técnicas, jurídicas, etc. que no respetan la justicia y, por tanto, la dignidad de la persona. Con el trabajo, se puede prestar un gran servicio a la humanidad, o se puede dañarla: depende de la competencia profesional y de la calidad moral de cada persona.

El resumen de todas las virtudes es el amor, como síntesis del esfuerzo de la persona por alcanzar el bien de diferentes maneras. El orden del amor es fundamental en la creación de los hábitos. Sin amor no hay crecimiento en la virtud. La virtud como encarnación operativa habitual de los valores goza del mismo dinamismo que se atribuye a los valores, personalizándolos aún más más plena. El trabajo es la actividad humana fuente por excelencia de virtudes. Ahí se ponen a prueba esas fuerzas interiores adquiridas con la práctica constante, que no se cultivan para tener algo que mostrar a los demás sino como el camino concreto para que exista una conducta recta, conforme con la razón humana y con las aspiraciones de felicidad y bien que hay en todos.

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