Evaluación De Derecho Penal.

El martrato domestico

El tema que voy a tratar es la Violencia contra la Mujer: El sonido del silencio

Por lo que se refiere en nuestro país la violencia que se ejerce contra la mujer está bastante extendida. Constituye un hecho cotidiano, tiene manifestaciones diversas, se presenta en todos los sectores sociales, cobra dimensiones impresionantes. Sin embargo, paradójicamente, no llama a asombro. Un velo de silencio cubre los sufrimientos de las víctimas. Los medios de comunicación no le prestan mayor importancia, salvo cuando culmina en la muerte de la agredida. La justicia prácticamente hace oídos sordos a los reclamos de éstas o, ironías del ejercicio de la ley, las coloca a ellas mismas en el banquillo de los acusados. La violencia doméstica incluye tanto la agresión física como la verbal.

Por ejemplo el maltrato a la mujer casada o conviviente se presenta bajo diversas formas: apreciaciones ofensivas sobre su valor en la casa o en el trabajo, insultos, burlas sobre su cuerpo o su sexualidad, abordaje sexual sin afecto, violación, palizas; con su secuela de daños físicos -a veces graves- estados de angustia, depresión, sentimientos de culpabilidad, de minusvaloración, entre otros, para no hablar del daño a los hijos. Igualmente dañinas, desde el punto de vista psicológico, son las agresiones verbales, que muchas veces dejan huellas y heridas interiores difíciles de borrar.

A continuación a esa conspiración del silencio -denunciada con mucho énfasis por las organizaciones feministas- contribuye también la actitud de muchas mujeres: por desconocimiento de sus derechos, por temor, por resignada aceptación de una situación humillante, etc. La paz que tanto se reclama en la Venezuela violenta de estos días, también comienza con su ejercicio cotidiano en el hogar. La agresión a la mujer dentro de la relación de pareja es un fenómeno plurisocial, Sus protagonistas son tanto analfabetos como profesionales.

En pocas palabras esto implica que el representante del Ministerio Público contando con un mínimo de elementos de juicio debe una medida de protección adecuada en favor de la víctima, más aun si hay menores de edad, es decir su razonamiento debe ajustarse a la situación específica, para evitar medidas exageradas o impertinentes que devengan destruyendo la unidad y armonía familiar y buscando como prioridad la protección de la integridad de la víctima.

Para concluir Nuestro ordenamiento legal ofrece a la agredida dos vías: la penal, a la que puede acudir en defensa de su integridad física y/o su honor, y cuyos resultados son sanciones punitivas como la prisión y reparativas como las multas y reparaciones civiles; en lo civil, exclusivamente para las casadas, que les permite separarse o divorciarse. Esto es en síntesis el procedimiento legal en casos de violencia familiar; sin embargo debe

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