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Evita el daño por el sol.


Enviado por   •  13 de Julio de 2015  •  Tesis  •  1.630 Palabras (7 Páginas)  •  129 Visitas

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Método 1 de 5: Evita el daño por el sol

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Protege tu piel de los rayos solares. Aun si el cielo está nublado, los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB) pasan directamente a través de las nubes. Los rayos UV del sol son nocivos; pueden dañar tu cutis de porcelana, causar marcas y pecas oscuras, así como los primeros signos de envejecimiento, y aumentar el riesgo de desarrollo de un cáncer de piel. [1]

• Utiliza protector solar. Busca uno de “amplio espectro"; es decir, que protege la piel de los rayos UVA y UVB. También, asegúrate de que tenga un factor de protección solar (FPS) de por lo menos 30. [1]

• Vuelve a aplicar protector solar cada ciertas horas si planeas permanecer bajo el sol por largos periodos.

• Si vas a nadar, intenta aplicar protector solar por lo menos media hora antes de entrar al agua para que pueda impregnarse en la piel y así evitar que se disuelva en el agua. Al salir, asegúrate de volver a aplicarlo.

Evita la luz solar por completo. El protector solar previene el mayor daño, pero la forma más segura de evitar que tu piel se dañe por el sol es permanecer alejado de él. Esto puede ser imposible en ocasiones (si te encuentras afuera) pero existen muchas maneras de protegerte.

• Ubícate bajo la sombra. Busca un toldo, una sombrilla, un banco bajo un árbol, o permanece en el interior hasta que el sol disminuya. El sol es más fuerte entre las 10 a.m. y las 2 p.m. [1]

• Es posible que no encuentres mucha sombra en días soleados. En este caso, utiliza un sombrero o lleva una sombrilla.

Método 2 de 5: Mantén tu piel limpia

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Busca un limpiador facial que sea adecuado para tu rostro. Cada cutis viene con sus propios problemas; ya sea aceitosos o secos, propensos a espinillas o a granos. Tu rutina de limpieza depende de los síntomas particulares de tu piel.

• Los limpiadores faciales se encuentran en cualquier farmacia o tienda de belleza. Estos suelen combatir los síntomas específicos. Busca uno que se adecúe a las necesidades de tu piel o algunos que actúen en conjunto. Los limpiadores faciales pueden venir como exfoliantes, tóner, astringentes o toallitas.

• Si tu piel es sensible, utiliza limpiadores faciales suaves. No la frotes. Al restregar la piel irritada, la debilitarás aún más y evitarás la cicatrización.

• Es posible que desees acudir a un dermatólogo si tu piel es sensible a ciertos limpiadores faciales o tu acné es grave. El especialista podría prescribirte algún medicamento, o sugerirte algunos productos que se adecúen a tus síntomas.

• El bicarbonato de sodio es otra opción a considerar. Disuelve el bicarbonato de sodio en agua, aplica sobre la piel mediante suaves masajes y enjuaga. Esto ayuda a limpiar profundamente tus poros y es mucho más asequible que la mayoría de limpiadores faciales

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Continúa con tu rutina de limpieza. Lava tu rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche. Si descuidas tu rutina, aumentarás la suciedad en tus poros.

• Lavar el rostro con demasiada frecuencia puede secarlo. Asegúrate de agregar un hidratante a tu rutina.

• Mantén el mismo limpiador facial. Cada producto intenta alcanzar distintos objetivos, puedes intensificar los síntomas si los varías.

• Intenta agregar un cepillo eléctrico de limpieza a tu rutina de exfoliación intensiva. Estos son los más adecuados para las pieles más resistentes. Si tu piel es sensible, intenta utilizar un ajuste suave para no irritarla aún más.

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Cambia y lava las fundas de almohadas con frecuencia.

Método 3 de 5: Mascarillas faciales & tratamientos

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Aplica mascarillas para mantener tu piel joven y tersa. Puedes adquirirlas en cualquier tienda de belleza o en el spa.

• Deja actuar la mascarilla durante quince minutos, a menos de que se especifique lo contrario.

• Para retirarla, simplemente enjuaga tu rostro con un paño de lavado (¡no con tus dedos!) y agua tibia, y termina con un poco de agua fría.

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También puedes hacer tus propias mascarillas en casa utilizando los siguientes ingredientes[2]. Las mascarillas hechas en casa no sólo son más asequibles, sino que también son más eficaces. Contienen ingredientes naturales y frescos que son menos propensos a entrar en conflicto con limpiadores faciales, incluyendo:

• Tomates: retira las semillas y machácalo hasta que obtenga la textura de puré. Aplícalo sobre el rostro y deja que repose durante quince minutos para que la piel absorba sus antioxidantes, vitaminas y nutrientes. Es excelente para hidratar la piel seca y la lucha contra el acné. Añádele limón y azúcar para exfoliar y abolir los puntos negros.

• Aguacate: se puede utilizar solo o combinado con miel y limón. El aguacate es rico en vitaminas A y E, así como en antioxidantes y aceites que ayudan a la piel a retener su elasticidad y suavidad.

• Papaya: su consistencia es similar a la del aguacate. Puedes mezclarlo con crema o yogur.

• Calabaza: al igual que la papaya, la calabaza cumple la función de un humectante poderoso. Intenta mezclarlo con crema y miel.

• Piña: mezcla la piña con miel hasta lograr una contextura suave y aplica. La mezcla iluminará y suavizará tu piel.

• Fresa: mezcla la pulpa de fresa ya sea con miel, crema o yogur para lograr la consistencia adecuada. Las fresas no sólo

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