Finanzas Corporativas
Edurscorp15 de Junio de 2013
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FINANZAS CORPORATIVAS
Análisis e Interpretación de Estados Financieros.
Es el procedimiento que permite que la información que brinda la contabilidad, muestre la posición financiera de la empresa y ayude a la dirección a tomar buenas decisiones.
Comienza con la elaboración de los Estados Financieros, derivando de su interpretación las decisiones oportunas.
Es una rama del saber cuyos fundamentos y objetivos giran en torno a la obtención de medidas y relaciones cuantitativas para la toma de decisiones, a través de la aplicación de instrumentos y técnicas matemáticas sobre cifras y datos suministrados por la contabilidad, transformándolos para su debida interpretación.
En consecuencia, el proceso de análisis financiero se fundamenta en la aplicación de herramientas y de un conjunto de técnicas que se aplican a los estados financieros y demás datos complementarios, con el propósito de obtener medidas y relaciones cuantitativas que señalen el comportamiento, no sólo del ente económico sino también de algunas de sus variables más significativas e importantes.
La fase gerencial de análisis financiero se desarrolla en distintas etapas y su proceso cumple diversos objetivos. En primer lugar, la conversión de datos puede considerarse como su función más importante; luego, puede utilizarse como una herramienta de selección, de previsión o predicción; hasta culminar con las fundamentales funciones de diagnóstico y evaluación.
Las técnicas de análisis financiero contribuyen, por lo tanto, a la obtención de las metas asignadas a cualquier sistema gerencial de administración financiera, al dotar al gerente del área de indicadores y otras herramientas que permitan realizar un seguimiento permanente y tomar decisiones.
Tomar decisiones para:
La supervivencia
Evitar riesgos de pérdida o insolvencias.
Competir eficientemente
Maximizar la participación en el mercado
Minimizar los costos
Maximizar las utilidades
Agregar valor a la empresa
Mantener un crecimiento uniforme en utilidades
Maximizar el valor unitario de las acciones
En resumen, el análisis financiero es un instrumento de trabajo tanto para los directores o gerentes financieros como para otra clase de personas, como se verá más adelante, mediante el cual se pueden obtener índices y relaciones cuantitativas de las diferentes variables que intervienen en los procesos operativos y funcionales de las empresas y que han sido registrados en la contabilidad del ente económico.
Mediante su uso racional se ejercen las funciones de conversión, selección, previsión, diagnóstico, evaluación y decisión; todas ellas presentes en la gestión y administración de empresas.
Son los clientes inmediatos de la contabilidad.
Utilizan los estados financieros
Y la calidad de su análisis depende de la calidad con que han sido elaborados los estados financieros.
USUARIOS DEL ANÁLISIS FINANCIERO
El análisis financiero es una técnica tan útil para la interpretación de la información contable producida por los entes económicos que el grupo de usuarios que a él acuden tiene una cobertura prácticamente ilimitada. A pesar de ello, se acostumbra clasificar a dichos usuarios en los siguientes grupos:
Otorgantes de crédito
Inversionistas
Directivos y Administradores
Entidades Gubernamentales
Sociedades calificadoras de Riesgos
Compañías de Seguros
Analistas de Bolsa
Analistas de Fusiones y Adquisiciones
Sindicatos de Trabajadores
Público en general
Cada uno de estos grupos de personas o entidades interesadas en los resultados que se obtienen a través del análisis financiero, dirige su atención hacia algunos de los elementos e indicadores calculados, teniendo en cuenta el objetivo particular buscado. Sin embargo, otros índices son útiles para todos los grupos indistintamente de los propósitos individuales.
Otorgantes de crédito
En la práctica, pueden catalogarse dos clases de otorgantes de crédito a las empresas.
La diferencia entre una y otra categoría radica en que una de ellas no causa ningún costo financiero por la concesión del crédito; son, normalmente, los proveedores de bienes y servicios.
La otra clase de otorgantes de crédito son las entidades que suministran recursos, en ejercicio de sus propias actividades, a los entes económicos para el desarrollo de sus operaciones, ampliar la capacidad productiva, diversificar actividades o para una combinación de estos hechos, a cambio del pago de un interés.
Pero, unos y otros, tienen en común que las utilidades que esperan recibir por el crédito otorgado son fijas y, en consecuencia, en cierta forma dependen de la situación financiera del deudor.
Por parte del proveedor, la ganancia es la diferencia entre el precio de venta y los costos incurridos;
y para el prestamista, la utilidad es la tasa de interés pactada.
Si la empresa a quien se aprueba el crédito incurre en incapacidad para atender sus acreencias, ambas clases de otorgantes de crédito corren el riesgo no sólo de no percibir la utilidad esperada, sino también de perder el capital suministrado, representado éste por los costos incurridos para producir los bienes y servicios, objeto del crédito, o por el principal o monto de dinero prestado.
Por ello, antes de conceder financiación, los acreedores estudian situaciones tales como cláusulas de protección de la acreencia, conociendo y comprobando el valor de mercado de los activos dados en garantía, la capacidad de generación de recursos y la confiabilidad y estabilidad de las proyecciones de caja para períodos futuros, con el propósito de evaluar las posibilidades reales de retorno del interés —si lo hay— y del principal.
Asimismo, las personas o entidades otorgantes de crédito analizan la capacidad para obtener resultados, provenientes de las operaciones normales del ente económico y, en especial, la habilidad para producir niveles estables de utilidades, aún en épocas difíciles. Los enfoques, las técnicas de análisis y los criterios de evaluación utilizados por acreedores actuales o potenciales, varían de acuerdo al monto del principal, las garantías y el propósito del crédito.
Si el crédito es a corto plazo, entonces interesará la situación financiera que presenta hoy día su deudor o, por lo menos, en los últimos períodos contables; así mismo, se dará preferencia al estudio de la liquidez de los activos corrientes y sus tasas de rotación.
Si, por el contrario, la operación es a largo plazo el análisis debe incluir proyecciones de flujos de efectivo y la evaluación de la capacidad de la empresa para generar recursos propios, también a largo plazo, pues de allí provienen las fuentes para atender los cargos fijos inherentes a la deuda cómo son los intereses y las demás obligaciones conexas. Así mismo, para ambos plazos, el análisis debe incorporar un estudio de la estructura de capital, por el impacto que ésta tiene sobre el riesgo, la calidad de la deuda y el margen de seguridad que se debe manejar en cualquier operación de crédito.
Inversionistas
Los inversionistas, a pesar de que también pueden ser considerados como otorgantes de crédito, se diferencian de éstos en que las expectativas de rentabilidad de la inversión se estudian a la luz de futuras oportunidades de generación de utilidades y en las probabilidades de que ocurra un crecimiento de ellas, más o menos sostenido.
El dinero aportado por un inversionista es la fuente primaria de capital de riesgo, pues garantiza el pago del capital preferencial y las obligaciones para con terceros.
Un socio o accionista común espera obtener ganancias de su inversión, a través de tres formas:
dividendos o participaciones sobre las utilidades generadas por la empresa,
derechos preferenciales que puede ejercer para la compra de nuevas acciones
y la valorización de la inversión, proveniente de los incrementos de valor de mercado de la empresa o negocio donde se posee la inversión.
Por ello, ésta clase de acreedores se interesan en el análisis financiero casi que en toda la gama de posibilidades que él otorga, pero principalmente en lo que respecta a la rentabilidad y capacidad de generar recursos propios.
Directivos y administradores
Los gerentes, directivos y administradores de todos los niveles de una empresa o negocio, permanentemente recurren a las técnicas y herramientas de análisis financiero para múltiples propósitos.
Uno de ellos es ejercer control sobre las actividades de la empresa y sus resultados, lo cuál se logra mediante la observación de cambios importantes y significativos en razones y tendencias, para tomar las medidas correctivas que sean del caso, de manera oportuna.
En forma particular a los administradores de una empresa les interesa mantener control sobre la rentabilidad de la inversión, representada en los activos, y en la eficiencia con que ellos son explotados económicamente.
Dicho control se ejerce a través del análisis en los cambios en los índices y en las tendencias de las diferentes variables que intervienen en la explotación operacional de cualquier organización mercantil.
Mediante una adecuada interpretación
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